Por: Jerry Gortman
No dejes que el pueblo se alimente por sus propios medios, que pasen hambre y tú le das por ración, quiébrales las empresas, y te debes aprovechar de la ignorancia de algunos que pueden servir para repetir que los alimentos no les llega por culpa de la oligarquía, la oposición, los comerciantes. Y tú, como el héroe que los alimenta por ración, es la fórmula, pero destrúyele todo lo que puedas.
Frase de Fidel Castro Ruz, dictador cubano.
¿Qué tienen en común Fidel Castro, Hugo Chávez, Nicolás Maduro, Daniel Ortega y López Obrador?, que todos comparten la misma ideología comunista, de corte totalitario y dictatorial.
En el caso de Castro, Chávez, Maduro y Ortega, estos consumaron plenamente la aplicación de su totalitaria ideología y llevaron a sus respectivos países a la debacle económica y social y a la formación de regímenes que tienen como características principales la total concentración de todos los poderes y decisiones en un dictador; el control y supresión de la prensa libre, de la disidencia y de la oposición política; la desaparición de la libre empresa y la propiedad privada; la supresión de las libertades y la constante violación a los derechos humanos; la escasez de vivienda; la constante carestía y racionamiento de medicamentos, alimentos, gasolina y artículos de primera necesidad; y sobre todo, el encarcelamiento, represión, ejecuciones y desapariciones de todo ciudadano que se oponga abiertamente a estos gobiernos, tachándolos de antisociales, o como diría López, de “conservadores”.
Respecto a nuestro país, López trabaja incansablemente por emular a sus ídolos comunistas y ha ido controlando importantes sectores de la vida política, la economía y la sociedad de nuestro país.
Sin embargo, existe un sector que adquiere especial importancia para López y sus planes dictatoriales y al que le es fundamental destruir para arruinar totalmente la economía de nuestro país y dejar a la población sin trabajo y sin recursos propios que le permitan ganarse por sí misma su sustento. Me refiero a la clase empresarial, en concreto las llamadas MIPYMES, que aportan, de acuerdo a información del Consejo Mexicano de Negocios (CMN), el 42 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y generan 78 por ciento del empleo en el país.
López se niega a prestar ayuda a los empresarios porque no le interesa crear trabajo y riqueza, lo que realmente busca es generalizar la pobreza, matar de hambre al pueblo y hacerlo totalmente dependiente de las limosnas y dádivas del Estado, o sea de López.
Ya lo dijo Castro “No dejes que el pueblo se alimente por sus propios medios…quiébrales las empresas…Y tú, como el héroe que los alimenta por ración, destrúyeles todo lo que puedas”.
De ahí, cualquier acontecimiento que lo desvíe de su plan original de acabar con la clase empresarial, resulta para López una verdadera desgracia.
De esta manera, el lunes 27 de abril se dio a conocer que el Consejo Mexicano de Negocios había conseguido concretar un préstamo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para apoyar a 30 mil micro, pequeñas y medianas empresas, ligadas a las cadenas de valor de grandes empresas, por 3 mil millones de dólares, el cual, siendo éste un crédito revolvente, permite disponer de esta cantidad hasta cuatro veces al año, con lo que el préstamo llegaría a los 12 mil millones de dólares.
La reacción de López a este acuerdo no se hizo esperar y declaro que: “No me gusta mucho el modito de que se pongan de acuerdo y quieran imponernos sus planes”. ¿Cómo que se hace un acuerdo y que Hacienda lo avale? ¿Y qué?, ¿Nosotros estamos aquí de floreros, de adorno?”
Al respecto, es importante destacar que en dicho acuerdo no se comprometen los recursos económicos de los que dispone el gobierno, ya que como lo señaló Antonio del Valle, presidente del Consejo Mexicano de Negocios: “El presidente tuvo un malentendido. La Secretaría de Hacienda no está avalando el plan en términos crediticios.
No hay aval crediticio alguno por parte de la Secretaría de Hacienda, no hay recursos del sector público, no se incrementa la deuda, es de operación privada”, señaló Del Valle.
No obstante, y a pesar de que este acuerdo no implica el uso de recursos públicos por parte del gobierno, a López le disgustó porque representa un salvavidas que podrá rescatar de la quiebra a miles de micros, pequeñas y medianas empresas y del desempleo a millones de mexicanos que han sido perjudicados por los efectos del confinamiento y la consecuente paralización de las actividades productivas.
Se queja de no habérsele tomado en cuenta para este acuerdo; sin embargo, con él y sin él los empresarios no hubieran recibido ningún tipo de apoyo por parte de su gobierno, por ello, López en verdad representa un verdadero “florero” que está de adorno en la presidencia, ya que no ofrece soluciones a los graves problemas que afectan al país.
La indiferencia y ataque de López al sector privado obedecen a la lógica de un autócrata que se guía por los dictados del Foro de Sao Paulo y el pensamiento de dictadores de la talla de Fidel Castro, quien recomienda extender la pobreza a través de la quiebra de las empresas, a fin de que haya más pobres que dependan de las dádivas gubernamentales para sobrevivir. Por ello, López no ceja en su tarea destructiva de la clase empresarial y de la economía de México. Para él, un pobre significa un voto, por ende, millones más de mexicanos en la pobreza significan millones de votos para su partido MORENA.
A López no le interesa la grave situación económica que tendrá que enfrentar nuestro país a partir de la normalización de las actividades económicas.
Al respecto, Jonathan Heath, subgobernador del Banco de México, señaló el martes 28 de abril, durante su participación en las mesas de trabajo organizadas por el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), que “Es muy probable que el efecto en el Producto Interno Bruto sea igual o superior a las dos grandes crisis que habíamos vivido la del 1995 y la de la gran recesión.
También dijo que “El impacto sobre el empleo, estamos viendo que desde principios de 2017 la tasa había promediado 4 por ciento. Estamos con el peligro de que pudiera superar el pico de 7.9 del 2009 o incluso sobrepasar el pico de 10.7 por ciento que tuvimos en la crisis de 1995”, advirtiendo que la tasa de desempleo irá creciendo.
Del mismo modo, señaló que “Lo que si queda claro es que va a haber una gran cantidad de desempleo y pérdida de ingresos no sólo por la pérdida de la fuente de trabajo, sino por la caída de las remesas. El impacto en la recesión del 2008 y 2010 tardamos prácticamente 6 a 7 años en recuperar los niveles de las remesas”, comentó.
Por ello, el acuerdo entre el Consejo Mexicano de Negocios y el Banco Interamericano de Desarrollo representa una esperanza, en estos momentos de crisis económica, que permitirá aminorar sus efectos en la planta productiva y en el empleo, al rescatar de la quiebra a miles de empresas y salvaguardar las fuentes de trabajo que estaban irremediablemente perdidas.
A pesar de lo anterior no cantemos victoria, López es un enemigo de México necio y obstinado, quien podría, dada su ideología y planes dictatoriales, obstaculizar el acuerdo e impedir la llegada de los recursos obtenidos con el Banco Interamericano de Desarrollo, o bien, posteriormente seguir atacando y boicoteando a las empresas.
Las batallas que seguramente tendrá que seguir librando el sector privado mexicano en contra de los embates de López, son sólo una parte de la lucha que tendremos que asumir todos los demás sectores que integramos la sociedad mexicana, a fin de enfrentar sus prácticas autoritarias y dictatoriales que van en contra de la vida democrática de nuestro país, de sus libertades, de la división de poderes, de la polarización, de la destrucción de nuestra economía, entre otras.
Sólo mediante la unidad y solidaridad de todos los mexicanos se podrán enfrentar las megalómanas ideas de poder absoluto de López.