Por: Graciela Cruz Hernández
Apolonio Abundio de Jesús Martínez Martínez, nació en Huichapan, Hidalgo, en el Barrio de Santa Bárbara el 8 de febrero de 1865. Su padre, José María del Pilar Martínez, era carpintero y fue director de la Banda de Música de Huichapan y de él aprendió las habilidades de carpintero a la vez que solfeo, armonía y contrapunto. Su actividad ocasional como integrante de la banda lugareña la combinaba con la venta de cajitas y costureros de madera que vendía por unos cuantos centavos.
Al morir su padre, él y sus hermanas Dolores y Soledad, viajaron a la ciudad de México. En 1882 fue director de la banda de música de Polotitlán, Edo. de México, a los 17 años.
Con el deseo de perfeccionar sus conocimientos musicales, sobre todo del piano y del violín, llegó a Pachuca, donde conformó una orquesta integrada por señoritas hidalguenses de la clase acomodada. Abundio, llegó a tocar el piano, el clarinete, el violín, la guitarra, la mandolina y el chelo.
Después en la ciudad de México ingresó a la Banda de Zapadores que dirigía el maestro Miguel Ríos Toledano en 1892. Abundio Martínez fue un compositor prolífico y multifacético, ya que compuso obras en diversos géneros como danzas, danzones, himnos, marchas, pasodobles, polcas, chotis, two-step, cake walk, valses y música instrumental para cámara y para banda. Los términos two-step, cake walk, pasodobles, al igual que las danzas, danzones, polcas, valses, hacen referencia a tipos de bailes y a los ritmos que se seguían al bailar, algunos dando saltos como en el cake walk o más rítmicos como en el pasodoble o en el two-step (antecedente del foxtrot).
En 1908 fue vocal de la sociedad de compositores “Felipe Villanueva”. En parte su estilo musical estuvo influenciado por el romanticismo con un carácter típicamente europeo.
Algunas de sus obras las ofreció a personajes de la época, como al Gobernador de Hidalgo Pedro L. Rodríguez, presidente honorario de la Sociedad Recreativa Hidalguense, el Pasodoble flamenco Hidalguense, (representativo de fiestas taurinas), también al mismo Gobernador le entregó su vals Florescencia de amor, a Francisco I. Madero el himno Democracia y a Melchor Ocampo la marcha two-step Lindas hidalguenses. Abundio Martínez se interesó también en temas relacionados con la patria mexicana, la marcha two-step Cielo mexicano, las marchas pasodoble Ejército mexicano y El Congreso Pan-Americano, el pasodoble two-step El escudo americano, el pasodoble flamenco México nuevo y las polcas pasodobles La paz de México y Unión y Progreso.
Sin embargo, sus obras más famosas las dedicó a Porfirio Díaz (el vals Arpa de oro), a Carmen Romero Rubio de Díaz (el vals En alta mar) y al General Bernardo Reyes (el vals Noche apacible).
La música de Abundio Martínez fue interpretada por diversas bandas de música, tanto bandas rurales, del estado y hasta militares. Marchas, al igual que sus pasodobles, por ejemplo, la Banda de Artillería de Ricardo Pacheco y la Banda de Policía de Velino M. Preza, a quien le dedicó su marcha en La Campaña, incluso la Banda del Estado a partir de su primer director Candelario Rivas.
A los poetas Fernando Celada, Leonardo Pardo, Ramón N. Franco, Carlos Ezeta, Julián F. del Campo, Julio Sesto y Salvador Quevedo les brindó su vals En el espacio. Dedicó su vals Liras hermanas al poeta Juan de Dios Peza, al poeta español Julio Vicente y Sesto, su vals Poesía, y a las poetisas Mercedes Castorena el vals Pasajes de la vida y a Carlota Antuna Borrego la danza para voz y piano En tu tumba. Seguramente algunas de las poesías de estos escritores sirvieron de inspiración para su música. A María Conesa le dedicó su vals Lo infinito y al torero Vicente Segura el pasodoble flamenco Torero hidalguense. Al músico compositor Julián Carrillo, creador del Sonido 13, le ofreció el vals La imagen que soñé.
Abundio Martínez, fue un músico romántico que compuso algunas obras con nombre de mujeres y dedicado a un gran número de mujeres como: las danzas para voz y piano Margarita y María Luisa y los chotis Consuelo y Esther, y numerosas obras dedicadas a mujeres, de las que se pueden citar la danza Cuatro Danzas a sus discípulas. Dedicadas a otras mujeres tenemos: La danza Las Tres Artistas; las danzas para voz y piano En el cielo me hace soñar; Luna de octubre; Margarita; Morir de amor. Qué lindo pie; la marcha two-step La Jalisciense; la polca Cuca; la polca pasodoble La paz de México; los chotis Consuelo, así como Esther, los valses A la luz de la luna, Con el alma, Muchachas y flores, Soñar lo bello y Sufriendo de amor.
Abundio Martínez no tuvo estudios formales de música, aun así, se le ha considerado como un exponente creativo e innovador al romanticismo de la época. Manuel M. Ponce dijo que, en cada una de sus creaciones, había un alto espíritu de elegancia. En su época el músico compositor fue conocido, aunque no reconocido, ya que todo repertorio contaba con alguna de sus más de doscientas obras.
A pesar de su extensa obra, Abundio Martínez, en los difíciles tiempos de la dictadura huertista, murió en la más completa pobreza a consecuencia de una tuberculosis aguda el 27 de abril de 1914 a los 49 años de edad en la Ciudad de México. Fue sepultado en el Panteón Civil de Dolores.
Para conmemorar el 79 aniversario del natalicio de Abundio Martínez, en febrero de 1944 se develó una placa en la casa de Huichapan, donde nació.
Posteriormente, se develó otra placa de bronce en el kiosco que lleva el nombre de Abundio Martínez en el Jardín Zaragoza.
Su obra está almacenada y resguardada en la biblioteca de la Escuela Nacional de Música de la UNAM. La música de Abundio Martínez llegó a ser parte de la cultura popular y nacional pues se podía escuchar a los cilindreros tocar sus famosos valses En alta mar y Arpa de Oro, aquellos que dedicara a Don Porfirio y a su esposa Carmelita.