Por: Justo Mirón
Todavía no empiezo el articulito de hoy y ya me parece que elegí mal el título que lo acompaña. Creo que se queda corto, muy corto, extraordinariamente corto. Cortísimo, pues. Y es que, pensándolo con detenimiento y después de sesudísimas reflexiones, caigo en la cuenta (mejor que caiga en la cuenta y no en una pinky coladera destapada de esas que abundan en la ciudad) de que al Megalómano de Palacio (así, con mayúsculas, porque mayúsculos son sus delirios de grandeza, que es precisamente la definición que el Diccionario de la Real Academia Española nos brinda para definir la megalomanía), le anda valiendo mother (en inglés se escucha menos fuerte, ¿a poco no?) que una mujer, o diez, o cien, o mil, perezcan brutalmente a manos de sanguinarios verdugos.
Y, peor aún, que semejantes acciones provoquen estupor primero e indignación después en los más diversos ámbitos de la sociedad mexicana. Y peorsísimo aún, que al Megalómano de Palacio se le saquen a relucir esos hechos y se le mienten (presente del subjuntivo del verbo mentar, equivalente a mencionar, no sean mal pensados) en su diaria ceremonia donde se luce y parte plaza como triunfal diestro en la Plaza México o en la Monumental de Madrid (¡¡olé y olé!!), y vapulea sin tregua ninguna con su ignorancia enciclopédica a sus peligrosísimos enemigos «fifis», «conservadores», «señoritingos», «pirrurris», «fantoches», «sabelotodos», «peleles», «titeres», «mafiosos» y…y… (y ya me cansé).
Pero… ¿por qué sostengo que el encabezado de estas líneas quedó corto? Pues simple y sencillamente porque al Megalómano de Palacio también le andan valiendo mutter (ahora en alemán pa’ que constaten, comprueben, verifiquen y confirmen que yo no me quedo atrás del Megalómano en cultura) los pacientes sin medicinas, las madres apuradas por la desaparición de las estancias infantiles, los niños con cáncer, el crecimiento cero, el cuantioso derroche de recursos sin beneficio alguno para la nación, la niñez en manos de la CNTE y la multiplicación no de los panes sino de la delincuencia organizada, no organizada, semiorganizada y próxima a organizarse que prácticamente se ha enseñoreado a lo largo y ancho de la República.
Lo que verdaderamente le importa al Megalómano de Palacio es el creciente control político y económico de los mexicanos. Eso es lo suyo, lo mero suyo, lo suyísimo. Por eso este textito debió cabecearse más o menos así:
AL MEGALÓMANO DE PALACIO LE VALEN
GORRO LOS FEMINICIDIOS, Y LOS NIÑOS
ENFERMOS, Y LAS MADRES DESVALIDAS,
Y LA SANA ENSEÑANZA DE LA NIÑEZ, Y
EL NULO CRECIMIENTO Y EL PUEBLO
MEXICANO COMPLETITO
Pero sospecho que sería un título muy largo. O a la mejor no…