Poeta y diplomático
Por: Graciela Cruz Hernández
Juan Crisóstomo Ruiz de Nervo, (Amado Nervo) nació en Tepic, Nayarit, México, el 27 de agosto de 1870. Hijo de Amado Ruiz de Nervo y de Juana Ordaz. Empezó a escribir siendo muy niño, y un día una de sus hermanas encontró sus versos y los leyó ante toda su familia reunida en el comedor, su padre escuchó los versos mientras el pequeño autor estaba escondido en un rincón.
En España escribió dos breves autobiografías y en una de ellas dice:
«Mi apellido es Ruiz de Nervo; mi padre lo modificó, encogiéndolo. Se llamaba Amado y me dio su nombre. Resulté, pues, Amado Nervo, y, esto que parecía seudónimo -así lo creyeron muchos en América-, y que en todo caso era raro, me valió quizá no poco para mi fortuna literaria. ¡Quién sabe cuál habría sido mi suerte con el Ruiz de Nervo ancestral, o si me hubiera llamado Pérez y Pérez».
Su padre murió en 1879, aunque hay biógrafos que indican que fue en 1883, cualquiera que haya sido la fecha, la muerte de un buen padre siempre dejará una honda huella en un hijo y más si ha sido a tan corta edad y con un corazón tan sensible como el de Amado Nervo. Nosotros tomaremos la fecha y datos que en su confesión autobiográfica, dice:
«Hice mi instrucción primaria en las modestas escuelas de mi ciudad natal; muerto mi padre cuando yo tenía nueve años, mi madre me envió a un Colegio (San Luis Gonzaga) de Jacona, en Michoacán. En este colegio y después en el seminario de Zamora, Michoacán, hice mis estudios preparatorios,
empezando, naturalmente, por el latín. (Estudió Ciencias, Filosofía y Teología) Quise seguir la carrera de abogado y estudié dos años, pero el quebrantamiento rápido de la herencia paterna me obligó a volver a Tepic a ponerme al frente de lo poco que nos quedaba y a trabajar para ayudar a mi familia, que era numerosa».
Sumando al dolor de la pérdida de su padre, años más tarde Amado sufre el lamentable suicidio de su hermano, Luis, quien era comerciante ocasional y también poeta. Esas lamentables pérdidas familiares llevan a Amado Nervo a cuestionarse sobre las razones y el fin de la vida y en alguna ocasión afirmó: “A menudo las perspectivas nos envuelven y ponen ante nosotros un velo insalvable, en nosotros está el cambiar de posición para ver más allá”.
Después, como él mismo lo dijo, que buscando mejor destino en 1892 se fue a Mazatlán, donde inició su carrera de escritor colaborando en el periódico “El Correo de la Tarde” escribía poemas, crónicas y ensayos, labor que combinaba con su trabajo en un despacho de abogados.
Dos años después en 1894, se dirigió a la Ciudad de México donde con esfuerzos y penalidades se abrió camino. No todo su trabajo fue escribir pues el mismo Nervo aseguraba que el escritor «vive regularmente o de un empleo, o de algo más prosaico; a veces es tendero, a veces carnicero, a veces «coyote» y a veces, muy raras… negociante en grande». Algunos de sus biógrafos sugieren que él tuvo que trabajar en esos empleos para poder ganarse el diario sustento.
En la Capital continuó su carrera como escritor y trabajó en la redacción de diversos periódicos como “El Universal”, “El Nacional” y “El Mundo”, e incluso dirigió un suplemento semanal del “Mundo ilustrado” llamado “Mundo Cómico”.
Pese a que Nervo publicó diversos textos desde 1892, su novela corta “El Bachiller”, publicada en 1895, representó el punto de partida de su trayectoria y obra literaria. Este libro, expone la historia de un joven que decide estudiar teología y entregarse a Dios; no obstante, mientras más estricta es su disciplina, poco a poco su salud se ve afectada drásticamente.
De esta obra dijo Nervo:
«Por lo audaz e imprevisto de su forma y especialmente de su desenlace, ocasionó en América tal escándalo, que me sirvió grandemente para que me conocieran».
Escribió en la “Revista Azul”, una importante publicación semanal, fundada por los escritores Manuel Gutiérrez Nájera y Carlos Díaz Dufoo.
En 1898, aparece en la «Revista Moderna», en colaboración con Jesús Valenzuela. El mismo año se conocen «Perlas Negras« (Obra escrita en su adolescencia) y «Místicas», poemas modernistas y en 1899 la novela corta “El domador de almas”.
En 1900 fue enviado a Francia para trabajar como corresponsal del periódico “El Imparcial”; (o del periódico “El Mundo Ilustrado”). Vivió por varios meses en la misma casa con el poeta Rubén Darío, con quien entabló una profunda amistad. Conoció y se relacionó con escritores como Oscar Wilde, Catulle Mendès, Jean Moréas, Guillermo Valencia, entre otros. Mientras estuvo en Francia publicó diversas obras como “Poemas” (1901), “El éxodo y las flores del camino” (1902), “Las voces” (1904) y “Jardines interiores” (1905) que es el mismo que había comenzado a preparar con el título de
Savia Enferma.
Fue en esa misma época 1901, en la que conoció a Ana Cecilia Luisa Dailliez Largillier, quien sería su esposa, su musa y más grande amor, y de quien confesaría “su presencia me hace ver pequeño cualquier problema”. Desafortunadamente falleció el 7 de enero de 1912, 11 años después de haber conocido al poeta su muerte le causó a Nervo un luto profundo. De ese gran dolor nació el libro “La Amada Inmóvil”, inspirado en la muerte y enfermedad que padeció Dailliez, fue considerada una de sus obras más melancólicas, editada de manera póstuma en 1920, por Alfonso Reyes.
De regreso a México, Nervo ya era un poeta reconocido, por lo que pronto se desempeñó en puestos académicos y diplomáticos. Colaboró asiduamente en la Revista Moderna, compartiendo después su dirección con Jesús E. Valenzuela. En el mismo año publicó “Lira Heroica”. Merced a los sufragios del grupo modernista, ya en 1903 había alcanzado el triunfo de primacía entre los poetas mexicanos.
Obtuvo, por oposición, el cargo de profesor de lengua castellana en la Escuela Nacional Preparatoria.
En 1905 ingresó en el servicio diplomático con la categoría de segundo secretario adscrito de la Embajada de México en Madrid. Colaboró con periódicos españoles y de allá enviaba sus correspondencias a su periódico “El Mundo”, y a la vez escribía informes sobre lengua y literatura para el Boletín de la Secretaría de Instrucción Pública.
En 1906 Nervo publica “La última guerra”, un cuento considerado uno de los textos que inauguró la ciencia ficción en México. La historia se ubica en un futuro distópico en el que los animales, hartos de padecer la explotación del hombre, se rebelan contra los seres humanos, un argumento adelantado 42 años al de la historia del famoso libro “Rebelión en la granja”, de Orwell.
Colaboró en periódicos de Buenos Aires y La Habana. En España escribió muchos de sus mejores libros, entre los cuales destacan “En voz baja” (1909) Un poemario donde se hace presente una religiosidad con interrogantes y su deseo de consolidar la fe, «Juana de Asbaje» (1910), en homenaje a la poetisa mexicana Sor Juana Inés de la Cruz, y «Mis filosofías» (1912).
En 1914, con motivo de los sucesos políticos de México, cesó en su cargo de primer secretario y volvió una vez más a sufrir pobreza. Sus amigos españoles tenían la idea de solicitar de las Cortes una pensión para Amado Nervo quien inmediatamente con gran decoro y gentileza se apresuró a declinarla.
Más tarde en 1918 año en que escribió “Plenitud” el Gobierno de México, le confirió un nuevo cargo, con credenciales de Ministro Plenipotenciario y Enviado Plenipotenciario ante los Gobiernos de Argentina y Uruguay, partió de México a principios de 1919. Fue recibido en ambos países con insólitas muestras de admiración y afecto. Incluso en Buenos Aires se le aclamó como primer poeta de América.
Amado Nervo trata en muchas de sus obras de Dios, descubriendo un gran espíritu religioso que lo acompañó desde sus más tiernos años. Como humano y poeta algunos de sus poemas rozan el panteísmo o como en algún poema toca el nombre de Siddhartha Gautama, Pero indudablemente su religión de cuna la Católica, fue la que dominó su vida y su obra, incluso su amigo el poeta Rubén Darío calificó a Amado Nervo como “fraile de los suspiros” y “celeste anacoreta”, adjetivos contenidos en un soneto que comparte nombre con el poeta mexicano y que hacen alusión al sentimiento religioso que Nervo desarrolló y que caracterizó su obra. A decir de Carlos Pellicer, Amado Nervo no solo fue un poeta religioso, sino que “se acercó hondamente al estado místico”, es decir, la experiencia surgida de la unión de lo humano con lo divino.
Como un pequeño ejemplo he aquí este párrafo de su poema “TÚ”:
Si la ciencia engreída no te ve, yo te veo; Si sus labios te niegan, yo te proclamaré. Por cada hombre que duda, mi alma grita: “Yo creo” ¡y con cada fe muerta se agiganta mi fe!
Amado Nervo falleció de una crisis de uremia en un hotel de Montevideo, Uruguay a pocos meses de cumplir 49 años, el 24 de mayo de 1919 mientras se encontraba en una misión diplomática. Al día siguiente, el gobierno uruguayo decretó honores en su memoria, se le rindieron honores de Ministro de Estado y sus restos fueron llevados al Panteón Nacional de Montevideo.
Al mes los restos de Amado Nervo fueron transportados en un barco a México; el barco hizo paradas en Brasil, República Dominicana y Cuba, países en los que se llevaron a cabo honras fúnebres multitudinarias. En su trayecto a México fue escoltado por barcos venezolanos, brasileños, argentinos y cubanos. Tal era el respeto y cariño que se ganó nuestro poeta nayarita.
Finalmente el 14 de noviembre de 1919 fue inhumado en la Rotonda de los hombres Ilustres en el panteón Dolores, por muchos años cada 2 de noviembre día de los muertos fue una de las tumbas más visitadas en México.
Amado Nervo se convirtió en el primer ídolo de México, así lo refiere una nota del 24 de mayo de 2019 del periódico “El Financiero” a cien años de la muerte de poeta, la nota nos dice que cerca de 250 mil personas acudieron al edificio de Relaciones Exteriores de acuerdo a las crónicas de la época. Fue el primer funeral multitudinario del país.
Como dato adicional queremos mencionar que su bello poema titulado “Gratia Plena”, fue musicalizado por Mario Talavera e interpretado por el gran tenor y sacerdote José Mojica, para la película “La Cruz y la Espada”. Este tema también fue interpretado maravillosamente por el inigualable charro cantor Jorge Negrete como tema inicial de la película “Tal para Cual”; también la incluyó en su repertorio el declamador de América Manuel Bernal, así como también grabó uno de los poemas más conocidos de Amado Nervo “En Paz” el cual también ha sido interpretado con música por Pablo Milanés.
En este escrito sólo se han mencionado algunos datos y temas de la extensa obra del gran poeta mexicano Amado Nervo.
Fuentes:
https://www.poemas-del-alma.com