Escritor, maestro, periodista
Por: Graciela Cruz Hernández
Ángel Efrén de Campo Valle, nació en la Ciudad de México el 9 de julio de 1868, su padre murió cuando él era muy pequeño, al terminar sus estudios elementales entró a estudiar Medicina pero al año de iniciarla y tras morir su madre en 1890 se empezó a hacer cargo de sus hermanos pequeños, abandonó la carrera y decidió estudiar como empleado público y profesor aunque su actividad periodística ya había comenzado años atrás de decidirse por esas carreras.
Colaboró escribiendo artículos para varios medios impresos como: El Liceo Mexicano, Revista Azul, El Mundo Ilustrado, El Nacional, El Imparcial, entre varios más, firmaba sus artículos con el seudónimo Tick-Tack y de una serie de recopilaciones de relatos que había publicado en esos periódicos y revistas escribió bajo el seudónimo Micrós el libro “Ocio y apuntes” el cuál publicó en 1890, y luego en el año de 1894 “Cosas vistas”, y “Cartones” en 1987.
Aunque fue mucho lo que escribió, una de sus obras más conocidas fue la novela “La Rumba” que el periódico “El Nacional” publicó por entregas en 1890-1891.
Ángel de Campo además de escribir cuentos, novelas y poesía, fue empleado en el Ministerio de Hacienda y trabajó también como maestro en la Escuela Nacional Preparatoria. Fue uno de los miembros fundadores del Liceo Mexicano Científico y Literario.
Al parecer contrajo matrimonio en 1904 y procreó un solo hijo el cual murió al nacer, pero no se tienen datos exactos de estos acontecimientos de su vida personal.
En un artículo de su biografía tomado de Biografías y Vidas leemos sobre Ángel de Campo:
“Costumbrista singular, su realismo es impulsado por una intensa ternura que en muchos casos lleva al narrador a verdaderos excesos sentimentales; sin embargo, su sentimiento es siempre generoso, sin las profundidades ni la morbosidad ocasional del naturalismo.
Entre los novelistas mexicanos de su época, es posiblemente el autor más limitado en cuanto a construcción y creación se refiere, pero es también el más ponderado y generoso, y quizás el costumbrista más estimable; su finura y su sentido artístico, pese a lo descuidado del lenguaje, le permiten lograr efectos literarios de indudable belleza. Nadie le superó en la expresión del detalle con exactitud, brillantez y colorido”.
Enfermó de tifus y murió a los casi 39 años el 8 de febrero de 1908, sus restos fueron depositados en el Panteón Civil de Dolores.
El 10 de julio de 2018 en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes se llevó a cabo una charla para recordar los 150 años del natalicio de Ángel de Campo. La charla la organizó la Coordinación Nacional de Literatura del INBA, en ella participó Dulce María Adame, maestra en Letras Mexicanas, y leemos en el Boletín No. 864- 07 de julio de 2018 del INBA previo al evento, lo que la maestra Dulce María Adame consideraba y dijo en entrevista, aquí un resumen del Boletín:
Es fundamental restituir el trabajo de los escritores del siglo XIX mexicano en la formación literaria del público general. “Conocer la visión que ofrece Ángel de Campo de ese México en transformación, en pleno Porfiriato, empeñado en la modernización del país, pero en un contexto de grandes contrastes, permite, por asociación, darnos cuenta de cómo ha sido el desarrollo de nuestro país hasta el día de hoy, en un estira y afloja entre modernidad y tradición, entre vicios y virtudes, entre el anhelo de madurez económica, social y cultural, lo que en su época constituía la idea de progreso”.
Adame comenta que el legado que Micrós dejó en la literatura fue una obra de “gran calidad literaria”, “es relevante en el desarrollo de géneros como la novela y la crónica, su rescate y estudio es fundamental para la elaboración de nuestra historia literaria”.
“Si bien Micrós se lamenta de las condiciones de miseria, de la pobreza, del dolor, siempre fue crítico en sus cuentos y en la novela. En las crónicas me parece que hay un cambio de perspectiva en la que se puede vincular sobre todo con su seudónimo Tick-Tack, donde definitivamente dice basta de compadecerse y comienza a señalar con mayor puntualidad, de forma punzante, mediante la ironía, los vicios y los defectos de la sociedad, ese arraigo a ciertas costumbres que no permitían el crecimiento moral, económico y cultural que buscaba el proyecto modernizador porfirista, que también es objeto de señalamientos por parte del autor, por esa falta de conciliación entre lo ideal y lo real, entre el proyecto y la sociedad”.
Ángel Efrén de Campo Valle, escritor realista-costumbrista, era un atento espectador de su entorno, él plasmaba en sus escritos ya fuera en forma de crónica, poesía, cuento o novela, la realidad de lo que el país vivía, Ángel de Campo Micrós, en vida ya era un escritor reconocido pues la forma en que desarrollaba sus escritos eran del gusto de muchos lectores de los diferentes medios impresos en los que él colaboró. Aunque murió joven, su pensamiento se perpetúa a través de sus obras.