Por: Graciela Cruz Hernández
Este 21 de agosto se vio un eclipse solar sobre el cielo norteamericano por lo que se convirtió en un evento global ya que no se había visto uno igual ahí en 99 años. En México el último lo tuvimos en 1991 pero aquí desde que surgieron las primeras civilizaciones, siglos antes del nacimiento de Cristo, ya se habían especializado en la observación y predicción de eclipses, que era, quizá el fenómeno astronómico que más fascinaba a nuestros ancestros. Por ello esta cápsula la dedicaremos a una ciudad que inmortalizó un eclipse y que fue un centro científico hace más de 1500 años: Xochicalco, ya que esta ciudad tiene una importancia fundamental en nuestra historia, pues ahí sucedieron acontecimientos que tuvieron un gran impacto en las civilizaciones mesoamericanas durante los posteriores 900 años.
Xochicalco en náhuatl significa lugar de la casa de las flores y es un conjunto de construcciones entre las que destaca un Observatorio hecho en una cueva artificial tallada en el cerro. La primera noticia que se tiene del Observatorio es de don José Antonio Alzate y Ramírez a mediados de 1700 y de quien ya hemos hablado en esta sección, él realizó descripciones detalladas de los “socavones y subterráneos” que existían en Xochicalco.
Este observatorio tiene una chimenea de ocho metros, por donde pasan directamente los rayos del sol, entre el 30 de abril y el 15 de agosto. En Xochicalco se inmortalizó la observación de un gran eclipse que sucedió en el centro de México hacia el año 650 de nuestra era y el cual motivó una reunión de sabios y observadores del cielo de todos los puntos más importantes de Mesoamérica, que llevaron a cabo lo que perfectamente podríamos calificar como un congreso científico internacional realizado en Xochicalco en el actual estado de Morelos.
Este acontecimiento histórico quedó grabado en piedras talladas que se colocaron a los costados de una pirámide dedicada a Quetzalcóatl en la que se representan diferentes personajes con distintivos de sus lugares de origen y unidos por el símbolo del eclipse solar. En ella se cree que participaron al menos 30 sabios de igual número de ciudades y sirvió para unificar las cuentas y mediciones de todos los calendarios y crear el calendario solar que usaron en adelante todas las culturas y civilizaciones mesoamericanas.
Además en Xochicalco tomó forma definitiva la figura mítica y real de Quetzalcóatl que podríamos decir nació ahí, ya que hubo un personaje que se educó en esa ciudad que llevó este nombre y que al parecer creó una orden de élite que se llamó del mismo modo y que tomaron los gobernantes que lo elevaron a nivel de divinidad y ésta élite de sabios recorrió toda Mesoamérica llevando los conocimientos astronómicos, matemáticos, científicos, técnicos, religiosos y el juego de pelota, proeza que se creía lo había hecho un solo hombre o dios.
En agosto de 2003 se hicieron descubrimientos fascinantes en la entrada del haz de luz en el Observatorio de Xochicalco al ver que funciona como una cámara negra o fotográfica, pues si se coloca una tapa con un pequeño orificio en la parte superior del tubo del Observatorio se ve en el piso tanto imágenes del Sol con sus manchas solares o de la Luna con sus cráteres.
Xochicalco fue declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1999 y por ser la ciudad de la primera universidad científica de América prehispánica de la que se tenga registro, es un orgullo de nuestra identidad nacional mexicana.