Por: Gustavo Novaro García
El miércoles 5, cerca de mediodía, a través de las redes sociales, se comenzaron a conocer videos de un terrible estallido que había sacudido el puerto de Beirut y cuya onda expansiva había afectado a toda la ciudad y se sintió hasta la isla de Chipre, a 200 km de distancia.
Al irse conociendo mayor información, parecía que habían sido dos explosiones, la primera en un almacén de fuegos pirotécnicos, la segunda en un depósito de 2 mil 750 toneladas de nitrato de amonio, que estaban guardadas allí desde que fueron decomisadas a un navío abandonado por sus propietarios.
¿Qué pasó y cómo sucedió está tragedia?
Líbano se convirtió después de la segunda guerra mundial en un país en el que convivían de una manera pacífica y progresista cristianos y musulmanes, además de los drusos que son de una religión con pocos fieles, que radican principalmente en el medio oriente.
La apertura de la sociedad libanesa y la ubicación estratégica del país, fue aprovechada en el marco de la guerra fría por las agencias de espionaje internacionales y grupos islámicos que tenían la meta de acabar con el estado de Israel, lo que provocó tensiones y violencia y llevó a una guerra civil que inició en 1975, que culminó con la invasión israelí en 1982. Los enfrentamientos abiertos no terminarían hasta 1992.
Desde entonces ha existido una situación muy tensa, en donde periodos de paz se ven interrumpidos por rachas de conflicto. En 2006 hubo fuertes choques entre el ejército israelí y la organización Hezbollah, que es financiada por Irán. A pesar de eso, Líbano más o menos intenta vivir en una cierta normalidad. Sin embargo, una crisis económica ha obligado a la devaluación de su moneda y a protestas masivas de la población contra la corrupción gubernamental, en especial a un gran levantamiento popular el 17 de octubre pasado.
Y este año, para agravar la situación, cayó la pandemia provocada por el Covid-19, y ocurrió este desastre que se pudo haber evitado.
En 2013, un barco de bandera moldava, el Rhodus, que se dirigía a Mozambique desde la república de Georgia contratado por un empresario de origen ruso, fue abandonado con todo y tripulación por falta de pago en las costas libanesas. Las autoridades locales no supieron que decisión tomar con una carga que es usada para la agricultura, pero que mezclada con otros reactivos, se transforma en un arma muy potente.
Así, decidieron guardar el nitrato de amonio en el puerto. Distintas asociaciones alertaron de la peligrosidad de ese componente, pero ni el gobierno local ni el estatal tomaron decisión alguna para desplazar ese material de alto riesgo que en el pasado había provocado devastación.
En 2015 en el puerto chino de Tianjin, el mal manejo de este químico provocó la muerte de 170 personas y centenares de lesionados. En 1947, sucedió el primer episodio letal conocido relacionado con el nitrato de amonio, en Texas City, Texas, con cientos de fallecidos.
En 1995, un ex soldado, Timothy McVeigh, combinó el nitrato de amonio con petróleo y lo hizo estallar frente al edificio federal de Oklahoma City, Oklahoma, causó 168 muertos y 670 heridos.
Así, el tiempo corrió y la negligencia alcanzó a una hermosa urbe, que es la capital de una nación de poco más de 5 millones de habitantes y el hogar espiritual de una comunidad que está dispersa por muchas partes del mundo, como testimonia la importante colonia libanesa en México.
El saldo provisional es de 137 muertes, millares de heridos y docenas de desaparecidos. El alcalde de Beirut, Marwan Abboud, calcula que 300 mil personas perdieron su hogar.
El presidente francés, Emmanuel Macron visitó la ciudad el jueves 6 y envió tres aviones con equipo medico y doctores. Además de un portahelicópteros para auxiliar a la población. Italia mandó un buque hospital, ya que la estructura sanitaria quedó muy afectada por la catástrofe. Más naciones han prometido materiales y apoyo.
Lo ocurrido en Beirut se agrega a los hechos terribles de este extraño año y es una alerta más de que la descomposición y la ineficacia gubernamentales tienen consecuencias mortales. Esperemos que aquí se aprendan las enseñanzas de esta lección de la que el mundo entero fue testigo.