Por: Graciela Cruz Hernández
La chinampa fue un extraordinario invento que refleja claramente una de las características identitarias del pueblo mexicano que es la del ingenio. Las chinampas aparecieron hacia el siglo XII o XIII, y alcanzaron su culminación técnica en el Imperio Azteca. Alrededor del año 1265 la civilización azteca tuvo escasez de alimentos, entonces el tlatoani Acatonalli propuso al consejo de los ancianos una técnica para poder enfrentar la situación, esta consistía en ganar terrenos al lago con rellenos de limo y varas. De esta forma se originaron las chinampas en la región lacustre del Valle, para producir maíz y otros diversos cultivos.
Las chinampas fueron una gran demostración de ingenio técnico para conseguir cosechar sobre el agua en las áreas poco profundas del lago de Texcoco el cual cercaban de forma rectangular, con troncos directamente clavados al fondo, y después rellenaban este cerco con tierra y fango. Luego, cultivaban encima.
Naturalmente que el agua del lago se infiltraba por la tierra, y mantenía adecuadamente irrigada la chinampa. Con esta técnica, los aztecas conseguían cultivos extraordinariamente fértiles. La isla en la que se asentaba Tenochtitlán creció geográficamente gracias a las chinampas, y producía lo necesario para alimentar a una población de al menos 200.000 personas en una estimación bastante conservadora, cifra igual e incluso superior a otras grandes ciudades de la época, como Florencia o Pekín. Además, el paisaje de chinampas debió haber sido impresionante en su tiempo, porque éstas no estaban pegadas unas con otras, sino que dejaban canales, entre los cuales circulaban los habitantes mediante canoas.
Estas maravillas de la ingeniería y de la agricultura construidas por la mente y manos de nuestros antepasados prehispánicos, eran un paradigma del aprovechamiento inteligente de las condiciones ambientales locales. Por su extraordinaria originalidad y eficacia, han sido considerados Patrimonio de la Humanidad. El término Chinampa, viene del náhuatl y significan, lugar del cerco de cañas. Aún hoy podemos apreciarlas ya que los habitantes de Xochimilco y Mixquic las siguen construyendo para su cultivo.
México-Tenochtitlan capital del imperio Mexica o Azteca, estaba ubicada entre lagos, que estaban divididos en dos, uno de aguas dulces y otro de aguas saladas. Esta división hecha por la mano del hombre, es otro motivo de orgullo de nuestra identidad nacional, ya que fue gracias al ingenio del poeta, legislador e ingeniero Netzahualcóyotl que la mandó construir, como mencionamos en la cápsula de esta sección dedicada a este insigne personaje.
Una chinampa se preparaba con capas de vegetación acuática procedente del lago y barro del fondo. Se apilaban alternativamente hasta dejar separado el terreno. En los bordes se plantaban sauces para asegurar la chinampa. Se cultivaban vegetales y flores, así como plantas medicinales y hierbas. Como fertilizante se empleaba tierra rica del fondo del lago.
Una vez hecho esto, se inicia la siembra y su irrigación y ésta la llevaban a cabo los campesinos mediante recipientes, recogiendo el agua de los canales entre las diferentes chinampas y arrojándola a la superficie. Sin embargo, una vez que se desarrolla la raíz de las plantas, el acceso al agua por éstas es totalmente natural y espontáneo.
Algunos investigadores aseguran que las Chinampas deben ser atribuidas a la creatividad del primer gobernante xochimilca, Acatonalli, que las ideó para impulsar la producción agrícola local en el siglo XIII. Sin embargo, en lo que fue la parte lacustre de Teotihuacán, se han encontrado restos de Chinampas, llevadas a cabo por la cultura Tolteca, que floreció siglos antes que la Xochimilca.
Esta maravillosa técnica de cultivo y aprovechamiento de las condiciones naturales en favor del hombre, tuvo una amplia difusión en toda América. Hubo algunos sistemas de Chinampas verdaderamente monumentales, como el de los mayas del Valle de Edzna, en el estado mexicano de Campeche.
Para dimensionar la ventaja técnica y productiva de una chinampa en comparación con el cultivo en tierra firme hay que decir que se ha constatado como con mil metros cuadrados de chinampa cultivada, una familia puede satisfacer tanto sus necesidades alimentarías como las de una vaca que suele acompañarlas. Pocos agro ecosistemas en el mundo pueden sostener semejante productividad sin afectar el medio ambiente sino al contrario mejorándolo.
Esta es una muestra más del ingenio que nos hace sentir orgullo por nuestra identidad nacional mexicana.