Corrían los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial en Europa. Las tropas alemanas retrocedían en todos los frentes y el colapso del Tercer Reich parecía inminente. El arrollador avance soviético en el este y el no menos poderoso martillo angloamericano en el oeste empezaban a constreñir a Alemania a sus fronteras de 1939. La férrea voluntad de resistir no bastaba para detener al enemigo y todo parecía a punto de desplomarse como un castillo de naipes.
Empero, cuando todo parecía en calma en el frente occidental y los estadunidenses avanzaban desde Francia rumbo a la frontera alemana y machacaban las débiles líneas germanas, que paulatinamente iban cediendo, ocurrió lo increíble: al despuntar el alba del 16 de diciembre de 1944, los remanentes de veinticuatro divisiones alemanas (aproximadamente 360 mil combatientes) lanzaron una vertiginosa contraofensiva sobre los sorprendidos yanquis. Apoyados por ochocientos tanques, muchos de ellos gigantescos Königstiger (tigre real) de 70 toneladas de peso y revestidos de grueso y especial calibre que hacía rebotar los proyectiles aliados cuando eran alcanzados, los alemanes perforaron el frente aliado en más de cien kilómetros y las bajas estadunidenses se multiplicaron aceleradamente.
Era la operación «Centinela del Rhin» que, comandada en jefe por el Generalfeldmarschall (Mariscal de Campo) Gerd von Rundstedt a partir de una estrategia diseñada por el propio Adolfo Hitler, pretendía avanzar hacia el norte, cercar a la mitad de las tropas norteamericanas, británicas y canadienses, y apoderarse del puerto belga de Amberes y de los vastos depósitos de abastecimiento aliados. Para lograr semejante objetivo, era indispensable controlar los puentes del río Mosa para que por ellos pasaran los panzer. El obstáculo parecía insalvable…
El ataque alemán se bifurcaba en tres ejércitos: el 6° panzer SS al mando del SS-Oberstgruppenführer (Coronel General) Sepp Dietrich; el 5° panzer, a cargo del General der Panzertruppe (General de Tanques) Barón Hasso von Manteuffel, y el 7° y más débil de los tres con sólo una división motorizada en sus efectivos, bajo la responsabilidad del también General der Panzertruppe Erich Brandenberger.
Ya iniciada la fulgurante acometida, aparecieron de pronto en las filas yanquis comandos alemanes mimetizados con uniformes norteamericanos que cambiaron señales en las carreteras, suministraron informes equivocados a unidades enteras enemigas y se apoderaron de varios vehículos. Estos hombres habían sido entrenados por el SS Standartenführer (Coronel) Otto Skorzeny, hablaban inglés correctamente y se confundían fácilmente con los efectivos estadunidenses.
Pocas semanas antes del ataque en las Ardenas, Skorzeny –famoso por haber liberado a Mussolini de sus captores en 1943– había sido llamado al cuartel general de Hitler, donde el Führer lo puso al tanto de varias cuestiones, según refiere el coronel en sus Memorias:
«Quédese, Skorzeny, hoy he de darle quizá el encargo más importante de su vida. Hasta ahora sólo pocas personas conocen los preparativos de un plan secreto, en el que usted debe tener un papel importante. Alemania lanza en diciembre una gran ofensiva, decisiva para la ulterior suerte del país.
«Durante cerca de una hora Hitler me explicó hasta los menores detalles del proyecto y las ideas fundamentales de esta última ofensiva en el oste (…) Durante los últimos meses el mando alemán había sido obligado a considerar únicamente planes para rechazar y bloquear al contrincante. Había sido una época de ininterrumpidos contratiempos, de continuas pérdidas de terreno en el frente del este y del oeste. La propaganda contraria, sobre todo la de los aliados occidentales, era unánime al presentar a Alemania como un ‘cadáver pestilente’, cuya eliminación era sólo cuestión de semanas, hallándose exclusivamente en manos de los aliados la posibilidad de elegir el momento de la liquidación definitiva.
«No aciertan a ver que Alemania lucha por Europa para bloquear a Asia el camino hacia el Occidente, exclamó Hitler sumamente excitado. La población de Inglaterra y de América está cansada de la guerra, continuó. Si algún día Alemania, considerada como muerta, vuelve a levantarse; si el aparente cadáver alemán vuelve a batallar en el oeste, se puede suponer que los aliados occidentales, bajo la presión de su opinión pública y en vista de su propaganda reconocida como falsa, estarán dispuestos a una paz por separado con Alemania. Pero entonces, ¿se podrían trasladar todas las divisiones y ejércitos para la lucha al frente del este e imposibilitar para siempre la amenaza de Europa desde el este? Esta es la tarea histórica de Alemania: formar la barrera de protección contra Asia, que desde hace más de mil años cumplen fielmente los alemanes»
(Skorzeny, Otto, Luchamos y Perdimos, Barcelona, Ediciones Acervo, Tercera Edición, 1979, 328 p., pp. 120-121).
A pesar de todo y después de una serie de triunfos iniciales, la ofensiva de las Ardenas empezó a decaer por falta de carburante y finalmente se detuvo por completo. Con un clima más despejado que el registrado en los días primeros del ataque, la aviación aliada, ya con ingente superioridad numérica sobre la Luftwaffe, machacó cotidianamente a las fuerzas alemanas y les causó graves daños.
El último esfuerzo alemán por contener a las fuerzas occidentales y poner todo lo que le restaba en efectivos contra la amenaza soviética ya casi en sus fronteras, había fracasado.
La operación «Centinela del Rhin» ahora pertenecía sólo a la historia…
Los cuatro siguientes puntos de la estrategia de seguridad del Presidente López Obrador son las siguientes:
En este punto se contempla analizar los efectos que causan en la población adicta ciertas sustancias como la marihuana o la cocaína; asimismo se pretende atender su rehabilitación y su respectiva desintoxicación y reinserción social.
Resulta contradictorio este punto de la estrategia lópezobradorista, ya que por un lado se pretende rehabilitar y reinsertar socialmente a la gente adicta a las drogas y por otro lado el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 plantea reformular el combate a las drogas y reducir los niveles de consumo a través de levantar la prohibición a las sustancias que hoy son ilícitas.
Entonces cabe preguntarse: ¿cómo se pretende rehabilitar a un adicto al que se le garantiza el acceso legal a la droga que consume?
Aquí se señala la necesidad de “emprender la construcción de paz que incluya procesos de desmovilización, desarme y reinserción, así como la creación del Consejo de Construcción de Paz”, lo que dará pie, según este punto, a que los grupos criminales del país colaboren con la justicia.
No se puede “pacificar” al país perdonando la acción delictiva de grupos criminales, ni lograr su “reinserción” con frases tales como: “fuchi”, guácala” “piensen en sus mamacitas” o con llamados, como el que hizo el presidente el 15 de agosto pasado donde pidió al crimen organizado que:
“Debe haber respeto a las autoridades, no apostar a intimidar a las autoridades. . .no llevar a cabo acciones ilícitas, no participar en actos delictivos, no se puede permitir que se violen las leyes, se viole la Constitución, no se puede permitir, no sólo es ilegal, hablando de valores es inhumano hacerle daño al prójimo”.
Para lograr la pacificación auténtica del país no basta con palabrerías ni frases huecas, se necesita de una acción enérgica en contra del crimen organizado, utilizando métodos de inteligencia estratégica, táctica y operativa, así como todos los medios coercitivos de que dispone el Estado Mexicano, poseedor del monopolio de la fuerza; de lo contrario, si el gobierno muestra debilidad e inacción en su contra, puede convertirse para los delincuentes en una motivación que los impulse a delinquir con más libertad e impunidad.
En este apartado se pretende evitar que grupos de criminales tengan el control de las cárceles del país y se remarca la urgente necesidad de que los internos cuenten con condiciones dignas mientras realizan el cumplimiento de su sentencia.
Hasta ahora no se ha dado a conocer cómo se pretende lograr que la delincuencia no controle las cárceles o centros de “readaptación”, ni se ha divulgado algún programa de mejoramiento de las condiciones en que viven miles de presos en nuestro país.
No pasa de ser un buen propósito, pero la realidad es que el gobierno no ha mostrado voluntad política para atacar la corrupción y la impunidad con la que actúan los grupos delincuenciales al interior de las cárceles mexicanas, desde donde siguen planeando y ejecutando delitos tales como el secuestro y la extorsión.
Aquí se contempla la creación de un cuerpo militarizado, de carácter civil, encargado de la seguridad pública, llamado Guardia Nacional, coordinada por la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y dirigida por el Ejército o la Armada.
El primero de julio del presente año, el presidente López Obrador puso en funcionamiento la Guardia Nacional.
Las expectativas de éxito dadas a este cuerpo de seguridad son muy grandes para el gobierno mexicano, tal y como puede apreciarse en la declaración de Alfonso Durazo, Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, quien declaró ese día primero de julio que “La Guardia Nacional marcará el inicio del fin de la violencia en nuestro país. Con toda responsabilidad podemos decir que con ella los días más oscuros de la inseguridad quedarán en el pasado”.
No obstante, se echaron demasiado rápido las campanas al vuelo, ya que hasta el día de hoy el combate al crimen organizado, al narcotráfico y por ende a la inseguridad, por parte de la Guardia Nacional, el Ejército y la Marina, no ha sido lo suficientemente rápido y eficaz.
Como lo había mencionado en la primera parte de este artículo, se le tienen atadas las manos a los cuerpos de seguridad en el combate a los grupos delincuenciales, ya que el presidente López Obrador les ha instruido que no repriman ni contesten las agresiones de la delincuencia y que se respeten los “derechos humanos” de los agresores, a fin de no caer en “excesos” ni en “provocaciones”.
En este sentido, cabe señalar que el Ejército ya ha mostrado signos de hartazgo y se cansó de poner la mejilla y no contestar a sus agresores.
El 8 de septiembre de este año, la Secretaría de la Defensa Nacional informó que personal militar perteneciente al 7° Regimiento Mecanizado, jurisdiccionado a la 17a Zona Militar en Querétaro, recibió una llamada telefónica informando que un grupo de personas estaban saqueando un tren de carga en San Juan del Río, Querétaro. Al llegar al lugar de los hechos, los militares invitaron a las personas a desistir y retirarse del lugar, oyéndose en ese momento disparos de armas de fuego y comenzando el grupo de personas a agredirlos con piedras, palos y botellas, causándoles heridas e intentando además desarmar a los militares, por lo que el comandante tuvo que efectuar disparos al suelo, logrando con ello dispersar a los agresores.
Es importante señalar que el Ejército argumentó que ante la ocurrencia de un delito y en los casos en los que el personal militar o de la Guardia Nacional acudan con el objeto de garantizar la seguridad y paz en el país, y sean objeto de una agresión, se actuará conforme a lo establecido en la “Ley Nacional sobre el Uso de la Fuerza”, que permite su uso en estricto apego a los derechos humanos.
Con ello, el ejército mostró su rechazo a la absurda e inhumana orden del Ejecutivo de quedarse cruzado de manos ante sus agresores, fundamentando su actuar desde el punto de vista legal y estableciendo con ello un precedente para las futuras actuaciones de los cuerpos de seguridad pública en el uso legítimo de la fuerza.
Como puede apreciarse, la estrategia de seguridad del presidente López Obrador presenta múltiples deficiencias y errores en su planteamiento y ejecución que han traído consigo el aumento de la inseguridad y la violencia en nuestro país y cuyo caso más sonado en los últimos meses ha sido la masacre en Chihuahua de mujeres y niños de la familia Le Baron, quienes cuentan también con la nacionalidad estadounidense.
Al cobrar víctimas de origen norteamericano, se ha puesto en evidencia ante el exterior el fracaso de la estrategia de seguridad gubernamental, traspasando con ello las fronteras nacionales y tornándose en un caso de profunda preocupación para el gobierno de los Estados Unidos.
Las consecuencias políticas, en caso de no presentar mejorías la seguridad en el país y seguir aumentando la ola de violencia y asesinatos en México, podrían ser las siguientes:
Por otra parte, dentro de las consecuencias sociales que podrían suscitarse, de seguirse agravando la inseguridad en México, caben señalar las siguientes:
Como diría el presidente: el pueblo sabio dice: “Errar es humano y rectificar es de sabios”, también dice: “el necio será necio, le des o no la razón”.
Esperamos que, por el bien del país y de sus habitantes, este último no sea el caso de López Obrador.
Nació durante el siglo XVIII, sus padres fueron el español don Vicente de la Fuente del Valle y su madre la mexicana doña Felipa de la Barrera y Escobar. Entre sus ascendientes maternos contó con ilustres caudillos y conquistadores de América.
Contrajo matrimonio en Campeche con el español don Antonio de Estrada y Bello, quien tenía dos hijos de sus primeras nupcias, José Miguel y Miguel Antonio que aprendieron de su madre política, con su ejemplo admirable, el amor a la juventud y el estudio.
Dueña de cuantiosa fortuna y honrada con la amistad tanto de grandes personalidades como de monarcas que le expresaban su reconocimiento, pudo haberse embriagado con los deleites mundanos que a todo ser humano llega a ser tentador, pero no fue así, sino todo lo contrario, vivió una vida sencilla y modesta llena de sinceridad, bondad y generosidad.
Eran por muchos esperados los sábados, porque esos días desfilaban ante doña María Josefa una legión de pobres a los que con gusto les daba caridad personalmente. Doña María Josefa, no solo ayudaba a los pobres sino que también dio un préstamo a la Corona de España, ayudándola en sus malos trances y dificultades. Sus grandes virtudes cívicas y religiosas nos las expresa elocuentemente su Testamento del cual hacemos un resumen:
(Cláusula V) “Es mi voluntad que se distribuyan limosnas a los pobres de ambos sexos verdaderamente enfermos, desvalidos, vergonzantes; lo cual harán personalmente por sí mis albaceas, procurando informarse prudente, celosa y caritativamente de aquellos a quienes con mayor justicia recaiga esta calificación”.
Con un alma verdaderamente cristiana no se contentaría con darles el pan físico sino que las proveería del pan espiritual que es la religión.
(Cláusula XIX) “Que de mis bienes se apliquen los que fueren suficientes a expresar con su rendimiento anual la limosna de una misa, que es mi pretensión se celebre en la Santa Iglesia Parroquial a beneficio de los trabajadores que no pudiesen oírla más temprano, a las diez de la mañana de todos los días festivos, incluso los domingos”.
Como madre, amó con gran ternura tanto a sus hijos de sangre como a sus hijos políticos. Para su educación era dulcemente severa, guiándolos bajo los principios de la más sana moral, inculcándoles con el ejemplo el amor a la religión y a las buenas costumbres, el respeto al orden y a las obligaciones sociales; incluso en su agonía sus hijos recibían de ella sus maternales consejos y peticiones, les ordenó unión, voluntad y deseo.
(Cláusula XII) “que todos mis hijos, legítimos y políticos vivan después de mis días en la unión fraternal, amistad sincera y buena armonía que hasta ahora, encargándoles encarecidamente, como les encargo con todo el amor, y aún mandándoles con toda autoridad de madre, que en correspondencia a lo mucho que les he querido y estimado conserven tan feliz unión; (luego dicta la herencia monetaria que les corresponderá a cada uno) como legado amoroso que les hago por el respeto, obediencia y cariño que me han prestado y tenido”.
Preocupada por la educación de la juventud dispone:
(Cláusula XVI) “Es mi voluntad que se saquen de mis bienes siete mil pesos, para fondo principal de una escuela de primeras letras que se ha de establecer en esta ciudad. Considerando el estado moral de la primera educación literaria de la numerosa y bien dispuesta juventud de esta ciudad, y que el medio más eficaz para contener el torrente de depravación que emana de la ignorancia de las obligaciones sociales y cristianas, es dársela tal que se las haga conocer y practicar; que adorne su inteligencia y fecunde su corazón con las semillas de las virtudes por cuyo medio se difundan y arraiguen los principios de caridad, sufrimiento y dulzura, e inspiren el amor al orden, el respeto a las autoridades y la obediencia a las leyes; teniendo presente que no puedo hacer a mi patria mayor servicio, ni beneficio más importante, que el de procurar que esta misma juventud se vea bien enseñada e instruida.
Es virtud del mismo derecho que por su muerte de mi albacea pasará al R. Ayuntamiento de esta ciudad. Me reservo también la elección de treinta niños, cuya gratuita enseñanza será la carga de esta fundación, y tanto ahora como en lo futuro quiero que esta elección se haga en razón combinada del mayor desamparo, mayor mérito personal y heredando menores haberes y mejor disposición o capacidad; de suerte que, según este principio, serán preferidos los huérfanos a los que no lo son; los hijos de los beneméritos de la República a los de los simples ciudadanos; los pobres a los de mayores haberes, y los aplicados y despiertos a los holgazanes y lerdos, guardando en todo la más estricta justicia e imparcialidad”.
Dispuso que: “Una vez al mes, y en día festivo, y a la hora conveniente, concurrirá el maestro con sus discípulos a la Iglesia Parroquial, en donde tendrá a lo menos media hora de ejercicio en la explicación de la Doctrina Cristiana”.
(Cláusula XVII) “Es mi voluntad y mando que mis albaceas designen, constituyan y consoliden de un modo eficaz y permanente, un capital de mil pesos, con cuyo rédito anual es mi intención que se establezca y dote, además de las que de Gramática, Filosofía y Teología dispuso que se estableciesen y dotasen en el Seminario de esta ciudad, mi hijo político el presbítero doctor Miguel Antonio de Estrada, y de la que para instituciones civiles acaba de establecer y dotar el Gobierno del Estado; una cátedra de Jurisprudencia natural, canónica y civil con sujeción en cada uno de estos tres respectos a la forma, método y asignatura que en el plan general de instrucción pública prescriba el supremo gobierno o la soberanía nacional”.
(Cláusula XVIII) “Como estoy convencida de que una buena educación moral y literaria es el mayor beneficio que puede recibir la juventud, y de que el más inmediato e importante de mi patria, es concurrir a que se proporcionen en ella establecimientos permanentes que gratuita y metódicamente faciliten su enseñanza, creí conducente a la consecución de tan saludables fines coadyuvar al del colegio de San Miguel de esta ciudad ofreciendo para el efecto la asignatura de un capital de cuatro mil pesos”.
De gran inteligencia y memoria admirable sin olvidar nada de lo que para ella siempre fue importante, a todos retribuye limosnas, ordena legados, etc. Treinta y cuatro son las cláusulas de su testamento y en ellas encontramos grandes virtudes humanas llenas de caridad evangélica.
En la historia de la educación campechana sus servicios prestados a la instrucción pública son merecedores de preciado galardón y aplauso. Ella dotó a Campeche con escuelas; contribuyó generosamente a la fundación del Colegio Clerical de San Miguel, hoy Instituto Campechano.
La idea de rectitud residió en ella de manera soberana y grandiosa, que con su gran visión ella vio claramente, las debilidades, flaquezas y cobardías de los hombres e hizo el llamamiento más explícito a las autoridades para que éstas cuidasen el cumplimento de sus disposiciones por si sus albaceas flaqueasen en el cumplimiento de su testamento dándoles poder de intervenir en todo tiempo con su poder y gobierno a fin de que no se frustrase el objeto de su intención.
Modelo de femineidad digno de imitación en todas las edades, madre amorosa y dedicada, esposa fidelísima que fomentó el hogar como la hacienda; ciudadana ejemplar, se inspiró en el alto amor a la patria, que animó y proveyó a su pueblo a alcanzar la civilización y el progreso; como mujer católica, tenía la convicción perenne de la fe. Doña María Josefa murió plácida y religiosamente, el día 6 de octubre de 1827 en la ciudad de Campeche.
Su modestia y sencillez llegaba a tanto que incluso dispuso la forma en que serían sus funerales. No quiso un lujoso féretro sino un ataúd común, ni grandes ceremonias, pidió ser enterrada con la misma ropa con la que expirara y ser ceñida y amortajada con el hábito y cordón de San Francisco, pidió ser conducida en silencio, sin acompañamiento, sin honores, sin invitaciones, sin túmulo, sin música; así ordenó su sepelio, encargándole a sus albaceas que no se alterara por ninguna razón su mandato dejándolo por escrito en la cláusula I de su testamento.
Desafortunadamente la gran mayoría ignora tanto su existencia como lo que esta gran mujer hizo por su pueblo y por su gente.
Andrés Manuel López Obrador (AMLO) completó en noviembre recién pasado su primer año al frente del Poder Ejecutivo Federal, por lo que cabe evaluar su gestión a la luz de las expectativas que generó como candidato presidencial. En particular, él presume de ser un político de palabra que cumple lo que promete. Esta imagen, entre otros factores, contribuyó a forjar su liderazgo, con el que triunfó en los comicios de 2018, logró para su partido un número importante de escaños en el Congreso de la Unión, así como en varias legislaturas estatales, y se mantiene aún con un respaldo amplio de la población.
En el acto realizado en el zócalo de la Ciudad de México, este 1 de diciembre de 2019, el mandatario proclamó que a un año de asumir el gobierno había cumplido 89 de los cien compromisos que hizo en diciembre de 2018 al tomar posesión. Sin embargo, una revisión sobre el cumplimiento de sus múltiples promesas de campaña muestra que en algunos casos efectivamente el presidente sí llevó a cabo lo que ofreció, pero en muchos otros hizo todo lo contrario o dice haber cumplido, en su forma particular de ver las cosas.
Una de las promesas más emblemáticas de AMLO es la cancelación del nuevo aeropuerto en Texcoco y su reemplazo por dos pistas en el aeropuerto militar de Santa Lucía. En octubre de 2018, antes de ser investido como presidente de la República, organizó una “consulta nacional” donde participaron apenas cerca de un millón de personas, frente a un padrón electoral de más de 89 millones de ciudadanos registrados en el Instituto Nacional Electoral. La validez de dicha consulta es muy cuestionable, aun cuando sus organizadores señalaron que cerca del 70% se manifestó en favor de la cancelación y la construcción alternativa en Santa Lucía.
Con base en ese resultado, AMLO canceló la construcción del nuevo aeropuerto, pero el cumplimiento de esta promesa significó un gasto público extraordinario por cerca de 70 mil millones de pesos (mmp), consistentes en el pago a los tenedores extranjeros de bonos que habían aportado fondos para la construcción (casi 36 mil mmp) y 34 mmp para los tenedores de bonos de la Fibra E. Es decir, “cumplir” fue costoso para el país y podría serlo aún más con las alternativas ofrecidas de la construcción de las pistas en Santa Lucía y la remodelación de los aeropuertos actuales en la Ciudad de México y en Toluca, así como las obras de infraestructura para conectar esas alternativas.
Otra promesa cumplida de AMLO es la reversa a los cambios que en materia educativa se aprobaron en el sexenio recién pasado. El grave perjuicio de esta medida es que el Estado mexicano se doblegó ante las presiones de un grupo minoritario, pero estridente, de dizque maestros que mantiene en el atraso y la marginación a los estados más pobres del país y que, al cumplir AMLO su promesa, permanecerán en esa situación por muchos años más.
Por otra parte, prometió una nueva estrategia con abrazos y no balazos para frenar la inseguridad y la violencia, regresando el Ejército a sus cuarteles. Si bien existe un nuevo cuerpo encargado de la seguridad pública, denominado Guardia Nacional, es un hecho que la mayor parte de su personal es de extracción militar, junto con el jefe operativo. Pero cada día es más evidente la escalada de crímenes y la impunidad. La estrategia de AMLO, después del fracaso en Culiacán a mediados de octubre, se presenta disfrazada ahora como decisión sensata para evitar pérdidas de vidas humanas. Mientras tanto, la promesa de mayor seguridad duerme el sueño de los justos, con un escalamiento de hechos sangrientos en el país.
De igual forma, en su campaña presidencial prometió apoyo a varios grupos opositores a la construcción de la central termoeléctrica Huexca en la comunidad de Yecapixtla, en el Estado de Morelos, pero ya como presidente se olvidó de esa promesa y más bien autorizó que siguiera adelante el proyecto de esa planta. Al igual que en el caso del aeropuerto de Texcoco, el “truco” fue una consulta popular local en donde el 60% de los participantes apoyaron la construcción. Otra promesa abandonada, pero siempre con el apoyo del “pueblo sabio”.
Como señalaba antes, una estrategia de AMLO para fortalecer su imagen de político fiable es la de cantar victoria sobre el resultado de algunas de sus medidas, aunque la realidad lo contradiga. Es el caso de su decisión de combatir la corrupción por el robo de combustible, especialmente gasolina, a través de la perforación de los ductos de Petróleos Mexicanos (PEMEX), conocido coloquialmente como “huachicoleo”.
Según AMLO, esta práctica ya se eliminó y en su discurso llamado Tercer Informe de Gobierno al Pueblo de México pronunciado el 1 de septiembre con motivo de su Primer Informe de Gobierno presentado al Congreso de la Unión, señaló: “Existían miles de esas tomas clandestinas, al grado de que este ilícito se convirtió en un jugoso negocio para delincuentes y funcionarios. En noviembre del año pasado se robaron 80 mil barriles diarios de gasolinas … Pero nadie hacía nada por impedirlo; por el contrario, en los sexenios anteriores la Secretaría de Hacienda lo veía como algo normal y de antemano lo daba por descontado de la contabilidad pública. Y nos tocó decir ‘basta’”.
En efecto, como se recordará, a principios del presente año en una estrategia deficiente y costosa para reducir el robo de combustible se cerraron ductos, hubo un desabasto considerable en varias localidades importantes del país, perjudicando a la actividad económica regular, y se optó por comprar en Estados Unidos, sin licitación de por medio, 671 vehículos cisterna (pipas) para tratar de normalizar la distribución de gasolinas. Según AMLO, el problema del “huachicoleo” ya está superado.
La realidad indica, sin embargo, que las ventas de PEMEX, mermadas según AMLO en 80 mil barriles diarios en noviembre del año pasado, no registran aumentos equivalentes en este año cuando AMLO afirma que ya no hay “huachicoleo”. En promedio, las ventas de enero a octubre de 2019 fueron inferiores en 46.8 mil barriles diarios respecto a igual lapso de 2018. En enero hubo una caída atribuible al desabasto y a partir de entonces, en el mejor de los casos el volumen vendido por PEMEX solo tuvo aumentos mensuales por solo poco más de 20 mil barriles diarios en febrero y abril, mientras que hubo otros aumentos por casi 11 mil barriles en julio y de 13 mil en octubre. Sin embargo, las cifras para todo el año actual muestran que los aumentos son menos que las caídas y la de septiembre pasado igualó prácticamente a la de enero.
Por otro lado, en agosto pasado AMLO aseguró que ya había acabado con la corrupción y que se había logrado ahorrar 500 mmp, de los cuales 200 mmp corresponden a ahorros por las compras consolidadas del gobierno, como lo reiteró este 1 de diciembre. Ambos números son discutibles porque no aparecen por ningún lado en las finanzas públicas. Una cosa podría ser reducir gasto y otra muy distinta atribuirlo a la “eliminación” de la corrupción. Sin embargo, llama la atención que, a pesar de los ahorros pretendidos, el gasto neto del sector público presupuestario fue mayor en 67.8 mmp durante enero-octubre de 2019 respecto al mismo período de 2018.
Además, el informe trimestral más reciente de la Secretaría de Hacienda indica que para financiar el gasto público se había utilizado ya a septiembre la cifra de 19.6 mmp del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios y se habla de que al final del año podrían llegarse a usar hasta 150 mmp. Todo ello sugiere que los famosos “ahorros” son imaginarios y utilizados como pretexto para decir que AMLO cumple sus promesas.
Es importante señalar también que otra de las promesas cumplidas de AMLO que aparecen solamente en el papel es la de sus 100 Universidades para el Bienestar Benito Juárez García. Éstas son elefantes blancos virtuales con un claro enfoque clientelar, que se presume están operando, pero varias investigaciones periodísticas muestran que en muchos casos se trata de pequeños locales convertidos en sede de esas instituciones de educación superior, con una carencia de maestros, alumnos y planes de estudio que no permiten hablar de un esfuerzo universitario serio por mejorar la capacitación de la población marginada. Ahora a cualquier recinto se le llama universidad.
Finalmente, en este breve recuento cabe mencionar que en su discurso de toma de posesión AMLO expresó: “Tampoco, que se oiga bien y que se oiga lejos, tampoco vamos a endeudar al país.” Sin embargo, los datos indican que, hasta octubre de 2019, la deuda del gobierno federal se siguió incrementando, lo que demuestra una promesa incumplida más y se plantea un endeudamiento mayor para 2020.
Seducidos probablemente por la insistencia de AMLO de que él es un político que cumple lo prometido, el pueblo mexicano le ha otorgado un voto de confianza y sigue esperando que la situación del país mejore por obra y gracia de esa “honestidad valiente”. No obstante, un análisis más a fondo de lo que han sido las políticas en estos primeros doce meses de la llamada cuarta transformación indica que incluso aquellas promesas cumplidas son perjudiciales para México. Es el caso del gasto social en los llamados programas de bienestar (pensión a adultos mayores, jóvenes construyendo el futuro, sembrando vida, etc.) que son transferencias de recursos públicos con sentido clientelar y que, por lo mismo, no contribuirán en el futuro a mejorar sostenidamente el desarrollo económico del país. Por otra parte, en varios casos el cumplimiento pretendido no es cierto y refleja sólo el manejo hábil de un discurso que, tarde o temprano, acabará por manifestarse como una venta colosal de ilusiones y, lo que es más grave, significará que hemos perdido un tiempo valioso para atacar y resolver nuestros ingentes problemas.
Cumple presidente AMLO 89 por ciento de sus compromisos en el primer año de gobierno, diciembre 1, 2019.
Discurso del presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador, en su primer informe de gobierno, Patio de Honor de Palacio Nacional, 1 de septiembre de 2019.
Mensaje del presidente de los Estados Unidos Mexicanos Andrés Manuel López Obrador, 1 de diciembre de 2018.
PEMEX, “Estadísticas petroleras octubre de 2019”.
Secretaría de Hacienda y Crédito Público, “Las finanzas públicas y la deuda pública a octubre de 2019”, 29 de noviembre de 2019.
Secretaría de Hacienda y Crédito Público, “Informes sobre la Situación Económica, las Finanzas Públicas y la Deuda Pública al Tercer Trimestre de 2019”, 30 de octubre de 2019.
]]>¿Por qué la seguridad de la población es una tarea fundamental para el Estado moderno, en este caso el Estado Mexicano?, ¿qué podemos esperar los mexicanos de la estrategia de seguridad implementada por López Obrador al cumplirse un año de su gobierno?, ¿cuáles pueden ser las consecuencias políticas y sociales en caso de seguir agravándose la inseguridad en el país?
Para contestar a estas preguntas es necesario, en primera instancia, recordar que la seguridad de la población es la función fundamental que justifica y legítima la existencia del Estado moderno.
Recordemos que el Pacto que aludía Thomas Hobbes en su obra “El Leviatán” menciona que, a fin de garantizar la seguridad física de las personas, la búsqueda de certidumbre en el vivir social y la seguridad en el disfrute del derecho a la propiedad, la población renuncia al uso de la fuerza y la delega en el Estado a fin de que éste asuma la facultad para su cuidado y protección.
Hobbes nos describe la concreción de este pacto de la siguiente forma:
“Autorizo y transfiero a este hombre o esta asamblea de hombres mi derecho de gobernarme a mí mismo con la condición de que vosotros también transferiréis a él vuestro derecho y autorizaréis todos sus actos de la misma manera. . .
Esta es la generación de ese gran Leviatán, o más bien (hablando con reverencia), ese dios mortal, al cual debemos, bajo el Dios inmortal, nuestra paz y nuestra defensa”.
Es decir, un Estado que no garantiza la propiedad y la seguridad de sus pobladores se convierte en un Estado que, desde el punto de vista legal, se convierte en un Estado ilegítimo, ya que no cumple con la tarea que justifica y legitima su creación y existencia.
Es pertinente mencionar que, en este sentido, el Estado Mexicano tiene ya varios sexenios que viene fallando en esta primordial función de proporcionar seguridad y protección a sus ciudadanos, no es una deficiencia exclusiva del Presidente López Obrador; sin embargo, su estrategia, a un año de haber llegado al poder, no ha representado ningún cambio significativo que se traduzca en el mejoramiento del combate a la inseguridad, al contrario, los datos de la inseguridad que impera en nuestro país reflejan el aumento y el desbordamiento de la violencia, tal y como puede apreciarse en las cifras dadas a conocer en el mes de octubre de este año por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, destacándose las siguientes:
Ahora bien, no obstante ¿podemos todavía esperar una mejoría en la seguridad que vive el país con la estrategia que ha venido aplicando el presidente López Obrador y que se ha traducido en el aumento de la violencia y la inseguridad en el país?
A finales del año pasado se publicó el Plan Nacional de Paz y Seguridad 2018-2024. En este documento el actual presidente plasma su estrategia para combatir la inseguridad.
Se basa fundamentalmente en 8 puntos:
Al respecto, cabe señalar que con el control que ejercerá el presidente López Obrador sobre la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) a través de la fraudulenta selección de su actual presidenta María del Rosario Piedra Ibarra y el virtual control que ya ejerce sobre la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en donde ha logrado colocar una mayoría de magistrados que se identifican con él y su partido MORENA, harán que las decisiones que implican el combate a la corrupción y la aplicación de la justicia en nuestro país tengan un carácter parcial, personal, sesgado y partidista, sujeto a los intereses políticos, económicos y sociales del presidente López Obrador y de su camarilla partidista, por lo que en este contexto se torna difícil lograr un verdadero combate a la corrupción y un mejoramiento en la impartición de justicia en nuestro país.
En este rubro se pretende que mediante la mejoría de las condiciones económicas y sociales de la población se dé una disminución de la delincuencia y la inseguridad, situación que, en dado caso, sólo podría lograrse a largo plazo. Sin embargo, al considerar que la delincuencia está ligada a las malas condiciones económicas de los mexicanos, se comete el error de criminalizar la pobreza y considerar delincuentes a 52.4 millones de personas pobres y a 9.3 millones que viven en pobreza extrema (según cifras dadas a conocer en 2018 por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), con ello, el gobierno se olvida que a quienes realmente deben combatir es a los verdaderos grupos de delincuencia organizada y narcotraficantes, los cuales cuentan con grandes recursos para la ejecución de sus ilícitas actividades y no la población pobre, que con trabajo obtiene un pan para comer.
Este punto contempla que ningún cuerpo de seguridad podrá violentar o agredir a la ciudadanía, y por ende poner en riesgo su integridad física.
Pareciera que sólo cometen violaciones a los derechos humanos los cuerpos de seguridad y se deja de lado la violación a los derechos humanos que día a día comete la delincuencia con sus víctimas, como en el caso de los secuestradores, que cometen la violación más flagrante de dichos derechos, que es la privación del derecho a la vida de sus víctimas.
Al parecer los delincuentes gozan de amplia protección, ya que no se les puede tocar ni con el pétalo de una rosa.
Es así que el gobierno mexicano ha prohibido al Ejército y Guardia Nacional que no contesten el fuego y las agresiones de los grupos delincuenciales, lo cual se ha traducido en la ridiculización y burlas de que han sido objeto en varias ocasiones estos cuerpos, como en el caso de la Huacana en Michoacán, donde a finales del mes de mayo del presente año un grupo de civiles golpeó, desarmó y retuvo a miembros del ejército mexicano, a fin de que los elementos castrenses les devolvieran armas decomisadas en un operativo militar.
Sobre el particular, el presidente López Obrador expresó todo su apoyo y respaldo a los soldados y marinos, quien dijo:
“Van a mantener siempre una actitud prudente porque, conscientes de que se deben de respetar los derechos humanos, y que a nadie se le debe privar de la vida. Son situaciones muy difíciles, esto no les va a restar autoridad, al contrario, les da más autoridad”.
Se infiere de todo lo anterior que primero están los derechos de los delincuentes y luego los derechos de los agredidos. Se olvida el presidente López Obrador que los soldados también tienen derechos humanos y que como él lo ha dicho “los soldados son pueblo uniformado».
Dicho plan establece una Constitución Moral que conduzca a una cultura cívica positiva y con ética.
Si bien es cierto, que el cambio cultural es fundamental para lograr transformar la conducta social de los mexicanos, adquiriendo valores tales como la honestidad, la responsabilidad, la honradez, el respeto a uno mismo y a los demás, etc., también es cierto que la adquisición de estos importantes valores sólo será posible con una educación formativa que se inculque a los niños desde temprana edad y que se refuerce con la educación que se imparta en las escuelas públicas y privadas, y mientras tanto cabría preguntarse:
¿Cuántos años tendremos que esperar para que los mexicanos cambiemos nuestra cultura cívica y nuestra ética social que se traduzcan en la adquisición de valores que logren la disminución de la drogadicción y la delincuencia en nuestro país?
Francisco Álvarez Suárez nació en la ciudad de Campeche el 1 de julio de 1838, sus padre fueron Luis Álvarez y Lorenza Suárez, por desgracia quedó huérfano de padre a muy corta edad, por esta razón, desde pequeño se les confío su educación a los presbíteros Lorenzo Suárez y Luis Bravo quienes por motivos que desconocemos también fallecieron siendo Francisco todavía un niño. Francisco Álvarez se vio obligado a trabajar desde temprana edad y por lo tanto su educación solamente llegó a la preparación media.
Gracias a la influencia de sus protectores se inclinó al arte musical y tocaba en la parroquia de Campeche. Como músico llegó a distinguirse demostrándolo de tal manera que escribió 15 misas para coro completo a gran orquesta. También fue autor de otras obras lo cual lo caracterizó como hombre fecundo en ese género.
Organizó y dirigió la banda de música del Instituto campechano.
Gracias a su inquietud es que se debió la fundación de la Sociedad Filarmónica en 1874, en cuyo órgano de divulgación «La Armonía» escribió diferentes artículos musicales.
Es sobresaliente su obra «Diccionario de Voces Musicales y Principios Elementales de Música» que logró alcanzar varias ediciones debido a que fue de gran utilidad como texto en las escuelas de la entidad.
En el ámbito político desempeñó algunos cargos públicos, principalmente en el Ayuntamiento de Campeche a partir de 1866, lo que hizo posible la integración de su gran obra “Anales Históricos de Campeche”, que constituyen en sus tres Volúmenes las efemérides de 1810 a 1910. Gracias a esa obra no se perdieron acontecimientos fundamentales de esos cien años, que les han permitido a las siguientes generaciones apreciar el desarrollo histórico de Campeche.
Durante muchos años sólo se conocieron dos Volúmenes del trabajo de Francisco Álvarez, pero afortunadamente en 1977 apareció el tercer Volumen, completándose con esto la obra que hoy es una fundamental joya bibliográfica.
Recordemos que Francisco Álvarez Suárez solo tuvo una preparación escolar media, pero su gran talento e inteligencia natural que fue desarrollando a través de los años y la experiencia, lo llevó a ser un excelente músico compositor, así como un excelente historiador.
Tuvo un magnifico conocimiento del Archivo Municipal con lo que pudo ofrecer diversas conferencias, disertando acerca de ricos temas de los que de dicho archivo pudo conocer, por lo que tiene obras como “Hospital de Campeche” y “Una Memoria”, que presentó en el año de 1894, teniendo el cargo de Secretario del Ayuntamiento.
Teniendo ese cargo de Secretario del Ayuntamiento, el talentoso mexicano Francisco Álvarez Suárez, falleció el 29 de octubre de 1916 en la bella e histórica ciudad de San Francisco de Campeche.
La cita era a las 11 de la mañana en el Ángel de la Independencia. Diversas organizaciones de la sociedad civil, a la que se sumaron partidos políticos de oposición, habían convocado a la ciudadanía a manifestarse en contra del ataque a las instituciones autónomas que desde el gobierno ha emprendido Andrés Manuel López Obrador.
Era también la oportunidad para elevar la voz por el aumento a la violencia que produjo en 12 meses más de 32 mil muertos por asesinatos, incluyendo más de 20 el último fin de semana en Villa Unión, Coahuila; por el nulo crecimiento económico tras las promesas del entonces candidato de hacerlo por lo menos al 4% en 2019 y de disminuir el precio de la gasolina; por el desabasto de medicinas y el empeoramiento de la atención médica y el cierre de estancias infantiles; por la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México en Texcoco y por el asilo al ex presidente boliviano Evo Morales.
Antes de la hora señalada ya había ciudadanos con pancartas en la base de un Ángel que se ha ido hundiendo desde su inauguración en 1910; el monumento está protegido con una barda móvil tanto por las reparaciones producto del temblor del 19 de septiembre de 2017, como para evitar que manifestantes violentos, sean anarquistas o feministas encapuchadas, lo pintarrajeen.
Alrededor de las once, bajo un sol pesado, comenzó el movimiento a lo largo de la avenida Reforma hacia el monumento a la Revolución. El gobierno de la ciudad no había suspendido el paseo dominical de ciclistas ni otras actividades, como clases de zumba, que en una carpa y a todo volumen, se intentaban dar sin éxito en la glorieta de la Palma, en la esquina de Niza.
En el trayecto uno se encontraba diversas expresiones de descontento fueran los gritos en repudio a la presencia de Evo Morales en el país, contra el presidente, en favor de la independencia del INE; estudiantes de Baja California Sur externaban que el gobierno local no había cumplido con la promesa de entregarles recursos; otros daban a conocer que estaban contra el aborto. La mayoría de los marchantes vestían de blanco en señal que la protesta era pacífica.
El PRD también llevó su contingente con sus banderas; panistas destacados como el presidente de ese partido, Marko Cortés, senadores, Santiago Creel, marchaban unidos.
La asistencia, quizá no tan numerosa como esperaban los convocantes, ascendió entre 25 mil y 40 mil, que contrastaron con la apatía, la resignación o el desinterés, fue mayor sin embargo, a lo que suponía el gobierno, que tuvo que recurrir al acarreo descarado para intentar llenar el Zócalo para otro informe presidencial más. Los asistentes se concentraron al comienzo de la avenida Juárez, en la Plaza de la República. Se podía observar gente de edad mediana, pero pocos jóvenes y niños.
Allí estaban grupos del municipio de Chalco Solidaridad, con banderas blancas que contrastaban con las numerosas de México. Desde el templete se informó que en total en 37 ciudades del país como San Luis Potosí, Querétaro, Monterrey, Guadalajara y Puebla los ciudadanos también marchaban.
Helicópteros y drones observaban a los manifestantes desde el aire cuando entonaron el himno nacional. Comenzaron los discursos y se pidió a miembros de la familia Lebaron que subieran al estrado. Se gritó “Justicia, justicia” ante el crimen que sufrió esa familia.
Varios oradores expresaron las causas de inconformidad con el rumbo de la nación. Los asistentes se retiraron en orden a otras actividades con la satisfacción del deber cumplido y con la idea de que en el porvenir tendrán que seguir luchando porque el silencio es complicidad.
]]>Este domingo 1 de diciembre se cumple un año en el que Andrés Manuel López Obrador protestó como presidente de los Estados Unidos Mexicanos.
El tiempo se amplía un poco más si consideramos que aún antes de asumir formalmente el poder tomó una decisión que influiría de manera negativa su gobierno: la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, en Texcoco, cuya construcción iba muy avanzada, mediante una consulta anticonstitucional en octubre de 2018.
A partir de ese momento, los inversionistas nacionales y extranjeros externaron no sólo su preocupación, sino que guardaron su dinero en espera de otras señales más alentadoras.
El día de su asunción, López Obrador cuestionó de manera fuerte a su antecesor, Enrique Peña Nieto, que escuchó impasible cómo las principales reformas de su administración serían revertidas.
Por lo pronto, arrancó con una serie de actos simbólicos: clausuró Los Pinos como residencia oficial y los primeros días vivió en su casa particular en Tlalpan; luego se mudó a Palacio Nacional. Reintegró a los miembros del Estado Mayor Presidencial a la secretaría de la Defensa, canceló las pensiones a los ex presidentes que aún la recibían, puso en venta el avión presidencial que se había adquirido en tiempos de Felipe Calderón y se bajó el sueldo. Además, restableció las conferencias de prensa que, como Jefe de Gobierno del Distrito Federal, había llevado a cabo de lunes a viernes.
La primera prueba que enfrentó se dio en enero de este año, cuando el gobierno decidió, según sus propias palabras, empezar una guerra frontal al robo de combustible por lo que Pemex cerró sus ductos. Hubo escasez de gasolina en muchas partes del país, largas filas en las gasolineras y se envió a varios funcionarios a comprar pipas a Estados Unidos. El pueblo en primera instancia respaldó la medida.
Pero los pobladores de Tlahuelilpan, Hidalgo, siguieron perforando los ductos y robándose el combustible. El 18 de enero provocaron una explosión que arrojó 132 muertos y decenas de heridos, muchos de gravedad. El gobierno federal prometió indemnizar a las familias de los saqueadores.
Por otra parte, la relación con los Estados Unidos es un tema de primordial interés para el presidente, que anunció que al menos durante los primeros años de su mandato no saldrá del país, por lo que ha dejado de asistir a compromisos internacionales. Es por eso que se reunió en marzo en casa de un alto ejecutivo de Televisa con Jared Kushner, yerno de Donald Trump.
Desde ese encuentro, México dio marcha atrás en su política de permitir el paso de migrantes centroamericanos y de otros países hacia la frontera con el vecino del norte. La posteriormente creada Guardia Nacional se ha dedicado a contenerlos y regresarlos a sus países de origen. Pese a los esfuerzos del gobierno mexicano no se ha ratificado la nueva versión del Tratado de Libre Comercio, lo que sigue poniendo presión sobre las perspectivas económicas.
En este año el crecimiento económico, pese a las promesas de elevarlo al 4%, se limita a un raquítico 0.2%; la política de “combatir” al crimen organizado con “abrazos y no balazos” ha generado más de 32 mil muertos de manera violenta, y en Culiacán, se decidió liberar a Ovidio Guzmán ante el chantaje de su organización. En Bavispe, Sonora, 9 miembros de la familia Lebaron, incluyendo bebés fueron arteramente asesinados.
Si a esas acciones le sumamos la de minar la democracia con la ilegal extensión de mandato del actual gobernador de Baja California, la imposición en la Comisión Nacional de Derechos Humanos de alguien que incumplía la ley, las presiones a los miembros de organismos autónomos y de otros poderes, así como otros hechos, podemos concluir que el balance de estos doce meses es negativo y que se presenta francamente ominoso para el futuro.
]]>El espectro de una intervención militar estadunidense en México tras un siglo de calma, resurgió en este noviembre de 2019 debido a dos acontecimientos que tensaron las relaciones entre ambos países.
El primero de ellos fue la matanza cometida por grupos criminales a la familia Lebaron de nacionalidad dual mexicana-estadunidense y religión mormona, en el municipio de Bavispe, en los lindes de Sonora y Chihuahua, el 4 de noviembre. Nueve integrantes de esa familia entre los 30 años y los dos meses de edad fueron ultimados.
El segundo fue la ola de violencia que el llamado Cártel del Noroeste desató en Nuevo Laredo, Tamaulipas, entre el 14 y 15 de noviembre, en donde inclusive amenazó a la ciudadanía con matar a quien difundiera sus actos criminales por las redes sociales, lo que provocó un llamado de alerta por parte de autoridades estadunidenses.
En el vecino del norte empezó a rondar en sus círculos políticos y periodísticos la posibilidad de que en México los cárteles del narcotráfico fueran organizaciones terroristas, lo que de acuerdo con las leyes estadunidenses les permitiría intervenir directamente, debido a la ampliación de la jurisdicción penal extraterritorial para proteger la vida e intereses de sus ciudadanos.
El senador Tom Cotton, republicano de Arkansas, calificó la política oficial del gobierno lopezobradorista de “abrazos no balazos”, como “cuento de hadas”. Y añadió ominosamente: “Si el gobierno mexicano no puede proteger a los ciudadanos estadounidenses en México, entonces los Estados Unidos tiene que tomar el asunto con nuestras propias manos”.
Aunque a través de agencias como la DEA y la CIA, y de manera encubierta con asesoría al Ejército y la Marina de México mediante sus fuerzas especiales, los Estados Unidos participan en la política interior de nuestro país con elementos armados, el hecho que sus tropas invadan el suelo patrio no ocurre de manera oficial desde la presidencia de Woodrow Wilson, cuando estábamos sacudidos por la Revolución.
Wilson, un mandatario que es visto en su país como un pacifista, ya que al término de la primera guerra mundial propuso 14 puntos para reconstruir Europa y ayudó a que se creara la Liga de las Naciones, el antecedente de la Organización de las Naciones Unidas, fue un promotor de las agresiones contra México para vigilar los intereses de su país.
Opuesto al gobierno de Victoriano Huerta, al que se negó a reconocer, Wilson mandó a uno de sus hombres de mayor confianza a sondear el ambiente mexicano, William Bayard Hale, porque desconfiaba del embajador que había contribuido a la caída de Francisco I. Madero, Henry Lane Wilson; el reporte de su enviado preveía que Estados Unidos tendría que intervenir por la fuerza en su vecino del sur.
Wilson fue conduciendo, con el apoyo de su secretario de Estado y los legisladores demócratas en el congreso, una política intervencionista para provocar la caída del gobierno huertista. Así, los marines desembarcaron en Veracruz el 21 de abril de 1914, lo que provocó manifestaciones antiestadunidenses en varios países de América Latina; sin embargo, la marina estadunidense ocupó el puerto durante seis meses, lo que contribuyó a la renuncia de Huerta en junio de ese año.
Pero aún habría otra acción bélica de mayor envergadura, cuando Pancho Villa atacó Columbus, Nuevo México, el 9 de marzo de 1916. En respuesta, Wilson ordenó que una Expedición Punitiva comandada por John J. Pershing se internara en territorio mexicano.
Aunque esa fuerza expedicionaria no logró el objetivo principal de capturar a Villa y se retiró en febrero de 1917, les sirvió a los estadunidenses como entrenamiento y prueba para su participación en la guerra europea.
A cien años de esa invasión surgen varias preguntas. ¿La administración Trump estaría dispuesta a mandar sus tropas a nuestro país para atrapar a líderes de los cárteles si se deteriora la situación de seguridad en México o le sirve para asegurar su relección en las elecciones de 2020?
¿Cómo reaccionaría la opinión pública mexicana ante una nueva intervención? ¿El gobierno lopezobradorista recibiría el completo apoyo popular o, por el contrario, los mexicanos apoyaríamos la presencia de soldados y marines estadunidenses ante la incapacidad de la política gubernamental?
Por ahora todo parece haber quedado en simples amagos. Empero, no puede descartarse que por razones de política interior Trump se vea obligado a recurrir a la fuerza para asegurar la tranquilidad en su estratégico vecino del sur si la inseguridad continúa afectando a sus ciudadanos e intereses. Esperemos no tener que llegar a ese punto.
]]>René Capistrán Garza, nació en Tampico, Tamaulipas, el 26 de enero de 1898. Estudio Derecho en la Universidad Nacional de México.
Fue presidente Nacional de la Asociación Católica de la Juventud Mexicana de 1918 hasta 1923.
En enero de 1920, fue electo Regidor del Ayuntamiento de la Ciudad de México, por el Partido Nacional Cooperativista (PNC), partido que desapareció después de la rebelión delahuertista.
En 1925, fue de los fundadores de la Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa, (LNDLR), el artífice de la idea fue Teófilo Pizano, esta Liga fue la que se impuso en la organización del levantamiento armado de la Guerra Cristera. A fines de 1926 fue nombrado por los dirigentes de ésta como “Comandante Supremo” de los diversos alzamientos cristeros en el país. En 1927 viajó a los Estados Unidos para conseguir dinero y armas para los cristeros, fracasando en el intento.
Fue desterrado de México, vivió en San Antonio, Texas, y en La Habana, Cuba, regresando a México hasta 1937.
Interesado por el periodismo trabajó en El Sol de México, El Universal, y la revista Impacto. Desde 1938 fue Director del periódico “Novedades”. Publicó un desplegado llamando a la insurrección popular contra el gobierno marxista de Lázaro Cárdenas.
Participó como asesor histórico de la galardonada película de Julio Bracho, “La Virgen que forjó una Patria”. (Director Julio Bracho. Con: Ramón Novaro, Julio Villareal, Domingo Soler, Gloria Marín. Guion: J. Bracho y René Capistrán Garza. MÉX. 1942).
En 1949 fundó el periódico “Atisbos”.
Escribió: “La Iglesia católica y la Revolución mexicana. Prontuario de ideas políticas” (1964).
Anticomunista declarado, el 14 de Septiembre de 1968, bajo el amparo de la “Unión de Católicos Anticomunistas Mexicanos” hace un llamado a los católicos para que luchen contra la intervención política extranjera apoyando patrióticamente al Presidente Gustavo Díaz Ordaz.
Al parecer no estuvo nada de acuerdo con el Concilio Vaticano II, pues a partir de 1971 participó con los católicos tradicionalistas de la Unión Católica Trento, dirigida en sus inicios por el P. Joaquín Sáenz y Arriaga. También eso nos lo deja ver en sus obras “El reto político de la falsa Iglesia” (1969) Colección de 23 artículos publicados en El Sol de México, y también en “Caos en la Iglesia y Traición al Estado” (1970).
René Capistrán Garza, murió el 19 de Septiembre de 1974.
El 26 de noviembre de 1926, René Capistrán Garza proclamó las siguientes palabras en su Manifiesto a la Nación (que en parte, bien podría parecer escrito para nuestro tiempo presente):
“El régimen actual que oprime a la Nación mexicana manteniéndola humillada bajo la férula de un grupo de hombres sin conciencia y sin honor, está sustentada sobre los principios destructores y subversivos de una política que pretende convertir a la patria en un campo de brutal explotación y a los ciudadanos en un conglomerado sujeto a la esclavitud.
Destrucción de la libertad religiosa, de la política, de la enseñanza, del trabajo de la prensa, negación de Dios y creación de una juventud atea; destrucción de la propiedad privada por medio del despojo, socialización de la fuerzas productoras del país, ruina del obrero libre por medio de organizaciones radicales; despilfarro de los bienes privados, desconocimiento de las obligaciones internacionales, tal es sustancialmente el monstruo programa del régimen actual.
En una palabra la destrucción sistemática y deliberada de la Nación mexicana aniquilando su ser interior y concitando el odio en el exterior; el dominio implacable de un régimen bandolero sobre la población inerme, honrada y patriótica; la relación total y cínica de los derechos ajenos en todos los órdenes, políticos, cívicos, morales, económicos y religiosos. Una esclavitud férrea impuesta por las armas y el terror de los tiranos, a quienes es preciso destruir por el terror y las armas.
El santo derecho de la defensa, he aquí toda la base moral de este movimiento. A este derecho inalienable se adhiere fuertemente la conciencia nacional.
La necesidad vital de destruir para siempre los viciosos regímenes de facción para crear un gobierno nacional; la aspiración incontenible de abolir las prerrogativas de la fuerza con la fuerza irresistible del derecho de ahí toda la razón de ser este movimiento que es el impulso popular hecho realidad viva.
México, está en la necesidad de salvarse de sus tiranos y para eso necesita destruirlos.
No es una revolución; es un movimiento coordinador de todas las fuerzas vivas del país.
No es una rebelión; es la enérgica e incontenible represión contra los verdaderos rebeldes que desafiando la voluntad popular están ejerciendo el poder.
La rebelión está ahí en el llamado gobierno, que contra la misión propia de los verdaderos gobiernos están destruyendo el bien común. La rebelión está en la justicia negada, en la libertad destruida, en el derecho atropellado, y es tanto más inicua y criminal esa rebelión contra la sociedad y la patria, cuanto que para legitimarla se usurpan las augustas funciones de la autoridad pública.
El pueblo de México quiere renacer definitivamente a su nación, quiere recoger el cuerpo desagarrado y palpitante reanimándolo con la sabia generosa y fecunda de una buena administración que circula por las arterias del organismo social.
México esta sojuzgado; pero vive y alienta en él una fuerte voluntad. Sus tiranos van a saber por primera vez en su vida lo que es y lo que vale un pueblo que defiende su libertad y que por ella sabe luchar y morir.
No queremos privilegios para nadie; queremos justicia para todos, libertad y garantías dentro de la libertad.
En este principio está encerrado nuestro amplio y completo programa que se publica por separado y cuyos puntos básicos van a continuación. La hora de la lucha ha sonado. La hora de la victoria pertenece a Dios”.