Por: Graciela Cruz Hernández
Conín, Coni o Ko-ni Tetlatollo (Fernando de Tapia) de origen otomí y cuyo nombre significa “ruido”, nació en Nopala, jurisdicción de Jilotepec, Hidalgo, a finales del siglo XV y se casó con Magdalena Ramírez de cuyo matrimonio nacieron cinco hijos Diego, Magdalena, María, Catalina y Beatriz.
Conín, era un otomí-pochteca, antes de la conquista era un próspero e influyente comerciante, y mantenía buenas relaciones con las tribus chichimecas, mexicas y otomíes, por los territorios de los hoy estados de México, Michoacán, Querétaro e Hidalgo, a quienes les vendía semillas, mantas, sal, etc. y recibía a cambio pieles de animales, plumas, cestería, etc., a la llegada de los ejércitos españoles el indígena Conín se encontraba en Jilotepec, en donde se enteró del avance de los conquistadores y la superioridad de sus armas, estrategias de guerra y alianzas para el sometimiento; en efecto los conquistadores llevaron a cabo una sangrienta matanza en Jilotepec de la cual Conín logró salir a tiempo con sus familiares y otros indígenas dirigiéndose al cerro y cañadas del Sangremal en donde fundan un pueblo llamado Tlachco, hoy Santiago de Querétaro.
En 1528 llegan a los alrededores de Tlachco, el encomendero Hernán Pérez de Bocanegra y Juan Sánchez de Alaníz, buscando a Conín, pues conocían de su liderazgo e influencia, le pidieron una alianza para lograr la pacificación con los grupos chichimecas y otomíes. Conín consciente de la desventaja que tenían ante los conquistadores, aceptó la alianza y habló con los jefes chichimecas Calpixtzin (lobo) y Coyotzin (coyote) que dudan con natural desconfianza, pero Conín los convence para evitar la masacre de los indígenas sirviendo como mediador, concertando y pactando una batalla simulada sin armas, a cuerpo limpio entre los bandos al amanecer del 25 de julio de 1531 en la cañada de Sangremal, y al concluir ésta, se inició la pacificación y fundación de Querétaro. Siendo los frailes franciscanos quienes comenzaron la evangelización y conversión al cristianismo de los pueblos indígenas. Conín fue fundamental para los conquistadores en esa conquista pacífica que trajo grandes ventajas a los indígenas.
Existe una leyenda que cuenta que el 25 de julio de 1531 durante la batalla de Sangremal, entre españoles y tribus chichimecas y otomíes, repentinamente se oscureció y en el cielo apareció una cruz resplandeciente y al centro el apóstol Santiago el mayor, con su caballo blanco y espada de fuego, signo que señaló el final de la batalla y que dio lugar a la pacificación e integración que dio inicio de la fundación de la hoy ciudad Santiago de Querétaro, por esta razón hay una estatua de Santiago el mayor ubicada en el centro histórico del Estado de Querétaro.
Al ser evangelizado Conín, acepta ser bautizado con el nombre castellano de Hernando (Fernando) de Tapia. Hernando por Hernán Pérez de Bocanegra y Tapia por don Andrés de Tapia, encomendero de Jilotepec. Desde entonces fue nombrado cacique y gobernador de la República de Indios, durante 36 años y posteriormente gobernador vitalicio de Querétaro. La llamada “República de indios”, era una figura legal que la Corona española creó, la cual otorgaba títulos de propiedad a las tierras originalmente pertenecientes a los indígenas, y las blindaba legalmente ante posibles invasiones territoriales. Eran tierras de calidad y extensión tal, que permitían el auto sustento de la república indígena y el comercio de mercancías con otras repúblicas y castas.
En la iglesia llamada «Chiquita» en La Cañada, cabecera municipal del Márques, Querétaro, está la primera construcción religiosa edificada en el estado de Querétaro por órdenes de Hernán Pérez de Bocanegra y de Conín, templo donde este indígena convertido al cristiano fue bautizado con el nombre de Fernando de Tapia.
Fernando de Tapia estudió la cultura española, aprendió tecnologías agrícolas y mineras, nuevas formas de producción y de administración. Sirvió al ejército formado por indígenas y españoles, procurando siempre el beneficio de los indígenas. Como fundador y gobernante de Querétaro repartió tierras, construyó canales de riego, fomentó el cultivo de trigo, fundó granjas, construyó caminos, edificios religiosos, educativos y culturales; con el ingeniero Juan Sánchez de Alaníz, realizó la traza urbana de Querétaro, dándole un toque de arquitectura colonial, con lo cual convirtió a Querétaro en un centro de desarrollo político y económico.
A partir de 1550 se avecinan en la República de Indios (Querétaro) familias españolas mezclándose con las etnias, y el idioma castellano empezó a sustituir a las lenguas indígenas. Las hijas de Fernando de Tapia, contrajeron matrimonio con descendientes de la de la nobleza indígena convertidos al cristianismo, así el liderazgo e influencia política y económica de Fernando de Tapia se consolidó y extendió a varios pueblos de la región.
Fernando de Tapia, siempre ajeno a la violencia, trabajó por lograr una buena convivencia entre españoles e indígenas, nos dejó su nombre y legado en la historia como fundador de la actual ciudad de Santiago de Querétaro; murió en febrero de 1571.
Al morir Fernando de Tapia, sus hijas no tenían descendencia, por lo que fue su único hijo varón, Diego de Tapia, el heredero universal de todos sus bienes. A Diego, la corona española le otorgó un cacicazgo formando así parte del gobierno español. Gracias a la herencia que Fernando de Tapia le dejó a su hijo Diego, éste fue gran benefactor de Querétaro y entre sus obras construyó el templo y convento de Santa Clara ubicado en el centro histórico de Querétaro, por el año de 1606 y fue fundado por su única hija, Luisa que posteriormente adoptó el nombre de María Luisa del Espíritu Santo al convertirse en monja; con esa construcción dio asilo y apoyo a la vocación religiosa de monjas, siendo ella la primera abadesa. Actualmente se conserva el templo y un pequeño anexo, pues desafortunadamente durante la Guerra de Reforma fue destruida gran parte de la construcción. Las Repúblicas de indios fueron finalmente extinguidas y sus tierras expropiadas por los gobiernos liberales de mediados del siglo XIX, al amparo de la Ley Lerdo (una de las Leyes de Reforma impulsadas por el gobierno de Juárez). Cabe decir que don Diego de Tapia promovió el juicio ante la Corona española para el reconocimiento de los méritos y servicios de su padre en la pacificación y fundación de Querétaro.
Hoy en día se puede admirar una estatua de cuerpo entero del indígena Conín que se encuentra en el monumento a su memoria como fundador de Querétaro y que está ubicada en la carretera federal México-Querétaro, construida en el periodo gubernamental de 1982-1985, donde aparece con sus atuendos indígenas. También existe otra estatua de cuerpo entero de Don Fernando de Tapia ubicada en la plaza de los fundadores, en la cual aparece con su vestimenta renacentista.
El templo y ex convento de San Francisco, fue el primer edificio religioso que se construyó en Querétaro hacia 1540 y se convirtió en el centro de desarrollo urbano más importante de la Nueva España, fue costeada su primitiva construcción por el mismo fundador don Fernando de Tapia; actualmente el ex convento alberga al museo regional de Querétaro.
En Nopala de Villagrán, Hidalgo, hay una escuela secundaria que lleva el nombre de Fernando de Tapia en su honor, también en Nopala, hay una calle que lleva el nombre de «Indio Conín»
Qué importante es recordar y mantener vigente la memoria de los grandes indígenas que ayudaron a formar nuestra nación, como importante es recordar también que aunque hubo muchos abusos, hubo indígenas muy prósperos en la Nueva España y que eran protegidos por la Corona española; como muestra de ello tenemos a Conín, el gran Fernando de Tapia.