Por: Graciela Cruz Hernández
En la ciudad de México, el día 2 de abril de 1862, nació Francisco Beltrán, hijo de Don Adolfo Beltrán y de Josefina Otero, ambos de ascendencia española.
Francisco hizo sus primeros estudios en el Liceo Fournier (1868-1877) Después estudió en el Colegio Militar hasta el año de 1884 en que obtuvo el grado de teniente. Al recibir su título de ingeniero militar, con apenas 22 años de edad, fue nombrado para integrar la Comisión Geográfica Exploradora, promovida por el ministro de Fomento Vicente Riva Palacio, y el presidente del país, general Porfirio Díaz. El ambicioso objetivo de la Comisión era regularizar la cartografía del país. Beltrán sirvió dos o tres años en esta tarea, en la zona de Tamaulipas.
El Gral. Bernardo Reyes, que era en ese momento gobernador provisional de Nuevo León, solicitó de la Secretaría de Guerra los servicios de un egresado del Colegio Militar con los mejores antecedentes escolares y el teniente Beltrán fue el recomendado para incorporarse en 1877 al proyecto de obra pública del general Reyes. En esta nueva faceta siendo subalterno del capitán Miguel Mayora de la Junta de Mejoras Materiales presidida por el exgobernador José Eleuterio González, el Ing. Beltrán puso en práctica sus conocimientos de supervisión de obra como parte de su formación de zapador, incorporándose en obras ya en proceso, como el Puente Juárez sobre el arroyo de Santa Lucía, la remodelación de la Plaza Zaragoza, la conclusión del segundo piso del Palacio Municipal, la remodelación del Parián para reconvertirlo en el Mercado Colón, la intervención al Colegio Civil del Estado en su Salón de Actos, el Museo de Historia Natural, el Observatorio Meteorológico y su plaza. Se llenó de entusiasmo y visualizó su promisorio futuro al ser parte del proyecto más ambicioso del periodo: la Penitenciaría del Estado, donde colaboró con el mayor Miguel Mayora.
A la muerte de don José Eleuterio González, en 1888, y de Miguel Mayora, en 1889, la Junta de Mejoras Materiales reestructuró su Junta Directiva para seguir con la construcción de la Penitenciaría y demás obras en proceso. En la junta directiva de octubre de 1889, presidida por el general Reyes, éste propone nuevos miembros y entre otros propone a Francisco Beltrán, quien queda integrado desde ese momento a la Junta.
Fue nombrado como profesor por primera vez en el año escolar 1887-1888, para la cátedra de Matemáticas. Más tarde su capacidad lo llevó a enseñar también español (en el curso de Retórica y Composición), geografía, cosmografía, astronomía y francés, idioma que dominó como el suyo propio, y más tarde las asignaturas de Lógica, Psicología y Moral, y por último, Historia de la Filosofía.
Francisco Beltrán contrajo matrimonio en 1895, con la señorita Sara Joseph, con quien procreó 4 hijos.
Francisco Beltrán coadyuvó como ingeniero civil supervisando varias obras en proceso impulsadas desde el Gobierno del Estado, como la casa cuartel de la familia Reyes Ochoa, la ampliación del Hospital González y de la Escuela de Medicina, y al quedar concluido el edificio de la Penitenciaría en 1895, el inicio del nuevo Palacio de Gobierno Estatal, en la Plaza de la Concordia.
En febrero de 1897, Francisco Beltrán recibió a una comisión encabezada por el secretario del Ayuntamiento de Guadalupe, el ciudadano Víctor Treviño, y del síndico Albino Daniel Fuentes, solicitándole el diseño de un edificio para asentar la Casa Consistorial o Casa del Ayuntamiento de su municipio. Ya habían resuelto previamente la anuencia del alcalde y éste del gobernador Reyes, quien sólo los limitó a las posibilidades de sus recursos económicos, a un informe mensual sobre el avance de la obra y al visto bueno del señor arzobispo, en tanto que el lugar escogido para su ubicación era el patio al norte o atrio lateral del Santuario de Guadalupe, ocupado parcialmente por el curato.
Era una obra de gran importancia para el Ing. Beltrán donde requeriría de todos sus conocimientos; con entusiasmo se puso manos a la obra y para abril del mismo año su propuesta de proyecto fue presentada ante el Cabildo en pleno, su proyecto fue aprobado de inmediato en todos sus términos y se acordó el inicio inmediato de su construcción.
La obra permaneció en construcción desde abril de 1898 hasta principios de 1901. Desafortunadamente, del proyecto original sólo pudo construirse la parte frontal por la carencia de recursos y la incapacidad de apoyo económico por parte del gobierno estatal. Lo que se alcanzó a construir fue inaugurado el 27 de julio de 1901.
Francisco Beltrán se retiró voluntariamente en 1901 como efectivo del Ejército Mexicano con grado de mayor, su vida profesional se enriqueció con nuevas oportunidades, fue coasociado del ingeniero Francisco Benítez Leal, en la evaluación del proyecto y del contrato de los canadienses Mackin y Dillon para la introducción de los servicios de agua potable y de drenaje sanitario para la ciudad de Monterrey.
Sus méritos lo llevaron a ser director del Colegio Civil durante los años de 1905 a 1906, y de 1915 a 1917, realizando una excelente labor administrativa.
Dos importantes proyectos de su autoría fueron: el Palacio Municipal en Guadalupe Nuevo León, de 1901, y la Escuela de Artes y Oficios del Estado de Nuevo León (ambos planos en el Archivo General del Estado de N. L.)
Como profesionista alcanzó renombre y tuvo muchas ofertas laborales que le hubieran dado una gran satisfacción económica, sin embargo siguiendo lo que él sentía su verdadera vocación, se dedicó al magisterio, desempeñándolo de manera ejemplar dando lo mejor de sí, llegando a ser el más brillante maestro de su época.
A principio de 1933, cuando Monterrey se entusiasmaba ante el proyecto de la creación de la Universidad de Nuevo León, se nombró una comisión organizadora de la cual el Ing. Beltrán fue nombrado vocal.
El día 4 de octubre, la Universidad abrió sus puertas, estando presente en este jubiloso acontecimiento el Ing. Beltrán, pero desafortunadamente esta sería su última participación, pues enseguida enfermó.
El admirable ingeniero y maestro, Francisco Beltrán, murió el 8 de enero de 1934 a las 16:30 horas.
Unos pocos años después de su muerte el Ing. Beltrán fue declarado Benemérito del Estado “en atención a los eminentes servicios prestados al mismo en el ramo de educación y a sus grandes virtudes cívicas que son ejemplo para el pueblo de Nuevo León”. El decreto No. 46 dado en la sesión del 29 de octubre de 1940, fue publicado en el Periódico Oficial el 20 de noviembre.
Fuentes:
https://cienciauanl.uanl.mx/?p=7183
eprints.uanl.mx/9682/1/6-65%20Revista%20Memoria%20Junio%202015.pdf