Por: Graciela Cruz Hernández
Nació el 13 de octubre de 1759 en la ciudad de Celaya, Gto, así lo dicen la mayoría de sus biografías, aunque en el libro “Hombres ilustres mexicanos” publicado en 1873 en uno de sus tomos, el escritor Agustín R. González escribe que el nacimiento de Tresguerras fue el 13 de mayo de 1745.
Francisco Joseph Eduardo Maximiliano Fernández Martínez de Ibarra, hijo de Francisco Joseph Eduardo Fernández Tresguerras, de la provincia de Santillana del Mar y de María Guadalupe Martínez de Ibarra. En su juventud entró en un monasterio en la Ciudad de México, pronto se dio cuenta que no era su vocación y regresó a Celaya y se casó con María Josefa Ramírez, con quien procreó seis hijas.
Francisco Eduardo Tresguerras, fue un artista versátil, se dedicó a la pintura, el grabado y la escultura, fue a dar de «hocicos en lo de arquitectura», según propia declaración; y que “cualquiera [lo fuera], con solo quererlo ser” ejercer como “arquitete”, lo decía con especie de ironía de sí mismo. Tresguerras no realizó estudios profesionales, fue un autodidacta. Su primera obra fue la Fuente de Neptuno, que está en la ciudad de Querétaro.
En 1794 Tresguerras se presentó ante las autoridades de la Academia de San Carlos, a fin de que se le otorgara el nombramiento de Académico de Mérito en arquitectura; por desgracia, la documentación respectiva se ha extraviado, sólo se cuenta con el testimonio que él mismo anotó en sus escritos, aquí un resumen de su testimonio:
Don Francisco Tresguerras, residente en la ciudad de Celaya, con el debido respeto, digo: Que habiéndome presentado por escrito, en esta ilustre Academia, y admitida mi petición, que reproduzco, la cual fue’ que según mi mérito e inteligencia, en el ramo de arquitectura, se me asociase en ella, como dispusiese vuestra excelencia y hallase por conveniente, para ejercer con arreglo y libertad dicho arte, en algunas obrillas que puedan proporcionárseme, y para que dicha ilustre Academia, tenga en aquella ciudad quien realice cualquiera de sus proyectos o comisiones. En esta atención y en la de haber verificado todas las formalidades, que el caso requiere, como lo prueba el plan y alzado pedido a discreción y ejecutado por mí en la Sala de Arquitectura (cuya operación está autenticada por la certificación del señor director, don Antonio Velázquez, adjunta a dicho plan) de propia invención, sin plagio ni dolo, todo lo cual para en poder del señor secretario don Antonio Piñeiro, pido; el que vuestra excelencia se digne atender a mi súplica, cuanto pueda indulgente, quedan en poder de dicho señor director varios papeles, invenciones mías ya dibujadas y ya por escrito, de donde puede deducirse la teórica y práctica que tengo sobre el particular, añadiendo por una sensible precisión, el que pues no soy conocido, me es inexcusable proferir, que de mi calidad y conducta podré satisfacer a la más severa escrupulosidad, y que por lo mismo, cualesquiera honra que se me confiera, recaerá en quien hará de ella el justo aprecio y la sabrá dar el valor que corresponda sin afectación ni altanería. Así lo impetra de vuestra excelencia el que, sin embargo de lo dicho, se somete a sus sabias determinaciones. Francisco Tresguerras [rúbrica]
La columna de la Independencia de Celaya, fue el primer monumento levantado en honor a la naciente patria en los albores de su historia. Tresguerras, en un principio la erigió en 1791 para honrar a Carlos IV (1748-1819) Sin embargo, tras la caída del Primer Imperio Mexicano en 1823, el Ayuntamiento de Celaya decidió conmemorar el movimiento independentista y para tal efecto, se comisionó a Tresguerras para que modificara la columna que había construido, pero esta vez en honor de la Patria libre y así lo hizo.
Se encontraba en el centro de la Plaza Principal sobre una fuente y, sobre ella, un águila de cantera, con la cabeza volteada hacia atrás, apresando a una serpiente con las garras. Tresguerras mencionó porqué había colocado el águila de esa manera: “Pienso que el águila mexicana, símbolo de nuestra Independencia, no debe ver las barbaridades que cometen nuestros munícipes.” Tresguerras grabó inscripciones en cada uno de los cuatro lados de la base de la columna. Éstas dicen: “Erigió Celaya el año de 1823 segundo de su libertad. Estas armas blasón glorioso de la Patria. A la perpetua memoria de la Independencia. En testimonio de fidelidad y amor.”
En 1802 los carmelitas de Celaya le encargaron a Tresguerras, la construcción de su nueva iglesia. El día 4 de noviembre de 1802, el alférez real de la villa de Celaya, don Juan G. Bosque. Ponía la primera piedra del nuevo y tercer templo de los carmelitas descalzos. El día 13 de octubre de 1807 se dedicaba, apadrinando el acto el Ayuntamiento, bendiciéndolo el deán de Valladolid y diciendo la primera misa el prior fray José de San Fermín. El ayudante de la solemne misa no fue el acólito ordinario, sino el arquitecto Tresguerras.
De ese templo Alejandro de Humboldt, al conocerlo, señaló: “La iglesia de los carmelitas de Celaya es de bella composición, adornada de columnas de orden corintio y jónico”, comentario que quedó registrado en su Ensayo político sobre el reino de la Nueva España. También Joel R. Poinsett, en su obra Notas sobre México, dijo: “[la] magnífica iglesia contigua al convento del Carmen”. Ellos entre muchas personalidades más, han reconocido la belleza de esta obra arquitectónica de gran valor. Rafael Zamarroni Arroyo, en Narraciones y leyendas de Celaya y del Bajío, menciona que la construcción de la iglesia del Carmen le abrió a su autor las puertas de la fama porque “su grandiosidad y belleza arquitectónica arrebataron el aplauso universal”
Tresguerras fue, ante todo, un arquitecto. Pero también fue un excelente dibujante, aunque no le dedicó mucho tiempo, gracia y soltura caracterizan los dibujos de Tresguerras. De sus dibujos, algunos se conservan en la sección de manuscritos del Museo Nacional.
Tresguerras no solo era artista, también ocupó cargos públicos en el Ayuntamiento de Celaya, entre 1807 y 1830, fue maestro mayor de Obras Públicas, síndico procurador del Ayuntamiento, secretario del Ayuntamiento (1823), procurador segundo (1824), alcalde de primer voto, alcalde constitucional (1828), diputado suplente del Congreso de Guanajuato por el partido electoral de Allende (1828) y formó parte de la Junta de Sanidad (1828). “A favor del culto divino y de mi patria” es una frase dicha por Tresguerras a propósito de su actividad en el ayuntamiento, con esa frase mostraba lo que era importante para él, la religión y el servicio a la patria.
Francisco Eduardo Tresguerras murió el 3 de agosto de 1833 debido a la primera epidemia de cólera morbus que asoló al país.
Sus obras:
Arquitecto:
Celaya: Obelisco y fuente conmemorativa del rey Carlos IV, Torre de San Agustín, torre, cúpula y altares de San Francisco. Altares de la Tercera Orden, puente de cinco ojos sobre el Río Laja. Capilla- tumba, en la hermosa Capilla de los Dolores, construida en el atrio del templo de San Francisco; reconstrucción de la Iglesia del Carmen, en estilo neoclásico (1802-1807).
Querétaro: Fuente de Neptuno (1797)
San Luis Potosí: Teatro Alarcón. Altar mayor del Templo del Carmen.
Obelisco conmemorativo de la Independencia en la plaza mayor.
Guanajuato: Casa de Rul.
Michoacán: Catedral de Zamora
Pintor: Retrato de sus esposa (1787). Autorretrato (1794) Santa Ana, La Virgen Niña, dos frescos en la iglesia del Carmen y en San Luis Potosí.
Juicio Final en la capilla de los Cofrades en la Iglesia del Carmen en Celaya.
La Dolorosa en la capilla de Los Dolores.
Escultor: San Elías, estatua de la iglesia del Carmen de Celaya; La Virgen del Carmen; Santa Rosa de Viterbo. Educación de la Virgen.
Escritor: Obras devocionales, ejemplo de ello la novena a la dolorosa que aún se reza en la ciudad de Celaya. Sátiras poéticas.
Se publicó un cuaderno de notas de carácter crítico en 1962, con el título de Ocios literarios, que se conserva en la biblioteca de la Academia de San Carlos.
Fuentes:
https://disfrutahoycelaya.mx/la-columna-de-la-independencia/
https://www.analesiie.unam.mx/pdf/57_185-188.pdf