Catedrático, científico e inventor
Por: Graciela Cruz Hernández
El 11 de febrero de 1838 nació en la ciudad San Luis Potosí, José Francisco Javier Severiano Adolfo Estrada Murguía, hijo del Dr. José Mariano Francisco Javier Estrada Zapata y de Luisa Murguía Mojica.
Su papá, el Dr. Estrada, tuvo diversos cargos políticos y como tal, apoyó a Don Juan De la Granja (introductor del Telégrafo Electro–Magnético en México), para que se le cubriera la cantidad de doce mil pesos de gastos que tuvieron que hacerse en la Línea Telegráfica de México-Puebla. El Dr. Estrada, no imaginó que años más tarde, su hijo descubriría y patentaría la Telegrafía Inalámbrica.
Francisco Javier Estrada recibió su instrucción primaria en la escuela principal Lancasteriana durante los años 1846 a 1849. A fines de 1849, viajó a la Ciudad de México e ingresó al Colegio de San Ildefonso, regresando luego a San Luis Potosí para continuar sus estudios de Matemáticas. Concluidos éstos, regresa a México para cursar Física y cuyo estudio estaba bajo la acertada dirección del gran Pbro. Don Ladislao de la Pascua.
Estrada Murguía por algunas razones tuvo que interrumpir sus estudios de 1855 a 1857 y logra reanudarlos ingresando en la Escuela Nacional de Medicina en 1860, cursó Química e Historia Natural y recibió el título de Farmacéutico. Regresó a San Luis y prestó su servicio en dos boticas y en la segunda al morir el dueño, él la compra a los herederos, pero después en 1868 vende la botica. Contrajo matrimonio en 1866 con la señorita Trinidad Blanco, con quien procreó dos hijos: Ángela y Carlos.
Durante la intervención francesa las tropas habían ocupado como cuartel y hospital la Universidad, al irse, reorganizaron los planteles de educación dentro de los términos de la Ley de Desamortización de Bienes, y Estrada Murguía, ya con prestigio profesional fue llamado a contribuir junto con otros personajes a la reorganización del “Instituto Científico Y Literario”.
En 1868, empiezan a aparecer los trabajos de Estrada Murguía en publicaciones periodísticas y revistas especializadas. Es en ese año que empieza a impartir la Cátedra de Física con gran acierto, como lo señaló el Lic. Salvador Penilla López: “Sus explicaciones sobre los fenómenos físicos, las deducciones de las leyes que rigen los mismos y sus diversas aplicaciones en el campo especulativo demostrativo, práctico y experimental, le acarrearon un singular prestigio como profesor”.
El 20 de agosto de 1868 presentó en el Instituto Científico, su máquina dínamo eléctrica que funcionaba como motor y generador eléctrico demostrando que su teoría sobre la generación de electricidad era correcta. Tres días más tarde también en el Instituto fue donde encendió con esa máquina la primera luz eléctrica de arco del Continente. Queriendo lograr una construcción más profesional de su máquina, Estrada mandó los planos con notas importantes a la Casa Breguet de Francia para que se la construyera, pero no tuvo respuesta, los mandó por segunda vez, tampoco recibió respuesta; “casualmente” en la exposición de Viena de 1873 apareció la misma máquina de Estrada pero con el nombre de Dínamo-Eléctrica de Gramme, con solo una pequeña diferencia que era la posición del eje. Se distribuyó exitosamente convirtiéndose en un gran y redituable negocio.
Mientras en México, poco a poco, con sus limitadas posibilidades, Estrada había montado su propio laboratorio en su querido San Luis Potosí; el inmueble aún existe en contra esquina de las calles Bolívar y Francisco I. Madero.
Entrando en sus treinta años, Estrada Murguía empezó a sufrir los efectos de su terrible enfermedad, Ataxia locomotriz, y para 1874 ya estaba completamente ciego, de acuerdo con lo mencionado por él mismo en una carta dirigida al “Minero Mexicano” y publicada en ese periódico el 19 de julio de ese mismo año, en la que señalaba: “A medida que mis males avanzan, mi imaginación se muestra más infatigable, aumentando en razón inversa a mis movimientos; así pues, seguiré ocupándome, hasta que llegue la muerte que ya me amenaza, de ordenar mis trabajos científicos para enviarlos al Minero Mexicano, comenzando desde ahora por la descripción del Barómetro y Termómetro Meteorológico cuyo dibujo irá adjunto si me lo traen antes de cerrar esta carta”. No será por demás advertir, que solo la Unión Democrática de ésta ciudad se ha preocupado de ellos, y no ha habido persona alguna ni periódico que hagan mención ni caso de mis pobres instrumentos. Si estos fueran cubiertos por una credencial electoral, tendrían paso libre, no solo en el Ministerio de Fomento, si no en los Gabinetes de las Escuelas que hay bajo la protección del Gobierno progresista. Desde ahora te anuncio que no ha de faltar algún sabio que pretenda tirar por tierra el producto de mis esfuerzos que me han dejado sin poder ver la luz, pero esta es la recompensa que nos espera, aquí donde nos humillamos admirando lo extranjero y despreciando las obras de nuestros hermanos. Sin embargo, tú no desmayes como yo no desmayo, puesto que me ocupo de construir un telégrafo Tipográfico de mi invención que concluiré solo Dios sabe cuándo, porque mis artesanos padecen de apatía, enfermedad originada en las altas regiones y actualmente epidémica en el País”.
En 1878 gestionó, ante el gobierno local, que se hiciese un pedido a París de nuevos aparatos e instrumentos para un Gabinete de Física, gestionó 23 de los cuales él mismo construyó 16. De los aparatos todavía existe el Galvanómetro y uno para el estudio del Electromagnetismo, que conservan su placa de procedencia. Un año después, con auxilio de aparatos administrados por la Secretaría de Fomento, ayudó a establecer el Observatorio Meteorológico que fue puesto en comunicación directa con el de la Ciudad de México.
El 14 de enero de 1881, en el Instituto Científico y Literario, se hizo el primer experimento a larga distancia con un “MICRÓFONO TRANSMISOR” diseñado por Estrada y haciendo uso de la Oficina Telegráfica con la de la Ciudad de México a 477 kilómetros lográndose percibir las palabras claramente. Ese micrófono se puede considerar como el primero construido en México.
En cuestiones de salud Estrada descubrió que la mosca es la propagadora del cólera. Dado a conocer en el Correo de San Luis en septiembre de 1884, versión confirmada por científicos de aquella época.
A pesar de su enfermedad, él siguió impartiendo sus conocimientos tanto en el Instituto Científico y Literario como desde su domicilio particular, pero el martes 6 de enero de 1886 fue separado de la Cátedra que tenía encomendada, aduciendo, el empleado de Gobierno, que sus enfermedades le imposibilitaban asistir al Departamento que ocupaba el Instituto, el maestro insistió en seguir concurriendo y que se valdría de la ayuda respetuosa, cariñosa y considerada de sus alumnos quienes inconformados la mayoría con la decisión tomada por el Gobierno, dirigieron un ocurso con fecha del 8 de febrero de 1886, al C. Gobernador del Estado, aquí un resumen:
“Los alumnos se dirigen a usted C. Gobernador, para pedirle desista de llevar a cabo la supresión de uno de sus catedráticos más distinguidos y que tiene para él respeto público: sus largos servicios en el profesorado, su ciencia generalmente reconocida y apreciada y sus circunstancias particulares que lo hacen sagrado. No es en vano prurito de oposición a los actos del Gobierno que mueve a los alumnos del Instituto para pedir a usted la rectificación de un acto que debe suponerse impremeditado, impulsados sentimientos más generosos: el de la gratitud por el hombre enérgico que en medio de los sufrimientos de cruel enfermedad tuvo por consuelo a sus males, educar a la juventud que anhelante asistía a su Cátedra; el de la admiración por el sabio que acogió en su seno la Academia de Ciencias Físicas de Francia, y a quien todos los círculos Científicos de la capital de la República, han admitido con orgullo como uno de sus miembros más distinguidos y él que puede llamarse Honor de Cuerpo, por no ver separado entre los Profesores del Instituto al que solo con su presencia da brillo y prestigio a la docta corporación. Pero los alumnos creen en justicia que, sería sobrada osadía y suficiencia bien extraña en cualquiera, tratar de suplir la falta del ilustre ciego, que en la noche que le rodea tiene el sol de la ciencia para iluminar su espíritu y ha sabido derramar en la inteligencia de la juventud, más luz que las que hubieran podido recoger sus apagadas pupilas. Por todo esto, a usted C. Gobernador suplicamos sea restituido a su empleo de Catedrático de Física el C. FRANCISCO JAVIER ESTRADA.
Con ese ocurso, quedó demostrado el cariño, respeto y gran estima, que supo ganar entre sus alumnos el insustituible maestro Estrada.
Estrada Murguía, patentó la comunicación inalámbrica “NUEVOS SISTEMAS DE COMUNICACIÓN ELÉCTRICA ENTRE LOS TELÉGRAFOS DE LAS VÍAS FERREAS Y LOS TRENES EN MOVIMIENTO”. Privilegio que le fue concedido por el mismo presidente Don Porfirio Díaz.
En los artículos que publicó Estrada en 1874 en El Minero Mexicano sintetizaba sus aportaciones a la electricidad y constituían la continuación de su máquina presentada en 1868, Estrada planteaba las bases de lo que llamaba la reproducción indefinida de la electricidad estática, a diferencia del proceso dinámico del 68. Daba a conocer su nuevo instrumento para medir la velocidad de la electricidad con una exactitud de cincuenta milésimas de segundo. Temas entre las cuales estarían los procesos de electrificación. Entre sus inventos también estaban el Seismómetro Registro y Advertidor Eléctrico, Balanza Geológica Electromagnética, inventos de para predecir los temblores y erupciones volcánicas. El Barómetro de Mínima, el Termómetro Metálico, el Piano Eléctrico. Planteó también el empleo de los rayos solares como potencia motriz, y el planteamiento de la máquina de vapor sin fuego, el empleo del hielo en sustitución del combustible, etc. Con el tiempo se han perfeccionado mucho de los principios Científicos por él expuestos.
La Academia de Ciencias Físicas de París lo nombró su miembro, honra que se le dispensó, sin él haberlo solicitado. Se le otorgó un Diploma de la Sección de Ciencias Físicas Químicas del Ministerio de Fomento de los Estados Unidos. La sociedad de Historia Natural de la ciudad de México, lo nombró Miembro Honorario dispensándole la postulación que rara vez concedía, en septiembre 11 de 1879.
En la última etapa de su vida Estrada Murguía radicó en la Ciudad de México en donde continuó a pesar de su terrible enfermedad realizando distintas actividades dentro del ámbito de sus conocimientos. Después de 33 años de sufrimiento y habiendo muerto ya tanto su esposa como sus hijos, Estrada quien dio todo de sí, murió abandonado del mundo, en la Ciudad de México el día 12 de febrero de 1905 cuando tenía 67 años. Los restos de este sin igual genio pararon en la fosa común del Panteón de Dolores, sin saber dónde quedaron sus restos murió también la posibilidad de su exhumación y trasladado a un lugar merecido de honor.
El Gobierno del Estado de San Luis Potosí estableció el Certamen: “Francisco Estrada” en Ciencias y Tecnología. La Secretaría de Educación Pública en su Monografía Estatal de San Luis Potosí, denominada “Amplias Praderas con Horizonte de Serranía”, lo menciona como un extraordinario Físico y también lo designa como el Primer Electricista Mexicano.
Estrada Murguía buscando apoyo para sus inventos, estuvo en Zacatecas tratando de hablar con el gobernador, mientras permaneció ahí, conoció a Thomas Alva Edison con quien entabló amistad, Estrada le mostró sus estudios y le habló largamente de sus inventos, poco tiempo después Estrada murió. Se cree que Alva Edison aprovechó para sí algunos de los inventos del genio potosino. Fueron varias las publicaciones al respecto, aquí un ejemplo:
El Periódico “ACCION” 4,762, en el año de 1931, difundió lo siguiente el 23 de octubre: (Un encabezado a 8 columnas en la primera plana) UN POTOSINO Y NO EDISON, INVENTÓ LA LUZ INCANDESCENTE. (En la cuarta plana con las mismas características a tres columnas) “HAY DOCUMENTOS QUE ASEGURAN QUE EL PROFESOR DE FARMACIA Y EMINENTE QUIMICO, DON FRANCISCO J. ESTRADA, HIZO VARIOS INVENTOS ATRIBUIDOS A EDISON”
Resumen del sensible discurso pronunciado por el Lic. Don Francisco A. Noyola, en la develación del retrato del distinguido Maestro Estrada en la Universidad de San Luis, el 14 de octubre de 1908 en el Aula donde dirigió su Cátedra:
“Atacado en plena juventud de una terrible enfermedad que le arrebató la luz a los ojos y la coordinación al movimiento, cualquier otro sin su energía indomable, se habría dado por vencido en la lucha de la ciencia; y abandonado el campo, no como desertor sino como herido, habría buscado el reposo del hogar, procurando ante todo el alivio de sus males, por desgracia incurables; Pero no lo hizo así, quizá porque la ciencia fue su única Amada y más seguramente, por lo que hombres superiores se someten al infortunio, pero armados con la abnegación que es la fuerza salvadora en todos los naufragios de la vida”.
Fuentes:
Almanaque Potosino. Undécima Edición Año 1899