Por: Graciela Cruz Hernández
Graciela Beatriz Salicrup López nació en la Ciudad de México el 7 de abril de 1935. Sus primeros estudios los realizó en el Colegio Alemán, su educación secundaria la realizó en un colegio de religiosas para luego estudiar en la Escuela Nacional Preparatoria.
Graciela mostró gran interés en estudiar el idioma alemán, su amiga Claudia Gómez Wulschner en su interesante escrito “Ecos del pasado… luces del presente” relata detalles de la vida de Graciela, por ejemplo, cómo Graciela en sus estudios de alemán sin ser consciente los retaba y acomplejaba al ser la más atenta y aplicada. Que el interés que por las matemáticas había nacido en Graciela nació gracias al buen desempeño que tuvo unos de sus profesores del Colegio Alemán y que al parecer su familia no estaba convencida de que fuera una buena decisión el que estudiara matemáticas pero aun así apoyaron su ingreso en la universidad, pensando su familia que había algo de locura en sus aspiraciones la enviaron al psiquiatra con quien más tarde Graciela se casó.

Graciela Salicrup
Según la descripción que Claudia nos da de Graciela, es que era que era una mujer más alta que el promedio, esbelta, guapa y con enorme personalidad, con una combinación de seriedad y timidez que tamizaban una gran inteligencia, mirada tierna y profunda y que todos esos detalles que encantaban a los que la conocían encantaron al afortunado hombre que ganó su amor, el psiquiatra Armando Hinojosa Cavazos, tuvieron tres hijos, Ariel, quien se dedicó a la música, David, arquitecto igual que su mamá y Mariana, que optó desde muy pequeña por ser bailarina.
Graciela tenía facilidad para el arte, disfrutaba la música, la literatura e historia, gozaba de la ópera, las exposiciones de pintura y las visitas a los museos y el dibujo. Disfrutaba sus clases de idioma y pasaba largas horas en la biblioteca. Preparaba sus clases del Instituto de Matemáticas de manera impecable y era puntualísima en llegar al salón de clases que años más tarde llevaría su nombre. También terminaba sus clases con exactitud de horario. Sus investigaciones escritas a lápiz formaban filas interminables de cuadernos perfectamente organizados, avances de sus trabajos y sus apuntes de Topología. Graciela se interesaba en todo, quería entenderlo todo, ella se había recibido en arquitectura en 1959 y la aplicó más tarde en otra de sus pasiones que era la arqueología. Relata Claudia que un día llegó Graciela a la clase de alemán con un códice que aunque no era una pieza original resaltaba la belleza y el detalle con que había sido hecho y al preguntarle que dónde lo había comprado respondió Graciela con sencillez y humildad que ella lo había copiado y que le había llevado mucho tiempo el hacerlo.
Graciela participó en las excavaciones de Teotihuacán y en la reconstrucción y restauración de pinturas y sitios como Tetitla con el grupo de la arqueóloga Laurette Séjourné.
Ya casada y con tres hijos Graciela en 1964 con ese insaciable deseo de aprender y superarse, siguió persiguiendo su sueño, inscribiéndose en la Facultad de Ciencias para la carrera de Matemáticas. Entre 1966 y 1968 en medio de sus estudios, dio clases de Matemáticas en la Facultad de Arquitectura de la UNAM y en 1969 año en que se recibió empezó a dar clases en la Facultad de Ciencias de la misma Universidad. Fue contratada en el Instituto de Matemáticas de la UNAM como investigadora especial y en 1970 publicó su primer trabajo y continuó investigando en colaboración del doctor Roberto Vázquez quien era su mentor. Obtuvo al poco tiempo el nombramiento de investigadora, sus publicaciones siempre fueron en español y eso hizo que no fueran conocidas internacionalmente sino hasta muchos años más tarde.
Hizo un trabajo cuidadoso para su tesis doctoral titulado: “Epirreflexividad y conexidad en categorías concretas topológicas” que apareció publicado en la revista del Instituto de Matemáticas en 1978. Sus investigaciones en su mayoría en colaboración con el doctor Vázquez fueron de gran profundidad y relevancia en el área de la Topología Categórica. Por alguna razón que desconocemos se distanció del doctor Vázquez.
La obra de Graciela Salicrup no sólo queda en sus trabajos en arqueología o matemáticas sino también en su importante trabajo que realizó como maestra, guía y asesora de tesis.
Fue investigadora pionera en la rama de Topología categórica en las décadas de 1970 y 1980.
Tuvo un periodo de mucha riqueza en publicaciones en colaboración con los principales desarrolladores de la rama como Horst Herrlich. Asiste al Congreso sobre Aspectos Categóricos de Topología y Análisis en Ottawa, a la Conferencia Internacional de Teoría de Categorías en Gummersbach y al Taller sobre Tópicos Especiales en Topología y Teoría de Categorías en Bremen en el año de 1981.
En el verano de 1982 sufrió una caída que la hizo sufrir mucho físicamente, padeció terribles dolores y a causa de ello murió el 29 de julio de ese mismo año, dejando un proyecto de investigación importante por desarrollar, en el cual aparecería como colaboradora con Horst Herrlich y George Strecker y el cual fue publicado en 1986.
La Sociedad Matemática Mexicana publicó en 1988 en su serie de investigación un trabajo completo de Graciela, editado por Horts Herrlich y Carlos Prieto
Actualmente el salón principal del Instituto de Matemáticas de la UNAM lleva su nombre, como homenaje a su persona y trabajo como investigadora.
Ninguna duda cabe que de haber vivido más años habría seguido dando abundantes frutos pues estaba en su naturaleza aprender, investigar y trasmitir todo lo aprendido, una mujer que supo valorar cada minuto de su existencia, amó la vida y el conocimiento dejando legado de él. Graciela Beatriz Salicrup López, un Orgullo de Nuestra Identidad Nacional Mexicana.
Fuentes:
https://albertofest.matcuer.unam.mx/Misc44/C_Gomez.pdf “Ecos del pasado… luces del presente” Graciela Salicrup (1935-1982) de Claudia Gómez Wulschner