Doctor en Filosofía, escritor y periodista
Por: Graciela Cruz Hernández
El 15 de octubre de 1899 nació en Salvatierra, Guanajuato, Jesús Guisa y Azevedo, En Salvatierra pasó su niñez. Estudió en el seminario de Morelia, Michoacán. Viajó a Europa y en 1920 estudió Filosofía y Ciencias Sociales en la Universidad de Lovaina, Bélgica, se doctoró en Filosofía en 1923. Luego residió por dos años en España.
Regresó a México y empezó a escribir en el periódico Excélsior, pero sus artículos que tocaban temas contra el gobierno disgustaron a las autoridades callistas que sin más lo desterraron y junto con él desterraron a los también colaboradores Victoriano Salado Álvarez y José Elguero.
Fue invitado en 1934 por el rector Antonio Caso, a dar clases de Filosofía Tomista en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Dos años después unos dicen que fue expulsado pero lo más seguro es que él como otros renunciaron al no estar de acuerdo en que el gobierno de Cárdenas hiciera una nueva reforma al artículo 3º constitucional que encaminaba a la educación a la ideología marxista:
La educación que imparta el Estado será socialista y además de excluir toda doctrina religiosa combatirá el fanatismo y los prejuicios, para lo cual la escuela organizará sus enseñanzas y actividades en forma que permita crear en la juventud un concepto racional y exacto del universo y de la vida social.
Fundó en los años treinta la librería capitalina «Taberna Libraria», ahí se daban cita diversas figuras de la política y las artes. Jesús Guisa, fundó la editorial Polis (1936) y la revista LECTURA, REVISTA CRITICA DE IDEAS Y LIBROS de carácter tradicionalista y reaccionaria, la cual se publicó desde 1937 hasta 1973. Guisa también fue colaborador de Novedades (1938-56).
Fue conocido por sus ideas conservadoras y tradicionalistas, para algunos era de “ultraderecha”, pero eso no le impidió tener contacto o amistad con personajes comunistas como Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros entre otros, que supieron reconocer en él la cualidad de la honestidad y la congruencia.
En 1946, el Partido Fuerza Popular lo propuso como candidato a diputado federal por el distrito de Salvatierra, Guanajuato. Pero el partido creado como brazo político de la Unión Nacional Sinarquista sólo duró tres años. Luego Guisa y Azevedo perteneció al Partido Acción Nacional del cual desertó e incluso escribió un libro llamado Acción Nacional es un equívoco, el cual publicó en 1966.
En 1956 fue propuesto por José Vasconcelos y Ángel María Garibay como individuo de número en la Academia Mexicana de la Lengua de la cual se retiró como Miembro en 1980.
José Vasconcelos le reconoció su constancia como pensador humanista, como un cristiano católico comprometido con la justicia social de los mexicanos más pobres, y que procuró trabajar por un México mejor.
Sobre su revista Lectura, incluimos en este escrito un análisis que hizo Francisco Alejandro García Naranjo de la
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo-México sobre el libro Tres intelectuales de la derecha hispanoamericana: Alberto María Carreño, Nemesio García Naranjo, Jesús Guisa y Azevedo, de la Dra. Felícitas López Portillo Tostado:
En el Capítulo III «Jesús Guisa y Azevedo, el cruzado» nos dice que Jesús Guisa a través de los distintos tópicos abordados por la revista Lectura, que tuvo una vigencia entre 1937 y 1973, la Dra. López Portillo nos lleva a conocer la mentalidad de este tradicionalista y reaccionario que le imprimió este sello a su publicación, que se declaraba «verdaderamente antirrevolucionaria. También explica que la revista fue la expresión de un sector de la clase media ilustrada que estaba en oposición con los gobiernos posrevolucionarios, a los que se acusaba de ser los causantes de la pérdida de los valores espirituales. Fue una revista basada también en el antiyanquismo y el anticomunismo, dedicada al rescate del pasado hispánico de México y del «sentido de comunidad cristiana que alguna vez se le imprimió a su vida política».
La revista Lectura, de la mano de su principal impulsor, entró en polémicas a propósito del indigenismo oficial, de la educación socialista en 1935, el reforzamiento del ejido y la hegemonía del Estado en la vida social y en la economía. Sus armas fueron el hispanismo y el anticomunismo, conceptualizando al indigenismo cardenista como herramienta yanqui para erradicar de México a la civilización, que estaba constituida por la tradición española y el catolicismo. Esta mirada de extrema derecha de Guisa y Azevedo encontró que la Independencia y la Revolución mexicana fueron verdaderas catástrofes para el país, debido a una poderosa conspiración de judíos, masones, marxistas, liberales y comunistas. Teniendo un importante lugar en esta teoría, Estados Unidos como «una potencia diabólica» empeñada en destruir el catolicismo.
Entre las obras de Jesús Guisa encontramos:
El tomismo de Balmes en su tratado de la certeza (1924); El libro Lovaina de donde vengo (1937); Chesterton, tres ensayos (1937); Doctrina política de la reacción (1941); Hispanidad y germanismo (1946); Los católicos y la política (1952); Estado y ciudadanía (1957); Me lo dijo Vasconcelos (1965); La palabra humana; El ciudadano Luis María Martínez; Elogio del vino (1971); Muerte y resurrección de México (1978); y Don Quijote y Sancho (1984), entre otras obras.
Guisa fue un periodista crítico de los males públicos del país, se desempeñó como tal en sus últimos años en los diarios Novedades y El Universal, guiándose como siempre por el principio de la honradez intelectual.
Este ilustre mexicano, Jesús Guisa y Azevedo, hombre de firmes convicciones, murió en la Ciudad de México el 30 de septiembre de 1986 en la Ciudad de México.