Por: Graciela Cruz Hernández
Juan Guillermo Villasana, nació en Pachuca, Hgo., el 10 de febrero de 1891. En 1910 estudió en el instituto científico y literario de Pachuca, donde se adentró de lleno a las matemáticas, la física y la aerodinámica. Siendo adolescente leía sobre la aviación y se aficionó a ella.
Inspirado por los vuelos de los hermanos Wright, a los 18 años, junto con otros apasionados del aire, fundó en 1909 la primera organización en México con fines aeronáuticos: «La Sociedad de la Aviación».
De 1908 a 1910, diseñó y construyó una serie de modelos de avión de su propia invención y el 11 de abril de 1910 voló a 700 metros sobre su ciudad natal en un aeroplano diseñado y construido por él mismo, bautizado con el nombre de «Pachuca».
Tiempo después ensayó en el Velódromo de Pachuca con regular éxito un pequeño avión al que le había instalado un motor de gasolina de 15 caballos de fuerza, marca Curtiss.
Ya radicado en la Ciudad de México, en 1912, el general, José González Salas, ministro de Guerra y Marina, encargó a Villasana, la construcción de 5 Aeroplanos tipo Deperdussin para el Ejército Mexicano, el primero recibió el nombre de «Latinoamérica».
Gracias, a sus conocimientos de tradición familiar de ebanistas, tuvo la oportunidad de diseñar una hélice con varios tipos de maderas y una nueva técnica de fabricación, que permitía alcanzar mayor eficiencia a mayores altitudes. Esta hélice que le daría tanta celebridad fue bautizada como la «Hélice Anáhuac», la primera de las cuales fue fabricada en la Escuela de Artes y Oficios y que representó una importante aportación al desarrollo de la aviación mundial.
La hélice Anáhuac, se exportó en 1915 a Centroamérica, Sudamérica y Japón, lo que le valió recibir del gobierno de El Salvador, una condecoración por su brillante invención. También lo reconoció el gobierno japonés a través del Gral. Nagaoka, comandante del cuerpo aéreo imperial de Japón, pues con la hélice Anáhuac se superó el récord mundial de altura cuando en 1919 en ese país, un piloto norteamericano se elevó a 19,750 pies.
Estados Unidos deNorteamérica y Japón quisieron comprarle la patente, pero Villasana como buen patriota, la donó al gobierno de México, obsequiándole a esas naciones una copia de la misma.
Ocupó importantes puestos en la Aviación Militar Mexicana, colocando en su fundación como instructor técnico del Pié Veterano de Pilotos.
En 1917 desempeñó comisiones representando al gobierno de México, y fue enviado a El Salvador a entregar los aviones que se obsequiaron a aquel país.
Fue a Estados Unidos, a estudiar organización de la aviación, en la American Aviation School en Buffalo E.U. presentó su examen de Ingeniero en Aeronáutica, titulándose el 23 de abril de 1918.
En 1918 fue nombrado Director de Aeronáutica Civil, sustituyendo al Coronel Alberto Salinas Carranza, hasta mayo de 1920 en que se retiró parcialmente de sus actividades en la aviación.
También experimentó con el concepto de aeronave de alas rotativas e incluso construyó un prototipo de helicóptero que estuvo muy cerca de funcionar correctamente, pues en 1920, Inglaterra ofreció un premio de 15 mil libras esterlinas al primer técnico que construyera un helicóptero, y lo obtuvo, construyendo un aparato que se elevó verticalmente.
En 1927 fue como delegado mexicano a la Convención Interamericana de Aviación Comercial, en Washington D.C., reunión que se celebraba por primera vez.
Por decreto presidencial el 1 de julio de 1928, crea el Departamento de Aeronáutica Civil y el Ing. Villasana es nombrado su director.
Con carácter de civil desempeñó diversos cargos en la Secretaría de comunicaciones, a la vez que daba cátedra en la Fuerza Aérea Mexicana, y fue maestro de todos los pilotos que en ese entonces se graduaron en ella.
Juan Guillermo Villasana fue uno de los más importantes pioneros de la aviación en México. Realizó trabajos para la Moisant International Aviators.
La sobresaliente actuación de Villasana, dentro de la aviación militar, le permitió ocupar cargos de gran importancia, como teniente técnico de aviación, piloto en jefe de la Escuela Militar de Aviación, dos veces director de la Escuela y Talleres de Aviación Militar, director de los Talleres Nacionales de Construcciones Aeronáuticas TNCA, con el grado de capitán primero, capitán segundo, jefe de la Sección de Aviación Comercial, del Departamento de Aviación Militar y dos veces delegado técnico en aeronáutica militar en la Inspección General del Ejército.
Los TNCA comenzaron como taller de mantenimiento de la pequeña y antigua flota aérea, pero fueron creciendo paulatinamente hasta tener una capacidad considerable y culminar con la fabricación total de aviones y equipo en México.
Juan Guillermo Villasana, ocupó en cuatro ocasiones la Dirección de Aeronáutica Civil, hasta 1940 en que se retiró definitivamente de ella.
En 1955 el Secretario de Comunicaciones y Obras Públicas en reconocimiento a sus méritos le impuso la cruz y placa «Emilio Carranza», declarándolo de manera oficial “Fundador de la Aviación Civil Mexicana”.
Murió a los 68 años en la Ciudad de México, D. F., el 23 de febrero de 1959; y en mayo de ese año, la Federación Aeronáutica Internacional decidió otorgarle póstumamente el diploma «Paul Tissandier», en atención a sus relevantes méritos, durante la reunión que la FAI celebró en Moscú.
En febrero de 1960, póstumamente también le fue concedido el diploma que la Dirección de Aeronáutica Civil entregó a todos los precursores de la aviación, al clausurarse los festejos con motivo del cincuentenario de la aviación comercial mexicana.
Por 38 años, sus restos permanecieron en el Panteón Jardín de la ciudad de México, hasta que el 17 de diciembre de 1997 en una ceremonia, se trasladaron a la Rotonda de las Personas Ilustres en Pachuca, Hidalgo. En reconocimiento a su labor, el aeropuerto de Pachuca lleva su nombre