Por: Graciela Cruz Hernández
Juan Ignacio María de Castorena y Ursúa Goyeneche y de Villareal, nació en julio de 1668 hijo de Juan de Castorena Ursúa y Goyeneche, originario de Navarra y de Teresa de Villarreal, de familia acomodada del real minero de Zacatecas. Castorena realizó estudios en la capital virreinal en el Real Colegio de San Ildefonso, donde estudió Filosofía, Teología y Sagrados Cánones.
A finales del siglo XVII al parecer estudió en la Universidad de Ávila, España, doctorándose en Teología.
Publicó en Madrid “El Elogio de la Inmaculada Concepción” y “La Fama y obras póstumas” de Sor Juana Inés de la Cruz, dándola a conocer de esta manera en Europa.
Castorena fue amigo de Sor Juana Inés de la Cruz y se solidarizó con ella en momentos difíciles y ella en agradecimiento, le dedicó la siguiente décima: Al S. D. Juan Ignacio Castorena, “Favores que son tan llenos/ no sabré servir jamás,/ pues debo estimarlos más/ cuando los merezco menos,/ de pagarse están ajenos/ al mismo agradecimiento,/ pero ellos mismos intento/ que sirvan de recompensa,/ pues debéis a mi defensa/ lucir vuestro entendimiento”.
A su regreso a México y aprovechando su sólida formación, Castorena fue designado como prebendado de la Catedral Metropolitana.
Preocupado por la formación de las mujeres novohispanas, niñas huérfanas y mujeres honestas, en 1721 fundó el colegio del Señor San Miguel y mil ángeles custodios de María Santísima. Donó para su fundación casas de su propiedad, (recordemos que él provenía de familia pudiente), también se unieron a esta noble causa otros mecenas y benefactores.
En las primeras décadas del siglo XVIII obtuvo reconocimientos y encargos oficiales de diversas índoles y fue en esta etapa que fundó La Gaceta de México.
Aunque antes de esa época ya existían hojas volantes, con la Gaceta de México y noticias de la Nueva España, se inauguraba el periodismo formal Novohispano, razón por la que a Castorena se le atribuye ser el primer periodista de México e Hispanoamérica.
Castorena inauguró el primer número con este mensaje:
La nobilísima México, cabeza de la Nueva España y corazón de la América, celebró los dos Siglos cumplidos de su Conquista el día del glorioso Mártir S. Hipólito su Patrón a 13 de agosto del año pasado, con festivas demostraciones de luminarias, máscaras, y colgaduras, y con paseo la víspera, y día, montados a caballo, el Exc. Señor Virrey, Real Audiencia, Tribunales, Ciudad, y Caballería: Sacó el Estandarte Real el conde de el Valle de Orizaba su Regidor… (Gacetas de México, i, 1722).
Las noticias del primer número, correspondientes al mes de enero de 1722, fueron precedidas por una breve reflexión sobre la trascendencia de este acto “fundacional”. Castorena hace notar cómo el año anterior se habían cumplido dos siglos de la Conquista de México, entidad política a la cual no duda en reconocer como nobilísima, “cabeza de la Nueva España y corazón de la América”. Algunos autores como Tavera ven en este detalle un rasgo de conciencia criolla, que décadas después se concretará en un sentimiento de “nacionalidad”. Castorena con esta descripción hace patente el dominio y la supremacía de la Monarquía Hispánica, pero no toca más el tema durante la existencia de la publicación.
El primer número de la Gaceta cerró con una invitación del editor para que los funcionarios de las ciudades capitales enviasen noticias –“dignas de la luz pública”– que sirviesen de ejemplo para los próximos números.
En los números siguientes, otro tipo de acontecimientos nutrirán su contenido, estos tendían a mostrar la grandeza de México y sus habitantes, en especial los criollos, se informaba de los acontecimientos de la vida religiosa, política, social y económica de la capital virreinal y sus provincias. A lo largo de los seis números, Castorena estaba interesado en mostrar a Europa las manifestaciones de una cultura compleja.
A partir del cuarto número se denominó “Gazeta de México y florilegio historial de las noticias de Nueva España”. (El uso de la “Z” fue para respetar la grafía italiana)
El papel era un material costoso y la corona ejercía monopolio sobre su producción y distribución. Este entre otros motivos atribuyeron a que la existencia de la Gaceta tuviera una existencia efímera. Había un número reducido de lectores, pues no todos sabían leer y muchas veces las lecturas se hacían en voz alta para que lo escrito llegara a muchos oídos y aunque el contenido de la Gaceta pudiese llegar a un público amplio mediante la lectura compartida en voz alta, su consumo se restringiría a un pequeño sector que lo podía comprar. La vida tan corta de esta primera gaceta se redujo exclusivamente al primer semestre de 1722.
Las Gacetas de México fueron, en 1722, el primer periódico mexicano y el segundo en Latinoamérica. Los primeros seis números estuvieron a cargo de Juan Ignacio Castorena Ursúa y Goyeneche. Seis años después, en 1728, Juan Francisco Sahagún de Arévalo continuó con las gacetas.
El 6 de julio de 1729, Juan Ignacio María de Castorena fue elegido obispo de Yucatán, tomó posesión de su diócesis el 11 de septiembre de 1730. Murió ejerciendo su cargo el 13 de julio de 1733 en la ciudad de Mérida. Sus restos mortales se encuentran sepultados en la Catedral de Yucatán.
Fuentes:
https://www.revista.unam.mx/vol.16/num12/art98/art98.pdf
https://www.redalyc.org/pdf/281/28139198005.pdf
García González, Francisco (2001). «Bienes, educación y vida cotidiana en el Colegio de Mujeres: Zacatecas, siglo XVIII»