Por: Graciela Cruz Hernández
En el pueblo de Taxco, en el Virreinato de la Nueva España, nació Juan Ruiz de Alarcón. La partida de nacimiento, descubierta por Leonardo Carranco Cardoso en 1974, certifica que «En treinta de diciembre de mil y quinientos setenta y dos años Alonso Torquemada, semanero en la región de Tachco, bauticé en la Ermita de la Santa Veracruz, Real de Minas de Tetelcingo, a Juan, hijo de Pedro Ruiz de Alarcón y Leonor de Mendoza, su mujer ». Tres días después de la festividad de San Juan Evangelista día en el que posiblemente nació. Recordemos que antes era muy común poner a los niños el nombre del santo del día e igualmente era común bautizarlos a pocos días del nacimiento.
Juan Ruiz fue hijo del español Pedro Ruiz de Alarcón y de Leonor de Mendoza, proveniente de una familia próspera dedicada a la minería. En 1580 la familia se trasladó a vivir a la capital del Virreinato. Al parecer comenzó su formación con los jesuitas en San Pedro y San Pablo, donde estudió gramática latina, dialéctica y filosofía escolástica y moral, ahí sus profesores animaban a los alumnos a participar en concursos poéticos y en representaciones teatrales.
Entre junio de 1596 y abril de 1600, Juan Ruiz de Alarcón estudió cinco cursos de Derecho canónico y otros de Derecho civil en la Universidad de México.
Juan estudió en la Real y Pontificia Universidad de la Ciudad de México, y posteriormente viajó a España logrando el título de bachiller de cánones en la Universidad de Salamanca.
Se conservan cuatro documentos relacionados con los estudios de Ruiz de Alarcón en Salamanca. El primero es la matrícula en quinto curso de Derecho canónico, el 18 de octubre de 1600. El segundo, la matrícula en la facultad de Derecho civil el 21 de octubre de 1600, ya que había completado los cursos para recibir el grado de Derecho canónico. El tercero es sobre la recepción del grado de bachiller en Derecho canónico el 25 de octubre de 1600. Por último, el cuarto documento es su recepción del grado de bachiller en Derecho civil, el 3 de diciembre de 1602. De seguido, Alarcón se matricula el 4 de octubre de 1604 en Derecho y permanece en Salamanca, probablemente preparando su examen de licenciatura, hasta el verano de 1606, fecha en la que se traslada a Sevilla. Entre 1602 y 1606, además de continuar sus estudios, se ocupó de dar clases a estudiantes, con lo que obtenía ingresos complementarios.
El 29 de julio de 1601, Juan Ruiz de Alarcón solicitó de la Universidad de Salamanca un certificado oficial de sus dos grados, necesario para ejercer la profesión en Sevilla, y que después entregaría en México en 1609 para tramitar su licenciatura.
De Salamanca, se traslada a Sevilla, donde reside desde 1606 hasta 1608. Unos documentos legales de estas fechas lo definen como vecino de la ciudad y con licencia para ejercer la profesión de abogado ante la Real Audiencia. Los datos sobre su modo de vida en esta época indican una escasa holgura económica.
En Sevilla Juan Ruiz participó en certámenes literarios, habituales entonces. Así, en 1606 participa en dos justas, una el 26 de abril, fiesta conmemorativa de la traslación del cuerpo de Santa Leocadia de Flandes a Sevilla, y otra el 4 de julio, fiesta de San Laureano.
Alarcón regresó a Nueva España. Parte de Cádiz el 12 de junio de 1608 y llega a Veracruz (México), el 19 de agosto de 1608. Cinco meses después, presenta su certificado de estudios de Salamanca y solicita examen para la licenciatura. Así, el 8 de febrero de 1609, Alarcón expone su tesis, cuyo tema era la emancipación temporal de esclavos y los efectos legales de ciertas cláusulas testamentarias, lo cual era un problema de interés para la sociedad criolla. Luego, presentó el día 18, testimonios sobre su práctica de abogado en Sevilla. El día 20 de febrero rinde el examen ante veintiún sinodales, y por unanimidad, le otorgaron el grado de licenciado in utroque iure. El 12 de marzo de 1609 obtiene el permiso para doctorarse en Derecho canónico y civil, aunque solicita que la entrega del título sea sin la ceremonia acostumbrada. Sin embargo, nunca accedió a este grado.
Alarcón ejerce su profesión en los tribunales, y a comienzos de 1611 un documento notarial lo define como «abogado de esta Real Audiencia», al tiempo que López de Espinar, corregidor de la Ciudad de México, le nombra su asesor. En 1612, el tribunal de México lo nombra «juez pesquisidor» en un caso de asesinato.
El 21 de mayo de 1613, Alarcón parte de México a Veracruz, y sale de San Juan de Ulúa nueva y definitivamente hacia España. Desembarca en Sevilla a fines de septiembre o comienzos de octubre de ese año, y se traslada a Madrid a la búsqueda de un puesto en la Corte, consiguiéndolo difícilmente trece años después. Durante su espera, el teatro se convirtió en una importante fuente de ingresos.
En Madrid tuvo una relación con (Ana) Ángela de Cervantes, de esa unión nació su única hija, Lorenza, que fue bautizada el 6 de enero de 1617. Es conveniente mencionar que no llegaron a formalizar esta unión.
A partir de 1617 comienza su reconocimiento como escritor. Perteneció hasta 1622 a la academia literaria que dirigía Sebastián Francisco de Medrano junto con Lope, Góngora y Tirso, entre otros escritores de la época. Es en este momento cuando se produce la mayor parte de representaciones en Palacio de sus comedias, como por ejemplo Los favores del mundo (1618), Las paredes oyen (1618, 1625, 1636), Ganar amigos (1622), La cueva de Salamanca (1623) La verdad sospechosa (1623), Los pechos privilegiados, y Examen de maridos (1627)
En 1622 colabora en la creación de la obra Algunas hazañas de las muchas, de Don García Hurtado de Mendoza, marqués de Cañete, virrey de Perú entre 1590 y 1596. La comedia fue compuesta entre varios autores. Fue representada en Palacio ante la Reina entre el 5 de octubre de 1622 y el 8 de febrero de 1623.
Fue ascendiendo en el mundo literario, pero al hacerlo empezaron los ataques de otros autores, sobre todo por su aspecto físico. Estas ofensas lo acompañaron hasta que se retiró de los círculos literarios en 1626.
“Floripando talludo, Príncipe de la Chunga”, “Corcovilla”, “Poeta juanetes”, “Poeta entre dos platos”, fueron algunos de los sobrenombres y epítetos con que se conoció a Juan Ruiz de Alarcón en la España del siglo XVII. Su aspecto físico poco agraciado (ya que era jorobado, pelirrojo y muy bajo) le valió las burlas de sus contemporáneos, pero en su obra consiguió una victoria moral y
Ruiz de Alarcón se impuso en la escena por la calidad de su teatro, a menudo saqueado por editores y autores que se apropian las comedias alarconianas: Lope de Vega (La verdad sospechosa): Fernando de Zárate Castronovo (Mudarse por mejorarse), entre otros.
Juan Ruiz de Alarcón pretendiendo un cargo en alguna de las audiencias de Indias, hizo solicitud y el 19 de junio de 1625 su solicitud es transmitida por el Rey al Consejo de Indias. Más tarde llega la respuesta: los miembros del Consejo reconocen su talento y capacidad, pero no lo recomiendan «por el defecto corporal que tiene, el cual es grande para la autoridad que ha menester representar en cosa semejante». Sin embargo, en junio de 1626 es nombrado Relator supernumerario, con derecho a ocupar el primer cargo definitivo que estuviera vacante.
Comienza una nueva etapa en la vida del dramaturgo, centrada en su trabajo como relator, que le alejaría del mundo literario: Juan Ruiz de Alarcón siguió escribiendo teatro después de ese nombramiento, pero ya como un entretenimiento, una distracción de sus trabajos administrativos.
Recibió elogios de otros autores: de Fernando de Vera y Mendoza en su obra Panegírico por la poesía, escrita hacia 1620 pero publicada en 1627; de Juan Pérez de Montalbán, en Para todos (1632) y de Juan Antonio de Vera y Figueroa, en Essequie poetiche (1636).
Gran parte de su treintena de obras teatrales fue representada en Madrid con éxito, lo que le dio cierta holgura económica. Destacó en la república literaria, despertando la envidia de alguno de los dramaturgos contemporáneos, como Lope de Vega y Mira de Amescua.
En 1638, la salud de Alarcón se debilitó, por lo que a partir de enero de 1639 otra persona tomó su lugar en el Consejo de Indias. El primero de julio de ese año, Alarcón dictó su testamento ante el notario Lucas del Pozo y cinco testigos. Tres días después, el 4 de julio de 1639, falleció en su casa de Madrid.
Ignacio Manuel Altamirano comentó: (“Nuestro Alarcón pertenece a España”, 1904) Juan Ruiz de Alarcón, considerando como un “americano españolizado”, pero a final de cuentas mexicano, que a pesar de las burlas que recibió por su físico, sufrió y perseveró por alcanzar sus ideales, logró dejar su nombre en la historia de la literatura nacional e internacional y por el cual, a su natal Taxco, se le añadió de Alarcón, para honrar así su memoria.
Se publicó un decreto el 8 de septiembre de 1987 en el Periódico Oficial del Estado, donde se instituyó las Jornadas Alarconianas del Gobierno del estado de Guerrero como festival cultural para celebrarse cada año, en Taxco, con el propósito de recuperar, recrear y difundir la obra de don Juan Ruiz de Alarcón y Mendoza.