Por: Gustavo Novaro García
La senadora por California, Kamala Devi Harris, ha sido seleccionada por el virtual candidato presidencial demócrata, el ex vicepresidente Joe Biden, como su compañera de fórmula, para enfrentar al tándem Trump-Pence, en los comicios de noviembre.
Harris compitió contra Biden en las primarias demócratas, pero se quedó sin fondos, por lo que abandonó la competencia en diciembre pasado. Sin embargo, el haber entrado en la carrera se vio como una prueba para colocarla en el escenario nacional y someterla al escrutinio de una campaña presidencial. Es vista como una estrella en ascenso en las filas de su partido.
No es la primera mujer seleccionada como parte de una fórmula presidencial -ese honor le correspondió a la congresista neoyorquina Geraldine “Gerry” Ferraro en 1984, cuando acompañó a Walter Mondale en contra de Ronald Reagan y George Bush; la entonces gobernadora de Alaska Sarah Palin al lado de John McCain cayó en 2008 frente a Barack Obama y Biden; Hillary Clinton fue la titular perdedora en 2016- sí es la primera mujer de color, y de ambos padres inmigrantes.
Debido a la edad de Biden, 78 años, y a su salud, la selección de Harris, en caso de una victoria, colocaría a la californiana, nacida en 1964, muy cerca de la presidencia, por lo que darle un vistazo a su trayectoria, formación e intereses, es importante por los efectos que tendría en nuestro país.
Sus padres se conocieron mientras estudiaban en la Universidad de California en Berkeley. Él, Donald Harris, es un economista de origen jamaiquino que luego tuvo una larga carrera en la universidad de Stanford; su madre, nacida en el sur de la India, Shyamala Gopalan, ya fallecida, y a la que Kamala reconoce fue su gran influencia tras el divorcio de sus progenitores, era una investigadora del cáncer de pecho. Kamala es la mayor de dos hermanas.
Por su crianza, desde la niñez, ha estado involucrada con el pensamiento liberal. Estudió derecho en la Universidad Howard, en Washington, D.C., que se enfoca principalmente en estudiantes negros.
Al regresar al área de la bahía e ingresar en la política, fue apadrinada por el experimentado político negro Willie Brown, que había sido el presidente de la cámara de diputados californiana y luego alcalde de San Francisco. A pesar de la diferencia de edad, fueron pareja, pero no se casaron.
Hace seis años se casó con el también abogado Douglas Emhoff, que tiene dos hijos de un matrimonio anterior. La pareja vive en Los Ángeles.
En su carrera profesional, primero fue fiscal en el condado Alameda y en San Francisco, donde ganó la elección para el cargo en 2003, posteriormente se postuló para procuradora general de California y en 2016, ganó el escaño senatorial.
En el senado, elevó su perfil en audiencias en donde se mostró crítica e incisiva de los nominados por Trump a cargos importantes.
Biden llegó a conocer a Harris a través de su hijo Beau, ya fallecido, que era procurador general de Delaware. Al ganar la nominación, Biden prometió escoger a una mujer como compañera de fórmula y se fue inclinando por una mujer de color, primero por compromisos con esa minoría que es el electorado más fiel de los demócratas; en segundo lugar, por el actual clima político en su país.
De acuerdo con la organización no gubernamental GovTrack, Harris fue la senadora que más votó hacia la izquierda, más aún que el famoso Bernie Sanders. Aunque sus antecedentes en la procuración de justicia indicarían otra cosa, se ha inclinado últimamente por el movimiento que busca quitarle dinero a la policía. Ella favorece el aborto aún en etapas tardías de gestación y promueve que se le proporcione servicio médico a los migrantes ilegales. No es experta en política exterior.
El acto más importante de campaña de Harris, será el debate que sostendrá contra el vicepresidente Pence el 7 de octubre en Salt Lake City, Utah.
Esta es una pequeña presentación de un personaje que podría incidir en el destino de México a lo largo de esta década de una manera decisiva. Habrá que seguir sus pasos de cerca.