Por: Mnemea de Olimpia
Como se ha ido abordando en los artículos anteriores, el uso de la internet y todas sus maravillas se vuelve un arma de doble filo cuando cae en manos de niños y jóvenes menores de edad, e incluso otros “no tan menores”, pues así como los infantes, muchos adultos también hacen uso de ella irresponsablemente. Ha llegado el momento de que hablemos de lo que quedó en aquella caja de Pandora: la Esperanza. En esta entrega, ofreceremos algunas soluciones a esta problemática, no sólo posibles y viables, sino incluso económicas y sencillas de llevar a cabo.
En mi experiencia como profesora de primaria desde hace 10 años, hablar con los niños sobre los riesgos de utilizar la internet de forma irresponsable no es una solución viable, pues a pesar de que en muchos colegios desde hace varios años se imparten clases de “Responsabilidad Digital”, esto no ha sido efectivo en lograr su objetivo. Prueba de ello son los relatos anteriormente publicados. Esta responsabilidad no se la podemos dejar a los niños y/o púberes, sino que ésta es exclusiva del adulto ya que es éste el que posee la madurez, experiencia y sobre todo la consciencia de las consecuencias del uso irresponsable de esta tecnología.
Si somos completamente sinceros, es inútil recomendar la supervisión de un adulto cuando los niños hagan uso de sus diferentes dispositivos electrónicos, tales como Smartphones, Ipads, etc., pues la realidad es que ellos NO NECESITAN de éstos para su diversión y entretenimiento. La prueba la podemos encontrar en el buen y satisfactorio desarrollo de la infancia de las generaciones precedentes a la Generación Z, las cuales realizaban actividades recreativas en parques, disfrutando de los juegos de mesa, del deporte, del arte, de la música y de muchas otras actividades lúdicas. Es importante mencionar que mis recomendaciones no pretenden “demonizar” a los dispositivos electrónicos, y con ello a la internet, sino que al contrario, su objetivo es invitar al lector a que sea consciente de que una supervisión esporádica o una plática de media hora no alejará a nuestros niños del peligro digital que los acechan las 24 horas del día. No me refiero sólo al contenido sexual, sino también a las consecuencias que esa permanente conectividad puede ocasionar en su desarrollo cognitivo y social, como lo explican a detalle los autores Joe Clement y Matt Miles en su libro “Screen Schooled”. Lo anterior lo podemos reforzar aún más con varias de las declaraciones públicas que algunos de los magnates de la tecnología, tales como Steve Jobs y Bill Gates han hecho, en las cuales afirmaban limitar a sus hijos el uso y acceso a la tecnología digital, incluso aquella creada por ellos mismos.
“They haven’t used it. We limit how much technology our kids use at home”
Steve Jobs
(Ellos no la usan –el iPad-. Nosotros limitamos mucho cuánta tecnología usan nuestros hijos en casa)
Incluso el conocido editor de la revista “Wired”, Chris Anderson, está consciente de los peligros a los que se enfrentan nuestros niños y adolescentes, por lo que él y su esposa limitan e incluso les niegan a sus hijos los tan adorados dispositivos hasta que ellos alcancen cierta edad. ¿Por qué si aquellos reyes de la tecnología son tan estrictos con estos dispositivos, y nos lo manifiestan públicamente afirmando que en el calor de su hogar no exponen a los que más aman a sus propias creaciones tecnológicas, la gente de a pie sí lo hace con sus hijos a edades tan tempranas?
No seamos partícipes del robo de la inocencia de nuestros niños, no hagamos que ellos hagan de la tecnología su vida, puesto que no la necesitan para ser felices. Conozco a muchos padres que se acercan a mí para decirme que –pese al reglamento escolar- ellos seguirán enviando a sus hijos al colegio con sus teléfonos celulares porque sienten una mayor seguridad en caso de alguna emergencia. Si realmente éste es el temor de muchos padres, la solución la pueden encontrar obsequiando a sus hijos los famosos “relojes inteligentes para niños”. Estos relojes tienen funciones tanto básicas como tranquilizadoras quienes se preocupan permanentemente por el bienestar y seguridad de sus niños, ya que con éstos, los pequeños no solamente podrán estar al tanto de la hora, sino que además, en caso de emergencia, también podrán realizar llamadas a ciertos números telefónicos configurados, así como recibirlas de éstos mismos. Otra de sus características es su GPS integrado, mediante el cual el padre podrá conocer la localización del menor, e incluso tendrá la posibilidad de determinar una “zona de seguridad”, de la cual, si el menor sale de ella, habrá de mandarse un aviso al teléfono celular que se configure.
Como podemos observar, la tecnología no es buena ni mala. Simplemente es necesario que el usuario cuente con la suficiente madurez y consciencia para su manejo, que elija aquello de acuerdo a sus necesidades y dote a los más vulnerables con la tecnología acorde a su edad. No debemos olvidar que pese a que muchas aplicaciones en los celulares inteligentes, y en otros dispositivos, nos ofrecen seguridad para que nuestros hijos los puedan manipular sin los riesgos que ya conocemos, la realidad es que ellos no se encuentran completamente exentos de las amenazas virtuales que los acechan en la red, pues hay que decirlo claramente: no existe una internet “segura”. Prueba de ello es que incluso en los colegios, donde se cuentan con sistemas que bloquean en las computadoras y tabletas diversas páginas de medios audiovisuales, los niños siguen logrando acceder, tanto intencional como por accidente, a contenidos de tipo sexual, paranormal y violento. Al final de cuentas, nunca podrá haber filtros suficientes, ni supervisión todopoderosa que esté a la altura de la curiosidad de un niño. La única solución, entonces, es que los adultos desarrollemos la consciencia para alcanzar una prevención real y eficaz. Seamos para nuestros hijos lo que al concebirlos juramos ser: sus guías guardianes…sus ejemplos a seguir.
REFERENCIAS:
https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2017-10-26/tecnologia-hijos-gates-jobs_1466777/
https://blog.publipunto.com/pulsera-gps-ninos/
https://www.unicef.es/prensa/1-de-cada-3-usuarios-de-internet-son-ninos