Por: Voniac Derdritte
Capítulo 0
¿Es el mundo a nuestro alrededor real o una simple ilusión? ¿Es lo bueno, realmente bueno, y lo malo, verdaderamente malo? ¿Por qué el mundo cada vez parece ir peor? ¿Qué propósito tiene uno en esta vida? ¿Por qué vivir y para qué sobrevivir? Ésas son algunas de las preguntas que pasan por la mente de toda persona intelectualmente sobresaliente, al menos una vez en la vida.
Si estás leyendo mis palabras, es porque has venido a mí porque intuyes que hay algo en este mundo que no “cuadra”, que no “embona”. Algo está mal y lo puedes sentir, tu cerebro te lo advierte, y sin embargo, no logras saber del todo qué es. La realidad es que a pesar de que tengas profesores, familia, amigos, pareja y conocidos, ante esa sensación de escepticismo intuitivo, quizás hasta de rebeldía empírica, estás solo. Las respuestas a tus inquietudes no son suficientes, ni siquiera vagamente precisas. Peor aún. Tus profesores, quizás los hombres más cultos en tu círculo, se han equivocado más de una vez, y tú te has dado cuenta de su frecuente falibilidad. En fin. Nadie sabe a qué te refieres cuando preguntas lleno de inocencia por qué en la sociedad, a tu alrededor, sucede una cosa o la otra. Y eso, te comienza a frustrar, a alterar, a enfurecer. He aquí, en este contexto, la razón por la que nuestros caminos se cruzan. He aquí que finalmente nos encontramos, tú, el candidato a alumno, y yo, el maestro. Lo que te ofrezco, y ofreceré a lo largo de esta obra, si aceptas mi obsequio, será la locura a los ojos de los dementes, el exilio de entre los desarraigados; la obscuridad de la verdad, ¿cuál verdad? La de la luz, la del saber.
Ésta es tu última oportunidad. Justo ahora has de decidir. Si tomas la pastilla azul, nada cambia. Vivirás una vida aceptable, sin angustias ni impotencias irresolubles; sin dudas ni preguntas infinitas; sin miedo a lo desconocido, a lo conocido y a lo pendiente por conocer. No tendrás enemigos, ni depredadores. Crecerás, trabajarás, te reproducirás, envejecerás y morirás en paz…aunque sin haber vivido. Habrás de ver el mundo, sin jamás haber abierto los ojos. Habrás de levantarte de la cama todos los días, sin jamás haber despertado. Y sin embargo, serás feliz, mundanamente feliz hasta el final de tu intrascendente pasar por esta Tierra. Ésa, es al menos la promesa de tus deshonestos amos.
Si tomas la pastilla roja, los muros de la realidad habrán de colapsar ante tus ojos; los océanos de la Historia habrán de evaporarse en tus manos y el futuro mismo dejará de ser un mero concepto, para en su lugar volverse tu creación, tu ambición, tu obsesión y el justo sinónimo de tu nombre. En corto, si eliges saber, habrás de morir a los ojos de tu familia, de tus amigos, de tu pareja, de tus profesores y del mundo entero. Y sin embargo, renacerás por encima de los meros hombres, y más allá de las murallas de la realidad que se te ha puesto en los ojos. Serás luz inobservable para los que viven gustosamente en la obscuridad y tu brillo habrá de iluminar a aquellos que como tú buscan ser iluminados. Debes saber que la longevidad de tu vida no dependerá más de ti, sino de los dioses, pues tu existencia, tu presencia y tu actuar en este mundo significarán la destrucción misma de éste, y por ello, el mundo intentará devorarte siempre. No obstante, no estarás solo, pues en este momento ya tan avanzado de la Historia, caminarás a la sombra de titanes condenados, bajo el mando de generales desconocidos y entre soldados sin otro uniforme que la Verdad.
El mundo está cambiando, y los tambores del dios Destino cimbran ya con sus aturdidoras ondas sonoras nuestro presente. Las nubes tormentosas se aglomeran en el horizonte y su retumbar profetiza ininterrumpidamente el porvenir. No puedo decirte lo que se avecina, pues tu cerebro aún dormido, aunque inquieto, jamás lo podría entender. Debes verlo con tus propios ojos y ser capaz de digerir esta vista del futuro con la fuerza de tus entrañas.
Si decides tomar la píldora roja, si eliges saber, con cada capítulo de mi obra guiaré a tu mente a la libertad de la prisión en la que ella vive, y llegado el momento, te enseñaré a liberar la mente de los que amas. Debo advertirte que no toda mente puede ser despertada, y que tampoco todas, aún despiertas, pueden soportar los brillos más cegadores, las verdades más dolorosas. Si eres lo suficientemente fuerte de mente y espíritu, estarás bien. Si no, te perderás a ti mismo en las profundidades de lo desconocido y de lo incomprobable, y tu mente navegará por siempre en las mareas demenciales de la especulación. La decisión es tuya…y de nadie más.
Si has leído hasta estas últimas líneas, y tomado la píldora roja, sólo me resta decirte:
Bienvenido al Mundo Real
Bienvenido a la Resistencia
Es probable que tu mente, confundida por mis palabras, no comprenda del todo lo que sucederá a partir de este momento. Suficiente es que sepas que tu entrenamiento comienza ahora, y que en cada ocasión que nos encontremos aprenderás algo nuevo, conocerás un poco más de La Verdad. Por el momento…es suficiente. La próxima vez, te mostraré que lo que tú identificabas como “tu vida”, no era más que una construcción preprogramada, una mera creación de El Sistema. Hasta entonces.