Por: Jerry Gortman
“A huevo, la 4ta transformación quiere la UNAM y la vamos a obtener, pinches estudiantes pocos huevos que por unos putazos se cagan. No valen pito”.
Celebres palabras pronunciadas el 8 de septiembre de 2018 por Gerardo Fernández “Ñeroña”, perdón Noroña, que revelan, desde su peculiar y vulgar estilo, el propósito de MORENA por controlar la UNAM.
Sin lugar a dudas, no podemos estar en contra de la legitimidad de las demandas hechas por grupos de mujeres universitarias que, llegadas al hartazgo, por la falta de atención y castigo al incremento de feminicidios, el acoso y abuso sexual y la violencia en su contra, han protestado para ser oídas y exigir soluciones concretas a las autoridades universitarias.
El explosivo crecimiento de la violencia en contra de las mujeres se inserta dentro del incremento en la escalada de violencia e inseguridad que vive nuestro país desde el año pasado, las cuales se han agudizado gracias a la ineptiud e indiferencia que ha mostrado López para enfrentar y resolver estos azotes que sufrimos diariamente los mexicanos.
Como es su costumbre, Obrador ha despreciado el dolor y el sufrimiento de los mexicanos, y en esta ocasión hizo caso omiso de las demandas femeninas y en plena conferencia mañanera dio más importancia al asunto de la rifa de su cacareado avión presidencial que al asesinato y descuartizamiento de Ingrid Escamilla. Por ello, el 14 de febrero un grupo de mujeres arribaron frente a Palacio Nacional con pancartas que decían: “presidente indiferente”, “ni una más”, entre otras expresiones, mientras tanto López hacía alarde de su “altura” de primer mandatario haciendo un delicado llamado para que “no hubiera enfrentamientos en el día del amor y la amistad”.
Sin embargo, las legítimas demandas que exigen estos grupos de mujeres, al pedir solución a la violencia de género en la UNAM, fueron manchadas por los actos vandálicos que han cometido, tales como pintas, destrucción de instalaciones, inmobiliario, robo, así como la paralización total de las actividades académicas, perjudicando el legítimo derecho a la educación que exigen miles de jóvenes que están a punto de perder el semestre por la prolongada toma de escuelas y facultades que prácticamente llevan cuatro meses de paro, sin haber desde entonces clases, debido al secuestro del que han sido objeto por parte de estos grupos de mujeres en protesta.
Las instituciones del gobierno no pueden ni deben escudarse en la autonomía universitaria para no aplicar la ley ni los instrumentos de inteligencia necesarios para encarcelar y desenmascarar los intereses de aquellos que manipulan y controlan este movimiento, afectando la educación de los mexicanos.
Nada ni nadie debe gozar de impunidad en este país ni estar por encima de la ley, por muy legítimas que sean sus demandas, ni permitir que se dañe el patrimonio y se afecten derechos de terceros. En el caso de la UNAM, desafortunadamente la mayoría de los grupos de mujeres en protesta contra la violencia de género forman parte de grupos de presión de corte marxista, liderados por extranjeros, que han sido utilizados desde hace décadas para crear caos, violencia, destrucción y confusión, y proteger intereses de mafias de políticos de izquierda que pretenden hacer de nuestra máxima casa de estudios su botín personal y un medio para dogmatizar el pensamiento de la juventud y utilizarla como carne de cañón para movimientos subversivos que intentan comunizar nuestro país. El movimiento estudiantil de 1968 es muestra clara de ello.
Es evidente su posición radical, típica de los movimientos de izquierda, dada su violencia, su posición de no llegar a acuerdos con las autoridades universitarias, añadiendo cada vez más demandas al pliego petitorio y alargando el conflicto para politizarlo, y al contenido de las múltiples pintas que han realizado al interior de las escuelas y facultades tomadas, tales como “No hay feminismo sin Marxismo”.
Al respecto, autoridades de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ-CDMX), en coordinación con la Fiscalía General de la República, han informado que son ocho grupos los causantes de los desmanes y daños ocasionados durante los últimos días a la Universidad Nacional Autónoma de México.
Según esta información, los grupos son los siguientes: Biblioteca Social Reconstruir, Colectivo Anarquista (Escuela Nacional de Antropología e Historia), Centro Cultural Ocupado El Engrane, Okupa Ché, Cooperativa Café Victoria, Comparsa Chanti Ollín, Colectivo Reta y Colectivo Coordinador Estudiantil Anarquista.
Asimismo, señalan que estas organizaciones se encuentran conformadas hasta por mil integrantes, quienes algunos de ellos llegan a recibir adiestramiento de corte anarquista en universidades sudamericanas, por ende, mencionan que entre los líderes del movimiento se han identificado a chilenos y argentinos.
Informan que dentro del ala más radical de estos grupos se encuentran exmilitares, narcomenudistas, ciudadanos extranjeros, ladrones y exprofesores de la UNAM.
Consideran que estos grupos mantienen nexos con otras organizaciones radicales tales como Antorcha Campesina, el SME, grupos porriles, el Frente de los Pueblos en Defensa de la Tierra, Federación Libertaria de México, Individualistas tendiendo a lo Salvaje, Círculo Eco-Extremista de Terrorismo y Sabotaje y Regeneración Radio. De la misma manera, mencionan que mantienen comunicación y encargo de apoyos con colectivos de Chile, Grecia, Francia, España, Cuba, Inglaterra, Canadá e Italia.
Como puede apreciarse, existe toda una organización radical de izquierda al interior de la UNAM, que busca controlarla y utilizarla con fines políticos y sociales.
Nos preguntamos: ¿quién puede estar detrás de estos grupos?, ¿a quién le conviene en estos momentos controlar nuestra máxima casa de estudios?, ¿para qué? y ¿por qué?
La Universidad Nacional Autónoma de México representa el potencial intelectual de nuestro país. Aquí se genera gran parte de la ciencia, del pensamiento y de la reflexión crítica de México. Asimismo, es el semillero en donde se forman gran parte de los futuros profesionistas que el país requiere para su desarrollo.
Quien controla a la UNAM prácticamente controla la conciencia y el futuro de nuestro país, por ello es muy importante para los grupos de poder hegemónico dominar la vida universitaria y manipular el pensamiento de los jóvenes, a fin de alinearlos con el proyecto político del gobierno en turno, en este caso, MORENA.
La inmovilidad y pasividad del gobierno frente a este problema demuestra que López Obrador está detrás de los grupos radicales que están desestabilizando nuestra máxima casa de estudios.
Su as bajo la manga es John Ackerman, quien busca ocupar la Secretaría General de la UNAM, ya que está impedido de ser rector porque no cumple con la condición de ser mexicano por nacimiento.
Buscan crear conflictos para presionar al rector Graue y éste designe a Ackerman como Secretario General, quien tendría la capacidad de modificar y orientar programas universitarios, con ayuda del número de plazas y presupuesto que tendría a su disposición. Por ello, podría decirse que los 350 mil alumnos de la UNAM estarían prácticamente bajo su voluntad.
Un desestabilizador profesional y radical de izquierda como John Ackerman en la Secretaría General es lo peor que podría pasarle a la vida académica e intelectual de la UNAM. Con ello, la “Libertad de Cátedra” y de “Pensamiento” correrían grave peligro bajo un personaje de ideas totalitarias identificado con el Foro de Sao Paulo que busca hacer de México otra tiranía comunista al estilo de Cuba y Venezuela.
¿Nadie se da cuenta de este maquiavélico plan de la extrema izquierda MORENISTA, que no oculta sus lazos marxistas con el Foro de Sao Paolo y su afán totalitario por controlar todas las instituciones independientes que existen en nuestro país?, ¿dónde están los académicos, intelectuales y pensadores que sacudan nuestra conciencia y nos despierten de nuestro letargo para alertarnos del plan por comunizar nuestro país que está aplicando MORENA frente a nuestras narices y que prácticamente se encuentra ya consumado, faltándoles únicamente el control del INE y por supuesto de la Universidad Nacional Autónoma de México?.
¡Es hora de defender a la UNAM, es hora de defender a México!, de no hacerlo ahora mañana quizá sea demasiado tarde.