¡Acérquese ya, sin mayor trámite, dilación u obstáculo a El Megalómano de Palacio! Que él abrace, bese, estruje, ensalive y apapache a usted y su familia! ¡Que derrame sobre su cuerpo todos los manes bienhechores que de él desprenden! ¡Que de una vez por todas usted y sus parientes se vean libres de toda preocupación!