Por: Justo Mirón Ustedes ya saben, mis queridos y fieles lectores, que desde hace tres lustros El Megalómano de Palacio, acuda donde acuda, esté donde esté y párese donde se pare, saca la cara por los pobres. Son su más notoria debilidad y su más acusado interés. Los adora tiernamente, los apapacha amorosamente y losLeer más