Por: Justo Mirón
Dicen que la curiosidad mató al gato mi querido lector. Usted, de seguro, ya se estaba imaginando un tórrido romance amoroso entre el ganso de Macuspana, Tabasco, y la leona dormida.
Aunque sería interesante ver qué es lo que saldría de la relación entre un ganso y una leona, desafortunadamente no es una relación amorosa la que une a estos disímbolos personajes.
Su relación es de otro tipo, y pareciera que una canción simbólica de la D’Alessio es un fiel ejemplo de la decepción que ha experimentado el pueblo mexicano en su mesías tropical, cuyo estilo personal de gobernar se basa en el engaño.
¿Recuerdan ustedes la canción de Lupita llamada “Mentiras” y una de cuyas partes dice así: “Mentiras… mentiras… tú me enamoraste a base de mentiras… mentiras, ¿qué estúpida que siempre te creí… mentiras… mentiras… que me matan y se ríen de mi”?
Pues resulta que López siempre ha engatusado al pueblo con puras mentiras, sólo que la gente se está cansando de un mitómano adicto a cambiar la realidad de los hechos, para lo cual crea su propia realidad a base de embustes, diatribas y “otros datos” que forman su propio paraíso, “Pejelandia”, donde el pueblo, a pesar de las carencias de medicamentos, de hospitales y de infraestructura, producidas por sus recortes presupuestales, del desempleo y la violencia crecientes, es, según López, “feliz, feliz, feliz”.
Mentira fue decir que él iba a hacer crecer al país a tasas del 4% anual, cuando el año pasado hubo un decrecimiento del -0.1%; mentira fue afirmar que la obra del tren Maya no afectaría la selva del sur de México, por donde pasará la vía del tren, mientras que estudios de impacto ambiental han demostrado que más de 12 millones de metros cuadrados de selva serán destruidos para dar paso a las vías del ferrocarril; mentira es haber dicho que en su gobierno no habría nepotismo, influyentismo, amiguismo y corrupción, mientras que, como es de todos sabido, su gobierno está plagada de ello, siendo prueba de esto las irregularidades en la elección de los titulares de la CNDH y del Fondo de Cultura Económica, y como casos emblemáticos de corrupción, los de Napoleón Gómez Urrutia y Manuel Bartlett, exonerados de toda culpa y bendecidos por la mano santa del Jefe Máximo de la Cuarta Trastornación; es una mentira señalar que en su gobierno existe libertad de expresión, cuando, es de todos conocido, la expulsión de varios de sus más importantes críticos, destacando, entre otros, los casos de Carlos Loret de Mola, Brozo, Sergio Sarmiento, Lupita Juárez, Carlos Marín y Jorge Ramos.
A pesar de que la lista de sus mentiras y contradicciones es muchísima más extensa, destaca entre ellas una que es emblemática, ya que es muestra del descaro y doblez con la que se conduce López.
Hizo creer a los mexicanos que el decremento en los precios de la gasolina, tras la caída del precio del petróleo mexicano, había sido por decisión suya.
Al respecto, declaró lo siguiente: “¡Ánimo! A pesar de la caída en el precio del petróleo, que desde luego nos afecta, tomamos la decisión de reducir el precio de la gasolina porque ahora nos está costando menos su importación. Esto es fortalecer la economía popular frente a la adversidad”.
Ante la ausencia de resultados en los distintos ámbitos de la vida nacional, el peje pretende colgarse la medalla por la baja en los precios de la gasolina.
¡Ah que Peje tan mentiroso!, ¡dime de qué presumes y te diré de lo que careces!, dice el refrán popular, que retrata a la perfección la necesidad que tienes de resaltar cualquier supuesto logro ante un pueblo cansado de promesas y sediento de resultados.
No nos sigas engañando López, el costo del combustible bajó porque el insumo básico para producirlas es el petróleo, cuyo precio se desplomó en el mercado internacional.
Otro motivo de la caída se explica por el hecho de que desde 2017 la reforma energética, y particularmente un transitorio de la Ley de Hidrocarburos, dispuso que tanto los precios de las gasolinas como del diésel se fijaran de acuerdo a «precios de mercado», por ello, éstos no dependen de los manejos truculentos ni de la voluntad de ningún gobierno.
Si en verdad su gobierno quiere contribuir a la reducción de los precios de la gasolina, entonces debe reducir el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), con ello sí podría presumir una reducción adicional al precio de los combustibles, sólo que, conociendo a López, dudamos mucho que quiera privarse de ingresos. Necesita dinero para seguir financiando el dispendio y la corrupción gubernamental.
Si López fuera cualquier otra persona no nos importarían sus mentiras, pero desafortunadamente se trata del presidente de la República, haciendo de esta condición de mentiroso un peligro para el destino de millones de personas.
Tenemos que soportar las mentiras que, como dice la canción de la D’Alessio, nos “matan”, en nuestra esperanza por ser un mejor país, y “se ríen” de nuestras necesidades y carencias.
¿Creerá López que somos un pueblo de retrasados mentales que puede engañarse sistemáticamente, manipulando una realidad que no puede ocultarse a la vista de las cada vez más deplorables condiciones económicas y sociales que vivimos millones de mexicanos?
Recuerda López que el pueblo aguanta, pero cuida de no herir su dignidad nacional ni de despertar al México bronco, porque cuando despierta nadie lo detiene, la Revolución Mexicana es prueba de ello.