Por: Graciela Cruz Hernández
El 11 de Marzo de 1908, en Atotonilco el Alto, Jalisco, nació Lauro Rocha. Realizó sus estudios en el colegio del Prof. Atilano Zavala, después en el Instituto de Ciencias y más tarde en la Escuela de Medicina del Estado de Jal.
Fue miembro activo de la Acción Social Católica juntamente con Anacleto González Flores, siendo miembro de la ACJM y de la Unión Popular Catequista, distribuyó el periódico GLADIUM y fue uno de los defensores del Santuario de Guadalupe, por lo cual fue perseguido, encarcelado y obstaculizados sus estudios por el Gobierno del estado.
Cuando comenzó la Guerra Cristera, Lauro Rocha de inmediato se fue al campo a luchar por la defensa de su fe, ahí fue que el Gral. Enrique Gorostieta Velarde mucho lo estimó por su valor y disciplina, ascendiéndolo a General por méritos en combate. Fue compañero de armas o subalterno del padre Aristeo Pedroza.
Al terminar dicho movimiento se fue a radicar a México para seguir sus estudios profesionales de Medicina, en el colegio Militar y después en la Escuela Nacional Veterinaria.
Después de los «arreglos» de paz 1929, se desató una cacería sin tregua principalmente contra los jefes de la Guerra Cristera, y los pocos que no entregaron las armas, se quedaron en el monte, considerando que el juramento que habían hecho a Cristo Rey, era para siempre y previendo una traición por parte del gobierno.
Lauro, formó con el Gral. Manuel Michel, los hermanos Rincón Fragoso y otros cristeros de Occidente, el Bloque Lateral Independiente.
Así fueron pasando los años hasta llegar a 1934, cuando con el gobierno de Cárdenas se trató de implantar la educación socialista. Fue entonces cuando los cristeros que no aceptaron el falso armisticio, unidos a los que estaban inconformes por el trato después de los «arreglos», tuvieron un buen motivo para levantarse en armas. Así pues el general Lauro Rocha encabezó lo que se llamó «La Segunda Cristiada»; consideró lanzarse a la lucha el 1 de abril de 1935 publicando en Los Altos de Jalisco su primera proclama, contra los gobiernos de Calles, Cárdenas y demás, e incitó a la gente de los Altos a rebelarse, su lema era “Patria y Libertad”. Rocha no estaba dispuesto a acogerse a ningún decreto de pacificación y con el apoyo por Damacio y Nemorio Aguirre organizó la lucha en algunos municipios de Jalisco.
En el segundo semestre de 1935 el ejército había asesinado a varios agentes subversivos de la Segunda Cristiada, pero aún había actividad en tres regiones del estado de Jalisco, al noreste en la región de los Altos del estado, desde Atotonilco, Lauro Rocha dirigía las operaciones con grupos muy reducidos de hombres valientes que se movían por algunas regiones manteniendo secreta comunicación con “rebeldes” de otros estados vecinos. Rocha como comandante de la Liga para la Defensa de la Libertad Religiosa en el centro y el norte del país, disponía de agentes en la Ciudad de México, Guanajuato, Michoacán, Durango y Zacatecas.
En el verano de 1936, estando en la Ciudad de México fue traicionado y denunciado por un conocido suyo; cuando lo localizaron los agentes del gobierno éstos dieron aviso al Ministro de Defensa, quien por teléfono les dijo que “no lo quería vivo, porque sus partidarios serían capaces de dar un millón de pesos por él si se les pedía”.
Y fue así que cobardemente Rocha fue asesinado en la Villa de Guadalupe por agentes del Gobierno, el 31 de diciembre de 1936, Lauro Rocha, apenas contaba con la edad de 28 años.
Dos días después de su asesinato, el gobierno entregó el cadáver a sus familiares, los cuales lo enterraron el 3 de enero de 1937 en el Panteón Español. Con la muerte de Lauro Rocha, empezó a perder fuerza esta segunda etapa de la Guerra Cristera, cuando el Estado empezó a ceder poco a poco hasta permitir la libertad de culto.
Como dato curioso el último soldado superviviente conocido de la Guerra Cristera, de quien se tenga noticias, era, Juan Daniel Macías Villegas, oriundo de San Julián, Jalisco, cuna de la Guerra Cristera. Murió a la edad de 103 años, el mes de febrero 2016 en su pueblo natal de San Julián. Tenía trece años cuando empezó a participar en la guerra cristera y en la segunda campaña cristera luchó bajo el mando del general Lauro Rocha.