Por: Gustavo Novaro García
El lunes 3 de diciembre de 2018, en el salón Tesorería de Palacio Nacional, que como en los tiempos virreinales se ha vuelto la residencia oficial del mandatario del país, dio comienzo la principal forma de comunicación entre el jefe el ejecutivo y el pueblo, se trata de la conferencia de prensa matutina de las 7, en la cual acompañado de diferentes funcionarios, Andrés Manuel López Obrador expone los temas que él considera interesantes o quiere colocar en la agenda pública y posteriormente responde preguntas de los medios presentes. También en sus giras por la república repite esta fórmula.
Esa primera vez López externó: “Tengo las riendas del poder en las manos; es decir, hay gobierno en México”. Su tarea ha sido convencer a los mexicanos de esa afirmación.
El Centro de Producción de Programas Informativos y Especiales de la presidencia (Cepropie) monta cámaras, pantallas, y audio para la transmisión en directo que emite el canal estatal 1114. Su repercusión es amplia en otros medios electrónicos y digitales y posteriormente en la prensa impresa.
En ese ejercicio matutino controlado, hemos visto amenazas, por ejemplo el 15 de abril López Obrador mencionó «Si ustedes se pasan, pues ya saben lo que sucede», dijo a los periodistas, «Pero no soy yo, es la gente», añadió el mandatario; situaciones grotescas como testimoniar balar al presidente como cabra u oveja, el 28 de octubre; o equivocarse al realizar el recuento de los muertos violentos en su primer año de su sexenio el 12 de abril al ser confrontado por el conductor de Univisión Jorge Ramos. Además ha habido calumnias a personajes de la vida pública como el comisionado presidente de la CRE que fue orillado a renunciar, o suelta que alguien es investigado por la Fiscalía de la República, en especial por la Unidad de Inteligencia Financiera que encabeza Santiago Nieto.
También ha popularizado términos como “tengo otros datos”, cuando trata de evitar preguntas incómodas, y cuando éstas se le hacen un ejército eléctronico acosa a los disidentes, situación que llegó al máximo el 4 de noviembre cuando señaló a varias personas, entre ellas a un hijo del ex presidente Calderón, un diputado, y un ex secretario de Educación Pública de encaminar un linchamiento electrónico de su gobierno.
Las mañaneras, como se las conoce, tienen su antecedente cuando López Obrador fue Jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal. Empezaron de forma más bien casual a las seis de la mañana con la fuente que cubría las actividades del DF, en ese entonces el noticiero radiofónico Monitor, que encabezaba José Gutiérrez Vivó fue su principal caja de resonancia por el horario.
Las 1378 conferencias que dio López Obrador en la sala de prensa Francisco Zarco de la sede del Ayuntamiento hasta el 28 de julio de 2005, cuando renunció al GDF para buscar la presidencia de la república por vez primera, a las que en ese espacio varias veces contestó sobre el tema “A mí dénme por muerto”, le sirvieron para posicionar su imagen en la opinión pública, eso junto al proceso de desafuero que impulsó el gobierno de Vicente Fox fueron sus principales plataformas para aspirar al lugar en el que ahora está.
Tras dejar el escaparate que le representaba el GDF, López Obrador buscó difundir sus mensajes sin filtros, para eso compró espacios a precio preferencial en TV Azteca, en donde emitió desde enero de 2006 y hasta junio de ese año de 6 a 6:30 de la mañana el programa “La otra versión” en la cual algunas veces estaba presente o la mayor de las veces era grabado, el cual no tuvo el éxito que él esperaba. Anteriormente López había asegurado que él no compraría tiempos de televisión.
Su accionar en temas de comunicación en 2006 fue errático, en el primer debate presidencial, el 25 de abril, López, argumentando que era el puntero y que había una estrategia en medios para presentarlo como un perdedor, no acudió, y ese fue uno de los puntos que influyeron en su fracaso de ese año. Aunque asistió al segundo debate, había perdido la inercia de ser el puntero. Tampoco en ese oportunidad aceptó ir al programa “Otro rollo” conducido por Adal Ramones y al que sí fueron otros aspirantes, como el posterior vencedor Felipe Calderón, porque no acepta bromas sobre su persona; y rechazó un cuestionario sobre conocimientos generales que le intentó hacer Víctor Trujillo en su papel de Brozo, para no mostrar su ignorancia en temas generales.
López acudió a una entrevista formal en el programa Primero Noticias con Carlos Loret de Mola, pero al final del diálogo apareció en el set Germán Ortega que lo imitaba en el programa cómico El privilegio de mandar por lo que a regañadientes lo saludó, pero fue visible su molestia. Como apoyo a su aventura electoral, el cineasta Luis Mandoki filmó el documental ¿Quién es el señor López?, para suavizar la imagen del tabasqueño que enfrentaba muchos temores entre los votantes.
Tras la para él experiencia fallida de 2006, cuando tomó posesión en el Zócalo como “presidente legítimo” con el águila republicana como símbolo, su popularidad e influencia comenzaron a decrecer y por ende su exposición a los reflectores. En preparación para contender de nuevo a la presidencia en 2012 comenzó a emitir videomensajes semanales por Youtube y personalizó la ingente cantidad de mensajes propagandísticas que los cambios a la ley electoral le permitían a los partidos políticos al prohibirse la compra de espacios a particulares en los medios electrónicos.
A diferencia de 2006 en 2012 no era el favorito en las encuestas, lo era Enrique Peña Nieto y entonces sí acudió a los dos debates organizados por el entonces IFE, en el primero de ellos desplazó a Josefina Vázquez Mota del segundo lugar, en el que se quedó. Lo amplio y evidente de su derrota le impidió montar un espectáculo similar al de seis años atrás, sin embargo a través de su círculo cercano acusó a Peña de ser un presidente impuesto por Televisa.
Hacia su tercer intento en 2018 su estrategia varió, fue el candidato que mayor exposición obtuvo durante años al nuevamente capitalizar todos los espacios que los tiempos oficiales de radio y televisión le daban a su partido Morena y aliados como el PT. Fueron millones las veces que pudo esparcir sus mensajes sin competencia, durante años. Pero a eso le agregó un uso muy hábil de las redes sociales, en donde mediante Facebook y Twitter exponía sus críticas al gobierno peñista, lo que era replicado por una cadena muy eficiente, la RedAMLO, que intimidaba a quienes diferían con López Obrador.
Llegó como puntero a los tres debates presidenciales de 2018, y con mucha mayor experiencia que sus rivales no desperdició su ventaja. Además, el tratamiento de los medios que percibían una tremenda inconformidad con la administración peñista hizo que lo trataran con suma deferencia, las encuestas que lo favorecían eran replicadas abundantemente. Su mensaje simplista de que resolvería rápida y decisivamente los problemas del país caló y logró su sueño de vivir en Palacio Nacional.
Desde el primer día su objetivo en materia de comunicación ha sido impedir que su mensaje sea cuestionado, es por ello que en las mañaneras la mayor cantidad de preguntas se las hacen o periodistas que coinciden con su pensamiento sean Carlos Pozos alias Lord Molécula, Marco Olvera de Radio Latino Inc e inclusive Isabel Arvide, o con personajes ligados a políticos cercanos a él como René Bejarano que se hacen pasar por comunicadores. Y, ya se comentó más arriba, a quién se atreve a salir de la línea impuesta por López se le descalifica brutalmente en las redes sociales como un periodista vendido o corrupto.
Además, a López y a su vocero Jesús Ramírez le importa poco la cobertura de la fuente fuera de Palacio Nacional, a fines de octubre en Sonora volcó una camioneta en la que iban reporteros, que ya habían señalado las malas condiciones del vehículo. Con la desaparición del Estado Mayor Presidencial la logística de presidencia se ha vuelto caótica y las facilidades a la prensa se han restringido. Tras el accidente, López que no visitó a los accidentados y mostro escasa preocupación por su salud, declaró que mejor no lo siguieran, que para eso se emitían boletines y se podían ver las imágenes de sus actos de varias formas.
Otro ejemplo del control sobre la información pública se tiene con lopezobrador.org.mx que se presenta como el sitio oficial de Andrés Manuel López Obrador, y que maneja más actividades del mandatario que la propia página oficial de la presidencia de la república gob.mx.
Así, un presidente que recupera la frase de Gustavo A. Madero pronunciada en el gobierno de su hermano de que la prensa “muerde la mano de quien le quitó el bozal”, que ha disminuido la visibilidad de otros actores políticos, opacando por completo a su gabinete y que ha restringido el gasto público en medios de comunicación, se ha convertido en la principal estrella de su show diario. El problema reside en que cuando las cosas van mal, como ocurre desde el 17 de octubre cuando el famoso culiacanazo, su figura empieza a ser cuestionada, su popularidad cae, las preguntas empiezan a ser más filosas y no se permiten tantas evasivas y es entonces cuando los reflectores pasan de alumbrar a quemar y el actor comprende que las palabras sin sustento se vuelven las mejores armas para señalar sus errores, con su consecuente molestia.
El desgaste de las mañaneras es evidente, una laringitis haría más por su gobierno que su jefe de prensa para dejar de crispar al país.