Por: Jerry Gortman
“Con apego a mis convicciones y en uso de mis facultades, me comprometo a no robar y a no permitir que nadie se aproveche de su cargo o posición para sustraer bienes del erario o hacer negocios al amparo del poder público”.
Palabras pronunciadas por López al tomar posesión de la presidencia el 1º de diciembre del 2018.
El caballo de batalla de López para llegar a la presidencia de México fue invariablemente el combate a la corrupción.
Cuando era candidato a la presidencia y se le preguntaba sobre su propuesta de solución para cualquiera de los múltiples problemas de nuestro país, su respuesta era siempre la misma: combatiendo a la corrupción. De esta manera, si se le inquiría sobre el problema de la pobreza en el campo contestaba: combatiendo a la corrupción; sobre la inseguridad en el país: combatiendo a la corrupción; sobre el problema educativo: combatiendo a la corrupción; y así sucesivamente, sin mostrar estrategias ni compromisos concretos con el electorado fue engañándolo, haciendo creer a 30 millones de mexicanos ingenuos que López en verdad era un hombre cabal y comprometido que iba a luchar en contra del flagelo que tanto daño había causado al patrimonio y a la dignidad de los mexicanos en el sexenio de Peña Nieto.
Uno de los principales actos de corrupción del gobierno es la adjudicación directa de las adquisiciones y contrataciones que realiza, sin mediar licitaciones de por medio.
El propio López relacionó las adjudicaciones directas como una forma de corrupción que debe tipificarse como delito grave. Así lo señaló en el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024:
“La corrupción es la forma más extrema de la privatización, es decir, la transferencia de bienes y recursos públicos a particulares (. . .)
Por ello, erradicar la corrupción del sector público es uno de los objetivos centrales del sexenio en curso. (. . . )
Lo anterior significa un combate total y frontal a las prácticas del desvío de recursos (. . .)
Tal es el propósito de tipificar la corrupción como delito grave, prohibir las adjudicaciones directas (. . .)”.
A pesar de estar consciente que las adquisiciones directas son una forma grave de corrupción, López volvió a engañar a los mexicanos y las ha utilizado como uno de sus principales métodos para llevar a cabo el desvío de recursos y por tanto el robo de las arcas nacionales. En este sentido, la falta de transparencia en los gastos y compras gubernamentales han sido una constante en el gobierno de López que pone al descubierto su desmedida corrupción.
Para muestra basta con apreciar la siguiente información:
- A tan sólo100 días de haber asumido el cargo, más del 74% de las compras gubernamentales se habían hecho directamente.
En ese momento, la organización mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) denunció que la administración de López había incumplido con la obligación de realizar licitaciones públicas en la mayoría de las compras gubernamentales, privilegiando las adjudicaciones directas.
Dicha organización denunció que de 28,458 operaciones que se habían subido a la plataforma en los primeros 116 días del actual gobierno, sólo el 18.3% utilizó licitación pública y el 7% invitación restringida.
No son temas menores, señalaba, ya que los contratos de los estudios para el Tren Maya representaban 90.8 millones de pesos y la adquisición de 671 pipas para el abasto de gasolina era por 1,765 millones de pesos, además de 7 contratos de Pemex de “invitación restringida”, todo lo cual sumaba la fabulosa cantidad de 44 mil millones de pesos.
Al respecto, Irene Levy, Presidenta de la ONG denominada Observatel, criticó la falta de transparencia en la compra de las pipas que iban a utilizarse en el reparto de combustibles, que además se hizo con asignación directa, sin ninguna explicación y violando el cumplimiento a la Ley de Adquisiciones, señaló.
- De acuerdo con el sistema electrónico de información pública gubernamental en materia de contrataciones públicas (Compranet), durante el año 2019 el gobierno federal llevó a cabo adjudicaciones directas en cuatro de cada cinco contratos públicos, lo que significó que el gobierno de López gastara unos 127 mil millones de pesos, otorgando contratos de manera directa y sin mediar la celebración de concurso licitatorio alguno.
Dicho sistema electrónico hace un comparativo entre López y el gobierno de Peña Nieto, señalando que durante su primer año, en el 2013, el porcentaje de contrataciones que realizó el expresidente priísta a través de adjudicaciones directas fue menor de lo observado en el 2019, primer año del gobierno de López; es decir, señala que mientras EPN adjudicó cerca del 75% de las contrataciones (tres de cada cuatro contratos), López lo superó con casi el 80% de todas las contrataciones que llevó a cabo (Ver Gráficas 1 y 2).
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Por otra parte, el pasado miércoles 20 de mayo se dio a conocer que el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) adjudicó sin licitación un contrato por 664 millones de pesos a Mextypsa, filial mexicana del consorcio español Grupo Typsa, firma que estaba encargada de la construcción de la Torre de Control del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) en Texcoco.
Cabe destacar, que todo esto lo ha hecho López violando la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la que en su artículo 134 señala que “Las adquisiciones, arrendamientos y enajenaciones de todo tipo de bienes, prestación de servicios de cualquier naturaleza y la contratación de obra que realicen, se adjudicarán o llevarán a cabo a través de licitaciones públicas mediante convocatoria pública (. . .) a fin de asegurar al Estado las mejores condiciones disponibles en cuanto a precio, calidad, financiamiento, oportunidad y demás circunstancias pertinentes”.
En este sentido, la Constitución Mexicana, lo mismo que la Ley de Adquisiciones, señalan como regla general en esta materia la obligación de recurrir a las licitaciones públicas y sólo como excepción –establecidas en la misma ley–, la adjudicación directa o la invitación a tres personas.
Para acabar de confirmar el aumento de la corrupción en el gobierno de López, caben mencionar las cifras dadas a conocer en esta materia el pasado 22 de mayo por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), quien señaló que: “El número de víctimas y actos de corrupción en dependencias de gobierno aumentó en el primer año de esta administración federal.”
Asimismo, indicó que: “La tasa de prevalencia en esas situaciones ilícitas se incrementó de 14 mil 635 afectados por cada cien mil habitantes, en 2017, a 15 mil 732, en 2019, al igual que la incidencia, la cual pasó, en el mismo periodo, de 25 mil 541 actos por la misma cifra de ciudadanos, a 30 mil 456”.
Con ello, se comprueba el incremento de la corrupción en nuestro país, que a estas alturas ya supera al gobierno de Enrique Peña Nieto.
No obstante, a pesar de las contundentes cifras presentadas por el INEGI, López dijo cínicamente que: “Cada quien interpreta los datos como los entiende (. . .) “.
De esta manera, como es su costumbre, López nunca aceptará absolutamente ninguna culpa que ponga en evidencia su ineptitud o los abusos, al amparo del poder, que comete su gobierno, que en este caso demuestran que resultó ser más corrupto que el de Peña Nieto.
López constantemente señala que ya no existe corrupción en nuestro país; sin embargo, la realidad demuestra lo contrario. Por ello, es pertinente hacerle las siguientes preguntas:
¿Cuántas redes de corrupción ha desmantelado?, ¿cuántas sentencias se han ejecutado en contra de funcionarios que han cometido actos de corrupción y cuántos de ellos están en la cárcel?, ¿qué cantidad de dinero que fue saqueado de las arcas públicas ha sido regresada a la nación?
Seguramente, López no tiene contestación a estas preguntas porque no existe en su gobierno una verdadera lucha contra la corrupción, sólo la combate en el discurso para seguir incautando mexicanos ilusos que todavía creen en las palabras de un mentiroso consuetudinario, corrupto y cínico, que mientras los entretiene con sus conferencias dormideras, aprovecha para seguir saqueando y llevando al país a la ruina.
Si la corrupción del gobierno de Peña Nieto fue la causa principal del hartazgo de parte del electorado mexicano que hizo que votara en contra del PRI, dándole su voto masivo a López, ahora reflexionemos y abramos los ojos ante otro gobierno peor de ratero y corrupto que el de Peña Nieto, cuyos índices de corrupción a tan sólo año y medio de gobierno son alarmantes.
Podemos estar seguros que López no va a tentarse el corazón, como lo ha demostrado, para seguir saqueando al pueblo de México.