Por: Jerry Gortman
“Se debe procurar la sostenibilidad financiera del país gastando de forma eficiente, buscando en cada inversión los más altos retornos económicos y sociales. Los grandes proyectos de inversión necesitan estar apegados a los más altos estándares técnicos, ambientales y legales, así como contar con claridad en su ejecución y viabilidad financiera”.
Palabras pronunciadas por Gustavo de Hoyos Walther, titular de la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) en junio de 2019.
Si cuando no había coronavirus López no hizo nada en beneficio del bienestar económico de los mexicanos, menos lo va a hacer en un entorno en el que la economía mexicana está siendo severamente afectada por la parálisis económica derivado del pánico mundial hacia este nuevo virus.
Resulta difícil contrarrestar un clima económico adverso en el cual López ha contribuido de manera sustancial en su deterioro y agravamiento.
Dentro de las acciones, que son responsabilidad directa del ganso de Macuspana, que han sembrado la desconfianza de los inversionistas nacionales y extranjeros e incidido en el agravamiento de las condiciones económicas y sociales de México, podemos señalar, entre otras, las siguientes:
- La suspensión de la construcción del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, cuyos montos de cancelación se calculan, según el Grupo Bursátil Mexicano (GBM), en 198,000 millones de pesos, considerando la cancelación más el dinero que se requiere para un nuevo proyecto, la cual impactó negativamente en los empresarios, quienes, a partir de ello, perdieron la confianza y los incentivos económicos para invertir en futuros proyectos de infraestructura pública. La caída de la inversión bruta fija de casi 9% en 2019 demuestra la actitud de rechazo de los empresarios ante los caprichos económicos de López.
- La implementación de legislaciones draconianas, tales como el considerar la evasión fiscal como delincuencia organizada, sujeta a prisión preventiva, o la extinción de dominio, que facilita la usurpación y el despojo de bienes inmuebles. La llamada reforma fiscal penal, que entró en vigor a partir del 1º de enero del presente año, es un atentado y una humillación en contra de los empresarios mexicanos, quienes ante cualquier omisión fiscal, pueden ser tratados como delincuentes. Asimismo, con la nueva ley de extinción de dominio cualquier ciudadano puede ser despojado de sus propiedades, al existir la mínima sospecha, sin necesidad de ser comprobada la acusación de que el dueño de la propiedad lleva a cabo actividades ilícitas, con ello se favorece la formación de un estado de corte dictatorial y totalitario, como el que pretende López instaurar en nuestro país, que no muestra ningún respeto a la propiedad privada y el derecho a poseer legalmente un patrimonio.
El sostenimiento de programas sociales, cuyo gasto para el resto del sexenio se calcula en el orden de 5 mil billones de pesos, tales como el apoyo a 2.6 millones de ninis, a 1 millón 688 mil pobladores de 91 poblados en extrema pobreza, el subsidio al campo, a través del establecimiento de precios de garantía, y el incremento a 8 millones de adultos mayores para pensiones universales y a 2 millones de personas con discapacidad. De esta manera, se da prioridad a programas clientelares, que garantizan votos a López y al partido en el poder (MORENA), en detrimento de la inversión productiva e infraestructura.
- El absurdo proyecto de construir el denominado TREN MAYA, hecho sin licitación, sin factibilidad técnica ni financiera, y sin contar con estudios de impacto ambiental, que tendrá un costo de 150 mil millones de pesos, absorbiendo hasta el 95% de los recursos federales para el resto de las entidades del país, todo ello a costa de la privación de servicios médicos, escuelas, medicinas, hospitales, carreteras, puertos, presas, etc., que requieren los demás estados de la república para su desarrollo.
- La construcción de la REFINERÍA DE DOS BOCAS, con un presupuesto estimado de 8,000 millones de dólares y tiempo límite de ejecución de tres años, representa, al igual que el proyecto del Tren Maya, otro capricho de López que le costará al país miles de millones de dólares y el sacrificio de las condiciones de vida de los mexicanos, al privarlos de la atención de prioridades que incidan en el mejoramiento de las condiciones económicas y sociales de los mexicanos.
El deterioro de la economía del país se debe, en gran parte, a las decisiones económicas erróneas que López ha tomado y que se han caracterizadas por la ausencia de planeación, caprichos personales y una política de austeridad que ha perjudicado la calidad de los servicios públicos y cancelado la garantía de diversos derechos sociales, traduciéndose en pérdidas multimillonarias para el erario público por los pagos que tendrá que hacer el gobierno federal; como en el caso del suspendido Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), pero también influye en ello el despido de miles de trabajadores del sector público, la reducción presupuestal en sectores claves como el de salud y la insuficiencia de inversión en obra pública.
A todo ello, hay que agregar ahora el efecto económico que tendrá el coronavirus en la economía mundial y en particular en la economía mexicana.
El pánico desatado por el coronavirus está afectando directamente la actividad económica mundial, provocando la drástica disminución de la fuerza de trabajo, del consumo y la producción de bienes y servicios a nivel mundial. Recuérdese que uno de los grandes motores de la economía mundial es China, mientras que el otro son los Estados Unidos, del que México es considerado su segundo socio comercial.
Al haber disminuido China, por razones de salud pública, su actividad económica, generará una baja en la demanda agregada mundial, tal y como puede apreciarse en algunas de las principales materias primas, como es el caso del petróleo, que ha sufrido importantes caídas estos días (la mezcla mexicana de petróleo se cotizaba el 28 de febrero pasado en 42.05 dólares el barril y pasó a 14.54 dólares el barril en la jornada del miércoles 18 de marzo, su nivel más bajo desde enero de 2002, afectando con ello la cotización del dólar al menudeo que alcanzó niveles de 24.42 pesos por dólar).
Asimismo, el temor al coronavirus ha provocado también la caída de los mercados financieros en todo el mundo.
Informes dados a conocer a principios de marzo de este año, calculan que han desaparecido aproximadamente 6 billones de dólares del valor de los mercados bursátiles mundiales, lo cual se traduce en una disminución en los valores de las bolsas del orden de más del 15 por ciento.
En el caso de México, la Secretaría de Hacienda Informó que la semana que concluyó el viernes 13 de marzo, la Bolsa Mexicana de Valores tuvo una baja de 7.98 %, el mayor descenso desde la crisis económica de 2008.
Esta situación ha beneficiado directamente a grandes especuladores mundiales, quienes han logrado provocar, con este pánico, una cuantiosa transferencia de riqueza monetaria a los bolsillos de un puñado de instituciones financieras.
Ante la gravedad de la crisis económica y especulativa que ha desatado el coronavirus a lo largo del mundo, países como Estados Unidos, Francia, Reino Unido y España han anunciado una serie de medidas tendientes a aminorar los efectos en las economías de estos países.
En el caso de los Estados Unidos, el presidente Trump anunció que buscará la aprobación en el Congreso de 850,000 millones de dólares, destinados a amortiguar el impacto del coronavirus sobre la economía, comentó que hay “maneras diferentes” para inyectar dinero en la economía personal a través de recortes en los impuestos salariales; además anunció la postergación del pago al Servicio Interno de Impuestos por valor de 300,000 millones de dólares y la posibilidad de “enviar cheques a los estadounidenses”, ya que “Los estadounidenses necesitan dinero ahora”, dijo el presidente norteamericano.
El gobierno francés anunció la posibilidad de nacionalizar grandes empresas en peligro, para evitar cascadas de quiebras derivadas por el freno de la actividad económica, así como la inyección de 50,000 millones de dólares que se utilizarán para aplazar o cancelar las contribuciones a la seguridad social y los impuestos.
Mientras que el Reino Unido anunció que ofrecería 399,000 millones de dólares en garantías crediticias como apoyo a las empresas que se encuentran en dificultades por el impacto económico del coronavirus.
Por su parte, el gobierno español anunció la movilización de 200,000 millones de euros, para destinarlos a las familias vulnerables, proteger a todos los trabajadores, empresas y autónomos, y como apoyo a la investigación científica y médica.
¿Y López que ha hecho al respecto?
Hasta el momento no ha tomado medidas de carácter fiscal, monetarias o financieras que ayuden a mitigar los efectos negativos del coronavirus en el crecimiento económico del país y en los ingresos públicos.
No sólo eso, sino que convocó a una consulta ciudadana en Mexicali para manipular la opinión de la ciudadanía sobre la instalación de la compañía cervecera Constellation Brands, en relación a la cantidad de agua que requiere para su operación. La consulta, a todas luces amañada y hecha con cientos de acarreados, logró la revocación del permiso que esta compañía tenía en nuestro país para trabajar, tirando con ello una inversión de 1400 millones de dólares. Como puede apreciarse, López sigue ahuyentando a la inversión extranjera y fomentando su desconfianza en nuestro país, en estos difíciles momentos por los que atraviesa la economía mexicana, sin entender la importancia que ésta representa para el crecimiento económico, la inversión y la generación de empleos.
No importa seguir mandando señales negativas a los inversionistas nacionales y extranjeros, quienes con estas acciones pensarán dos veces antes de invertir su dinero en México, no importa que México no crezca, que haya miles de desempleados, recortados principalmente en el sector público, no importa el dispendio de recursos, que es otra forma de corrupción, nada de esto importa, lo importante para López es mantenerse en el poder.
Mientras México siga sin crecer, López heredará a las próximas generaciones un país con fuertes carencias en infraestructura, rezagos en materia de productividad y una grave afectación del mercado laboral.
La desgracia actual de nuestro país es que sufre una de sus peores crisis económicas y sanitarias, al garete, a la deriva, sin el apoyo de un presidente que, desafortunadamente para nosotros, carece del liderazgo, la autoridad, la humildad y la capacidad que le permitan, primero, reconocer sus errores, y posteriormente enfrentar los graves problemas que aquejan a una nación que se le está deshaciendo entre sus manos.