Por: Jerry Gortman
La situación, a raíz de la suspensión de actividades en la industria, el comercio y los servicios, provocada por las medidas de confinamiento como medio de contención del coronavirus, ha puesto a nuestro país en una situación económica verdaderamente desesperada.
Se pronostica la quiebra de miles de pequeñas y medianas empresas, su descapitalización y el despido de miles de trabajadores de sus empleos, obligándolos a incorporarse al empleo informal ante la pérdida de sus fuentes laborales.
Sin embargo, esta situación se verá agravada por los efectos de la acción destructiva que viene aplicando López sobre la actividad económica de nuestro país, la cual ya ha mostrado sus nefastas consecuencias.
Recuérdese que antes de que se hiciera oficial la pandemia del coronavirus por parte de la Organización Mundial de la Salud, el crecimiento económico de México durante 2019 había sido de -0.1%, la actividad industrial y de servicios ya habían presentado graves caídas, no crecía el consumo, no había creación de empleos y, en consecuencia, había disminuido drásticamente la recaudación por concepto del Impuesto Sobre la Renta (ISR) e Impuesto al Valor Agregado (IVA).
En concreto, sobresalen dos aspectos de la política económica de carácter destructiva que viene aplicando el ganso de Macuspana, Tabasco, y que, de no corregirse, conducirán a México a la peor crisis económica que haya vivido nuestro país en las últimas décadas.
El primero tiene que ver con el dispendio de recursos públicos que ha hecho el gobierno de López para financiar proyectos que no tienen viabilidad económica y que representan una sangría colosal de dinero que prácticamente es echado a la basura, en detrimento del uso productivo que pudiera dársele.
Un caso emblemático de ello, sin contar el proyecto de la Refinería de Dos Bocas o el del Tren Maya, que significan la erogación de miles de millones de pesos al año, es el dichoso “rescate” de PEMEX.
Al respecto, es pertinente señalar que el año pasado se perdieron cinco mil millones de dólares en PEMEX y este año se tiene programado inyectarle otros cinco mil millones de dólares adicionales, más los que se lleguen a acumular si sigue bajando el precio del petróleo en el mundo.
No obstante y con una obcecación que raya en lo enfermizo, López piensa seguir metiéndole dinero a esta empresa pública.
Por ello, decidió apropiarse, unilateralmente y sin mediar la intervención del Congreso, del dinero de los fideicomisos, que representan una disponibilidad de recursos para López por 742 mil millones de pesos, parte de los cuales se invertirán para seguir apoyando a PEMEX y seguir tirando el dinero del pueblo de México, sin importarle la gente perjudicada y el daño social que esto implica, ya que con dichos fideicomisos se financiaban fondos para desastres naturales, para retiro de trabajadores, pensiones de jubilados, desarrollo minero, becas que otorgaba el CONACYT, etc. Con ello, miles más de mexicanos perjudicados por las decisiones autoritarias y dictatoriales de López, pasarán a engrosar el ejército de descontentos con su gobierno. ¿Y después de esto que sigue López?, ¿la incautación de los ahorros o de las propiedades de los mexicanos para que sigas derrochando nuestro dinero en proyectos inútiles o en dádivas sociales que mantengan tu clientela política?
No debemos olvidar que PEMEX debe manejarse como toda empresa que busca producir utilidades. Si está desangrando la economía con pérdidas millonarias, debe abandonarse este esquema suicida para el país.
Una razón por la cual PEMEX está en esta situación, es porque López dio marcha atrás a la reforma energética, negándose a que el sector privado lleve a cabo la exploración y extracción de petróleo crudo; de esta manera, se le inyecta dinero, tomado de otros rubros o partidas presupuestales, con el fin de impedir la participación privada en el sector, sin importar que no genere recursos y produzca constantemente pérdidas descomunales, un lujo que no se puede dar un país pobre con un sinfín de necesidades que dejan de atenderse para encauzarse a una empresa que el año pasado presentó pérdidas por 346 mil millones de pesos.
El otro aspecto a considerar es la política de ataque y debilitamiento de la clase empresarial mexicana, cuya actividad es fundamental para la generación de empleos, construcción de infraestructura y generación de riqueza.
La política de choque de López en contra de los empresarios mexicanos le ha costado a México pérdidas económicas millonarias, de empleos, de confianza entre la clase empresarial para seguir invirtiendo en el país, crecimiento económico negativo, etc., siendo pruebas de ello la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y de la planta Constellation Brands en Mexicali, Baja California.
Otro hecho importante que muestra la animadversión hacia el empresariado mexicano y la falta de voluntad política de López para apoyarlos en estos difíciles momentos por los que atraviesa el país, se evidenció al decretar el 30 de marzo una “Emergencia Sanitaria por causa de Fuerza Mayor” y no una “Contingencia Sanitaria”, como indica la ley, por lo que con este decreto las empresas y comercios deberán parar sus actividades no esenciales y los empresarios y comerciantes estarán obligados, pese a las pérdidas que implica el paro de labores, a pagar el sueldo íntegro de los trabajadores o liquidarlos conforme a la ley, de lo contrario tendrán que enfrentar responsabilidades penales.
Emitir una declaratoria de “Emergencia Sanitaria por causa de Fuerza Mayor” y no una «Contingencia Sanitaria», tiene efectos diferentes.
Cuando se declara “Contingencia Sanitaria”, los patrones pueden cerrar la empresa y con base a lo que establece la Ley Federal del Trabajo pueden suspender las relaciones laborales con los empleados, pagando un día de salario mínimo hasta por 30 días.
Mientras que cuando se declara “Emergencia Sanitaria por causa de Fuerza Mayor”, los empleadores deberán cerrar actividades no esenciales pero seguir pagando los salarios al 100 por ciento.
Lo que pretende el gobierno de López es no permitir que los patrones puedan cerrar sus empresas y suspendan las relaciones laborales con los trabajadores, con ello estarían en posibilidad de no declarar impuestos, que es precisamente lo que López quiso evitar al emitir el decreto por Emergencia Sanitaria.
Sin embargo, si lo que pretende López es que no cierren las empresas para que le sigan pagando impuestos al gobierno, entonces, ¿cómo va a obtener ingresos si deja que quiebren miles de empresas ante la falta de apoyo gubernamental?
López le pide a los empresarios que apoyen a sus trabajadores pagándoles el salario íntegro y no despidiéndolos, pero les niega el apoyo necesario para que puedan hacerlo, amenazándolos con cárcel y con exhibir públicamente en sus conferencias mañaneras a las empresas que no cumplan con ello.
Por ello, sin importarle que miles de empleos se encuentran en peligro de perderse, debido a que las empresas no producen, no venden y siguen pagando salarios, el gobierno de López no les ofreció a las pequeñas y medianas empresas (Pymes) ninguna opción de apoyo económico o estímulo fiscal en el Plan de Recuperación Económica dado a conocer el domingo 5 de abril pasado, a fin de que puedan pagar los impuestos que el SAT les solicita en medio de la crisis sanitaria y económica.
Sin apoyo económico y sin un programa de apoyo fiscal, la situación de miles de empresas se verá seriamente amenazada con la quiebra o con el despido de miles de sus trabajadores ante la falta de liquidez provocada por la inactividad de cuarenta días, o más si el confinamiento se extiende.
José Manuel López Campos, Presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (CONCANACO), señala la imposibilidad que tiene una empresa de sobrevivir durante un mes, cerrada y sin ingresos, y sin un mínimo de liquidez que le permita preservar sus fuentes de empleo.
En este sentido, es importante señalar que el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) sugirió una serie de medidas fiscales a López, a efecto de sobrevivir a la contingencia.
Pidió, entre otras cosas, diferir hasta por seis meses la presentación anual de impuestos correspondiente al ejercicio fiscal 2019 y aprobar que el pago de impuestos se haga hasta en doce parcialidades.
Como se aprecia, los empresarios no se niegan a pagar impuestos. López Campos asegura que lo que se le está solicitando al gobierno de López no es una condonación fiscal sino, “tiempos de gracia, diferir los pagos de impuestos para que las empresas puedan tener un respiro y disponer de alguna liquidez”.
El dispendio de recursos que está utilizando López en el “rescate” de PEMEX y en seguir manteniendo obras que no tienen utilidad social, aunado a su negativa de permitir la participación del sector privado en la industria petrolera de nuestro país, traerá consigo, tarde o temprano, la quiebra de esta empresa estatal, la cancelación de más programas sociales y el aumento desmesurado del desempleo y la pobreza.
Por otra parte, la política económica populista y antiempresarial de López, negándole apoyos en una situación de emergencia como la que vivimos, significa el estrangulamiento de miles de pequeñas y medianas empresas (Pymes) y la pérdida de cientos de miles de empleos que no podrán abrir nuevamente sus puertas, pero también significa la muerte anunciada de la 4ª Transformación.
López tuvo una oportunidad de oro para relanzar un proyecto económico que beneficiara el desarrollo integral del país, abarcando todos los sectores sociales que conforman nuestra nación, y recuperar gran parte de la legitimidad y popularidad que había perdido en los últimos meses; sin embargo, prefirió optar mezquinamente y seguir ajustándose a una agenda antinacional, comunista y extranjera, como lo es el Foro de Sao Paulo, que recomienda el control y eliminación paulatina de la actividad económica empresarial para sustituirla por el monopolio económico del Estado.
El apoyo a López y su proyecto político caerá a un precipicio sin salida, a una muerte sellada con millones de mexicanos descontentos, que son hechos a un lado y abandonados por un gobierno que lo único que le interesa es crear pobreza e incrementar el control político sobre toda la sociedad.