Por: Graciela Cruz Hernández
El 22 de Julio de 1800, nació Manuel María Magdalena López Cotilla de Beregaña, en Guadalajara Jalisco. Hijo único de Manuel López Cotilla y de Juana María de Beregaña. Estudió en la Escuela del Real Consulado y en 1812, lo inscribieron en el Seminario Conciliar donde cursó latín y filosofía; estudió artes bajo la dirección del maestro Domingo Cumplido, y de manera autodidacta dibujo y matemáticas.
A los 18 años, enfermó de tuberculosis, enfermedad que lo acompañaría de por vida; es posible que a causa de esa enfermedad haya permanecido soltero y alejado de las extravagancias de la vida social, algo que sí hizo y con gusto, fue dedicarse a los niños desvalidos.
El primero de marzo de 1828 fue nombrado síndico del Ayuntamiento de Guadalajara, no se sentía a gusto con su nombramiento e intentó regresar a su vida normal y privada presentando al mes su renuncia, mas no fue aceptada. A pesar de haber querido renunciar trabajó muy bien, y como reconocimiento a su desempeño, en noviembre de 1834 el gobernador interino del Estado, José Antonio Romero, lo nombró regidor del Ayuntamiento de Guadalajara, encargado de la Comisión de Aguas.
Manuel López Cotilla fue el iniciador del programa para la fundación de escuelas primarias y en su carácter de regidor propuso una serie de reformas para el ramo educativo.
Le dedicó una atención especial a la población de Toluquilla en donde fundó tres escuelas primarias para niños.
El primer reglamento escolar elaborado por López Cotilla fue aprobado el 7 de noviembre de 1835 y consta de 40 artículos divididos en los siguientes apartados: Disposiciones generales, De los maestros y maestras; De la distribución del tiempo, y De los exámenes.
Aparte de reglamentar el ejercicio magisterial, elevó de 3 a 22 el número de escuelas públicas primarias en la capital del estado, reparó los edificios escolares y los dotó de mobiliario, creó el primer establecimiento de enseñanza nocturna para adultos y fundó un plantel de artes mecánicas.
Lo nombraron inspector general de Educación en el Estado. López Cotilla, quitó el carácter privado y cerrado a los exámenes escolares y por su iniciativa pasaron a ser públicos; esta medida hizo que los alumnos se esforzaran aún más para hacer un buen papel, los mejores maestros recibían incentivos económicos; los padres de familia y las autoridades donaban premios y los avances educativos podían ser constatados por la sociedad.
El 8 de marzo de 1842, fue comisionado por el gobierno de la ciudad para que se encargara de solicitar un ingeniero que hiciese la nivelación y reconocimiento del agua, para que pudiera introducirse a la ciudad en consideración a la suma escasez, y a que procediera a poner en ejecución la obra debidamente aprobada. Sumada esa nueva responsabilidad a las anteriores, López Cotilla investigó el problema de abastecimiento de agua para la ciudad de Guadalajara y al cabo de tres meses presentó su Noticia histórica sobre el ramo de aguas, la que fue publicada por el Ayuntamiento a propuesta del síndico Jesús López Portillo. Al mismo tiempo, atendía otra encomienda que la Junta de Seguridad Pública le había encargado: la formación de un estudio geográfico y estadístico del Estado, responsabilidad que tampoco le era ajena en virtud de que en 1841 había redactado para la entonces Junta Departamental un pequeño cuaderno estadístico que fue remitido a México y examinado por la Comisión de Estadística Militar, fue juzgado por ésta como un modelo de las obras de su género. López Cotilla presentó su trabajo el 20 de octubre de 1842 a la Junta de Seguridad siendo impreso al año siguiente con el título de Noticias geográficas y estadísticas del Departamento de Jalisco.
El Ayuntamiento de Guadalajara le entregó a su absoluta responsabilidad, las escuelas y los fondos que le correspondían. Escribía López Cotilla cartillas para que los estudiantes aprendieran a usar los libros y carteles. El 27 de diciembre de 1845, la Compañía Lancasteriana fue disuelta y en su lugar, a propuesta de López Cotilla se instaló la Junta Directiva a través de la cual el gobierno se hacía cargo de la educación.
Al arribar los liberales al gobierno estatal, la Junta fue sustituida en septiembre de 1847, por otra que basaba su estructura de coordinación en el presidente del Instituto de Ciencias, pero se respetaron las atribuciones del inspector escolar y López Cotilla continuó sin ninguna interrupción su generosa labor.
A principios de 1851, López Cotilla visitó durante dos meses las escuelas del Distrito de Sayula; después su atención se centraría en su proyecto educativo más importante: la creación de una escuela normal, para profesores.
López Cotilla realizaba su magisterio con verdadera vocación y esto se comprueba cuando en 1847 se quejó ante la Junta, que desde 1835 no había recibido retribución alguna. En marzo de 1852, López Cotilla presentó su renuncia la cual no fue aceptada, y entre 1853-55 al fin, pudieron abonársele algunos pagos.
Escribió, tradujo e imprimió varias obras didácticas que fueron un avance notable en su época: Del cerrajero y carpintero; Recreaciones geométricas y curiosas combinaciones para formar pavimentos; Cuaderno de Geometría práctica para las escuelas; y Estadística del estado de Jalisco, única obra hasta entonces de ese género.
Ya muy enfermo se confina en Toluquilla, ahí escribió Veinte Años de Escuelas donde da cuenta a la sociedad de su trabajo desempeñado. Después tradujo el Curso de pedagogía de Mr. Rendú.
En su testamento, todos sus bienes fueron donados a los pobres, a través de limosnas u obras de beneficencia, a excepción de una pensión para la buena mujer que lo atendió por muchos años.
Manuel López Cotilla dejó escrito entre sus papeles lo siguiente:
“Mi epitafio:
Los restos mortales de un pecador arrepentido, esperan aquí la resurrección de la carne.
Como creo perjudicial a los vivos el entierro de los muertos en gavetas, encargo que el entierro de mi cadáver sea en la tierra, es decir, un verdadero entierro”.
Manuel López Cotilla murió el 27 de octubre de 1861. Su cadáver fue velado en el cementerio de Belén donde acudieron autoridades educativas, las academias de instrucción, alumnos y alumnas de las escuelas primarias, el Ayuntamiento de Guadalajara, el Congreso local y miles de personas que de manera espontánea expresaron el sincero dolor que les provocó la muerte de tan insigne personaje.
Por su legado, el Ayuntamiento de Guadalajara lo proclamó fundador de la instrucción primaria en el estado, y el gobierno de Jalisco lo declaró Benemérito del estado.
Manuel López Cotilla, fue el primero cuyos restos fueron trasladados a la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres. Esto ocurrió el 27 de octubre de 1961, a los cien años de su muerte.
Fuentes:
https://congresoweb.congresojal.gob.mx (PDF)
ALFARO ANGUIANO, César Gabriel, Los beneméritos de Jalisco, Guadalajara, 2003, Imprejal, 329 páginas. P.173-186