Por: Gustavo Novaro García
Uno de los principales compromisos políticos de los gobiernos que siguen la línea ideológica del Foro de Sao Paulo, actualmente Foro de Puebla, es la de incorporar médicos cubanos como una forma de utilizar los métodos de control político que el gobierno de la isla ha ido perfeccionando durante seis décadas de ejercicio totalitario del poder.
El régimen castrista ha vendido la idea, ya que no permite que observadores imparciales verifiquen los datos oficiales, y que repiten sus voceros ideológicamente afines, de que sus sistemas educativos y de salud se encuentran entre los más avanzados del mundo.
Es por ello, que los gobiernos que aspiran al socialismo pueden vender la idea en varios países de que los doctores cubanos sí van a resolver los problemas de salud de los países que visitan.
Sin embargo, en los últimos tiempos este mito se ha ido derrumbando, y eso afecta directamente al régimen castrista ya que usa sus brigadas médicas como una forma descarada de obtener recursos, ya que cobra 90 mil pesos mensuales por cada doctor que envía “generosamente a ayudar”, pero de quienes conserva su familia como rehenes, les retiene la mayor parte de su salario y los vigila a través de supervisores políticos.
En Brasil, Jair Bolsonaro, entre las primeras acciones que tomó al relevar el gobierno de Dilma Roussef, fue la de expulsar a los doctores cubanos; igualmente pasó en Bolivia a la caída de Evo Morales, el nuevo régimen descubrió que la mayor parte de los supuestos galenos eran espías y agitadores; en Uruguay que también cambió de mando, se hizo una prueba a supuestos oftalmólogos y resultó que no aprobaron las pruebas de la especialidad.
El caso más reciente, y vergonzoso, se dio en Italia. Las brigadas cubanas llegaron a Milán en medio de gran publicidad para ayudar a combatir el Covid en la segunda quincena de marzo. Al poco tiempo las autoridades sanitarias italianas descubrieron que no ayudaban a mitigar la pandemia, ya que sus conocimientos no eran los adecuados, carecían de la tecnología, los protocolos y las destrezas adecuadas para esta enfermedad.
Sin embargo, el gobierno de López sí aceptó recibirlos en México, cumpliendo un viejo anhelo.
En julio del año pasado circularon versiones, recogidas por la prensa, que frente a las declaraciones de López de que en México hacían falta cerca de 200 mil doctores y enfermeras, quizá México necesitaba la ayuda de los trabajadores cubanos. Se mencionó en redes sociales y medios digitales mexicanos y cubanos que por acuerdo con el gobierno de Cuba, México recibiría en septiembre a médicos de aquel país, los expulsados de Brasil. La respuesta negativa de la sociedad mexicana fenó la intentona en ese entonces.
Recordemos algunas prioridades en salud de los funcionarios de este gobierno: el espectáculo hecho para López y sus allegados en el Zócalo para conmemorar a la Revolución Mexicana el 20 de noviembre de 2019, lo pagó y organizó el IMSS. Y en febrero de este año lo que le urgía a López y a sus secretarios de Salud y Función Pública era ¡Deshacerse del prestigiado director del Instituto Nacional de Neurología! Lo que lograron.
Frente a la decisión de desaparecer el Seguro Popular, la de no comprar medicinas, la de despedir doctores o la de darle mucho más dinero a un nini que a un internista y a los subejercicios en el sector salud, el sistema mexicano se encontraba ya en una crisis aguda.
Por eso cuando el Covid llegó a México, encontró al país sin insumos -todavía en febrero se vendían cubrebocas y otros artículos a China, que se tuvieron que recomprar a un costo mayor, algunos se entregarán hasta septiembre, esa es la planeación de este gobierno.
Finalmente se cumplió el sueño de López y sus compañeros radicales: llegaron las brigadas cubanas y su gesto distintivo fue un retrato enorme de Fidel Castro. La versión oficial dice que solamente están para “asesorar”. ¿Ustedes aseguran las capacidades de doctores de una isla atrasada, en donde cada vez se filtran más imágenes de centros de salud sin agua, sin aparatos modernos, sin medicinas? ¿Confiarían ustedes más en un médico extranjero que en un mexicano? ¿Creen que al gobierno de López le importa la salud de su pueblo?
La llegada del Covid le cayó como “anillo al dedo” al régimen para facilitar su deseo de imponernos su proyecto comunista, debemos impedírselo y respaldar la labor titánica de doctores, enfermeras y personal de sanidad en este difícil momento.