Por: Graciela Cruz Hernández
Miguel Galindo Velasco, de familia de clase media, nació en Tonila, Jalisco, lugar muy cercano al volcán de Colima, el 18 de julio de 1883. Desde temprana edad radicó en Colima, donde cursó su educación primaria y luego ingresó al Seminario Conciliar de Colima, donde estudió Filosofía y Humanidades con especialidad en Historia, más su vocación no era el sacerdocio. En Guadalajara estudió la preparatoria en el Liceo de Varones. Ingresó en 1903 en la antigua Facultad Medico-Farmacéutica del Instituto de Ciencias, de la Universidad de Guadalajara; en 1908 presentó su examen profesional con mucho éxito. Terminó su carrera de médico cirujano con una tesis enfocada a la higiene social. Su tesis comprende dos amplios volúmenes. El primer volumen Apuntes sobre la Higiene en Guadalajara consta de cinco grandes apartados: El Territorio y el Pueblo, Demografía, Higiene Privada, Higiene Pública e Higiene Social. El segundo volumen, Higiene Social y Medicina Legal, está dividido en cuatro apartados: Sífilis, Tuberculosis y Alcoholismo; Medicina legal; la Prostitución; e Instrucción y Educación.
Galindo se preocupaba de forma especial por la maternidad en las mujeres públicas, enfatizando en la alimentación y demás auxilios necesarios sobre todo en los últimos días de embarazo, y durante el puerperio, de manera gratuita. Según Galindo estas medidas “servirían para educar a la mujer, desterrando de su mente toda idea de esterilidad, de aborto y de infanticidio, y enseñándola a ser madre”. Vemos como el conocimiento científico de Galindo iba de la mano con su formación religiosa y con una visión moralista que trataba de ver siempre por todos y de ayudarles sin importar cuáles fueran sus circunstancias de vida.
Miguel Galindo Velasco, fue un ferviente conservador y participó en la política estatal durante la presidencia de Porfirio Díaz. Luego de sus fracasos en la política local, fue desterrado del estado de Colima, al levantarse en armas en contra del gobierno en 1913. En 1915 se adhirió al zapatismo y fue insurrecto en los estados de Oaxaca y Morelos.
A su regreso a Colima, fue encargado docente y director del Hospital General Colimense.
Desde muy joven formó parte de las sociedades literarias. Dedicó gran parte de su vida a la preparación de los jóvenes: fue catedrático de Raíces Griegas y Latinas, Arte, Literatura y Estética en la Escuela Preparatoria y en la Escuela Normal del Estado, instituciones en las que impuso nuevas formas de enseñanza. Intervino en la campaña local del profesor Torres Quintero, quien le nombró director de Educación Pública (1923-1925) y del Hospital Civil de Colima. Fue director de la Escuela de Ciegos y Sordomudos en la Ciudad de México. Llegó a fundar el Ateneo Colimense en 1932 fungiendo como presidente.
Con ayuda de sus amigos, estableció la imprenta “El Dragón”, donde editó la mayoría de sus libros; fundando el periódico con el mismo nombre “El Dragón”.
Escribió más de cincuenta obras, en su mayoría, ensayos sobre diversos temas. En cuanto a la publicación de sus libros, muchas veces los financió él mismo.
Investigó todo lo referente a la entidad de Colima, desde la prehistoria hasta la proclamación de la Independencia: la arqueología, la geografía (clima, suelos), las razas locales y su folclor.La fiesta de la Raza en Colima (1919) “Elementos de Geografía de Colima” (1923), “Colima en el espacio, en el tiempo y en la vida” (1929), “Historia Pintoresca de Colima” (1939). Escribió un ensayo sobre la etimología y significado de topónimos de raíces náhuatl del Estado. También escribió “Los fantasmas de Colima” (1924) con varias leyendas de tradición oral sobre hechos raros y sobrenaturales de ese estado.
Miguel Galindo que amaba el estudio de la historia, publicó muchas obras en torno al tema. Publicó el libro “Nociones de historia de la música mejicana” (1933), abarcando desde la época precortesiana hasta el siglo XIX, con un bosquejo de la música española del siglo XVI. Escribió “Nociones de literatura general”, en un texto condensado; así como “Apuntes para la historia de la literatura mejicana” (1925), desde la época precortesiana hasta la primera década del XX. Cuestionó las formas tradicionales y los errores de la enseñanza en Colima y en todo el país en “Mirando al porvenir” y “La bancarrota educacional en Colima” (1925). El mito de la Patria: Estudio de psicología historia aplicado a la República (1920).
Reúne sus impresiones cotidianas en las crónicas: “Notas grises, Páginasverdes y Páginas blancas”. “A través de la sierra. Diario de un soldado” (1924), donde narra los hechos que vivió durante su participación en el movimiento armado.
Miguel Galindo, apoyó la idea de crear la Universidad Popular de Colima del coronel Pedro Torres Ortiz, que en ese entonces era gobernador del estado, y en 1940 participó en las conferencias para tal fin; estuvo presente en la inauguración del recinto educativo.
En cuanto a su personalidad y aspecto físico, Rodríguez Garay en su tesis de maestría lo describe:
“Era todo un “gentleman” vestía siempre de manera escrupulosa e impecable su traje de casimir inglés. Era de personalidad recia y sumamente serio, al grado de ser inconmovible. Su complexión física era delgada y sus movimientos muy calculados y felinos. Era un tipo hiperactivo, excéntrico. Muchas personas lo consideraban un sabio…”
(Rodríguez Garay, 1997, p. 118)
El mismo autor comenta en su texto cómo a Galindo le gustaban las veladas culturales, tertulias, buena música y de todo aquello que tuviera que ver con el arte, y que sabía de oratoria, filosofía, latín y poesía, según lo establecido en la educación del Seminario en su época. (Rodríguez Garay, 1997, p. 11).
Perteneció a diversas sociedades como la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, Sociedad Científica Antonio Alzate, el Ateneo Musical Mexicano, y del Centro de Estudio Históricos Genaro Estrada. Fue corresponsal de la revista Médico Farmacéutica de Guadalajara.
Miguel Galindo Velasco, durante sus 34 años de fecunda actividad creativa, fue médico, educador, narrador y poeta, investigador, político y periodista. Durante sus últimos años de vida impartió cátedras de matemáticas, medicina y lógica. Este excepcional mexicano murió el 3 de febrero de 1942 a los 59 años.