Por: Miguel Ángel Jasso Espinosa
1 El éxodo en San Fernando
En el norteño estado de Tamaulipas entre los años que transcurrieron de 2010 a 2014, la violencia desatada por los cárteles de la droga, la omisión de autoridades estatales y el aumento de denuncias por “desapariciones forzadas” hicieron huir, según cifras oficiales, entre 5 mil a 3 mil personas –únicamente del municipio de San Fernando–.
No obstante, luego del éxodo de cientos de familias que decidieron abandonar su patrimonio y su lugar de residencia –por motivos de la inseguridad–, autoridades estatales reportan que tan solo en el año 2017, unas 500 familias decidieron volver a San Fernando, con lo que esta región presenta nuevas inversiones y la reactivación de la economía local.
¿Qué fue lo que motivó a estas familias a regresar a sus comunidades de origen? ¿La violencia cesó de un día para otro? ¿Acaso un mesías tropical se hizo del poder político en San Fernando y ante su “discurso de amor” los cárteles de la droga decidieron dejar de operar en la región?
En realidad durante los pasados cuatro años varios factores se conjuntan para que San Fernando vuelva a ser un municipio donde el estado de derecho comienza a prevalecer.
De esos elementos, los más importantes a destacar son: el reforzamiento de la presencia militar y naval, el establecimiento de bases y cuarteles de las fuerzas armadas y la participación de los habitantes con integrantes de las organizaciones de la sociedad civil pro derechos humanos y de búsqueda de desaparecidos que a su vez están en constante comunicación con integrantes de los medios de comunicación para reportar sus avances en su lucha contra la inseguridad pública.
La suma de estos componentes ha permitido que ya desde octubre del 2016, al menos un 50 por ciento de las personas que huyeron hacia municipios como Reynosa, Matamoros, Ciudad Victoria y hasta Monterrey, estén decidiendo recuperar sus patrimonios y volver a iniciar sus vidas en el municipio de San Fernando; lo que también ha motivado inversiones en tiendas departamentales, de conveniencia, gasolineras, así como el hecho de que las autoridades locales inviertan en obra pública, lo que ha permitido reactivar la economía de San Fernando.[1]
A los habitantes de la ciudad de México o a los de Mérida Yucatán, quizás les parezca que San Fernando, Tamaulipas sea un lugar remoto de la geografía nacional y sin mayor interés para la historia del país. Pero es válido recordarle al lector que, entre agosto de 2010 y abril de 2011 –esto es, ni siquiera ha transcurrido una década–, fue el municipio donde ocurrieron dos de las peores masacres perpetradas por integrantes de los cárteles de la droga, coludidos con autoridades locales, contra migrantes centro americanos y sudamericanos. Acontecimientos que se convirtieron en noticias internacionales y que evidenciaron la fallida guerra contra el narcotráfico emprendida por el ex presidente Felipe Calderón Hinojosa.
Hoy (marzo de 2018), medianamente sabemos que la primera masacre fue planeada por integrantes del cártel de Los Zetas quienes ejecutaron de disparos en la cabeza a 72 migrantes que se negaron a ser extorsionados y/o participar en el tráfico de drogas. Gracias a un sobreviviente que permaneció horas “acostado” sobre los cuerpos sin vida de varios de sus compañeros y que posteriormente logró escapar, la marina logró dar con el predio donde permanecían apilados los cuerpos de los migrantes ejecutados. Las imágenes de la forma en que permanecían apilados los cuerpos dieron la vuelta al mundo. La segunda masacre está documentada a partir de las denuncias de ciudadanos centro y sudamericanos a los que se les exigía el pago de un rescate de sus familiares secuestrados por el crimen organizado en territorio mexicano. Ante la imposibilidad o negativa para pagar, los cuerpos de muchos de esos ciudadanos fueron “apareciendo” en fosas clandestinas del municipio de San Fernando.
Lo peor de estas masacres radica en que, al menos desde el año 2006, autoridades estatales y federales tenían pleno conocimiento del deterioro del municipio de San Fernando y del aumento de la violencia por parte de los cárteles de la droga.
Es necesario un poco de historia.
2 El municipio de San Fernando
Villa de San Fernando de la Llave, llamada también San Fernando de Presas, se fundó el 19 de Marzo de 1749 cerca de un lugar llamado Barra de Salinas, donde originalmente ya existían algunos asentamientos de indios pintos.
Se fundó bajo la advocación de San José, con 251 pobladores originarios de Cadereyta, Nuevo León, bajo el mando de Don Fernando Sánchez Zamora. Debido a una inundación ocurrida en 1751, se cambió la ubicación al lugar que hoy ocupa para el año 1757, apenas ocho después de la fundación. Había en el pueblo 76 familias con 393 personas, así como 150 indios, quedepeños y comecrudos, sujetos a doctrina y campana, en el lugar conocido como la Misión.
El 30 de mayo se realizan las festividades en honor del Santo Patrono, San Fernando.
Localización
La cabecera Municipal se encuentra en la Villa de San Fernando, en las coordenadas 24º50′ de latitud norte y 98º09′ de longitud oeste, a una altura de 40 metro sobre el nivel del mar.
Limita al Norte con los Municipios de Río Bravo y Matamoros; al Sur con los de Abasolo y Soto La Marina; al Este con la Laguna Madre y el Golfo de México y al Oeste con los Municipios de Méndez, Burgos y Cruillas.
Su extensión territorial es de 6,091.36 kilómetros cuadrados, que representa el 6.88% de la superficie total del Estado.
Está integrado por 333 localidades, siendo las principales: la cabecera Municipal, Colonia Agrícola, Francisco González Villarreal, y los Ejidos Francisco Villa, San Germán, Guadalupe Victoria (El Norteño), La Loma, Palo Solo, La Carretera, Aguila Azteca, Ampliación La Loma, Ampliación La Carreta y Alfredo V. Bonfil y Ampliación San Germán.[2]
3 Criminalidad en el estado de Tamaulipas y en el municipio de San Fernando
El municipio de San Fernando es el paso obligado para las personas que se dirigen a los municipios fronterizos de Matamoros y Reynosa, es el principal retorno de los repatriados de Estados Unidos a México, y es el paso de los migrantes que van para Texas. Eso lo hace una zona fértil para la disputa del territorio por parte de la delincuencia organizada.
De acuerdo con investigaciones policiales referidas a la incidencia delictiva en Tamaulipas y en particular en el Municipio de San Fernando, se constata que en el periodo de 2005 a 2010, aumentó la criminalidad en todo Tamaulipas sin excluir al municipio de San Fernando (no obstante, es pertinente aclarar que la incidencia criminal fue menor en este último municipio, en relación a municipios como Reynosa, Nuevo Laredo, Tampico y Matamoros).
Para los efectos de este análisis se entiende por «criminalidad» a los hechos constitutivos de los llamados «delitos de mayor connotación social».[3] Las estadísticas oficiales, obtenidas de la página electrónica de la Procuraduría General de Justicia del Estado y de ONGs, califican como delitos de mayor incidencia los siguientes: lesiones, robo simple, robo de vehículos, robo domiciliario, amenazas, daño en propiedad, abandono de obligaciones, armas prohibidas, robo a lugar cerrado y fraude. Por ser estos delitos los más estables en términos de nomenclatura jurídica y estadística. [4]
De acuerdo con cifras oficiales, la tasa de criminalidad general del estado de Tamaulipas, arrojó los siguientes números. En el período de enero-agosto de los años 2007 y 2008 se cometieron 50,473 de los 10 delitos de mayor incidencia en Tamaulipas produciéndose una tasa de criminalidad para esos períodos de 1,668.94 delitos por cada 100,000 habitantes, o bien, 16.68 de estos delitos por cada 1,000 habitantes, es decir, aproximadamente 1.67 delitos por cada 100 personas.[5]
En el estado de Tamaulipas, en los años 2005-2010, se registraron 110 secuestros, lo que generó alarma en el estado. De acuerdo con datos de INEGI y la Universidad Autónoma de Tamaulipas, este tipo de delito fue incrementándose cada año, triplicándose del primer año hasta el 2009.
El mayor número de averiguaciones previas penales iniciadas por este delito se concentró en los municipios fronterizos con los Estados Unidos: Reynosa con 31 secuestros, Nuevo Laredo con 28, Matamoros con 10, Valle Hermoso y Miguel Alemán con 2 y Río Bravo con 1. Entre 2005 y 2010, en total se registraron 74 averiguaciones previas penales iniciadas en los municipios fronterizos por el delito de secuestro.
En el periodo analizado, los rangos de edades de las víctimas del delito de secuestro, eran los siguientes: rango de 26 a 35 años con 51 víctimas; rango de 18 a 25 años con 38; y rango de 36 a 40 años, con 25 víctimas.
Las desapariciones forzadas en todo el estado de Tamaulipas fueron constantes. A tal punto llegó este flagelo social que el investigador Federico Mastrogiovanni consideró que dicho estado era uno de los más preocupantes en ese rubro a nivel nacional.
Para Mastrogiovanni, en México se evidenció estadísticamente un incremento de desapariciones forzadas concretamente en estados como Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, es decir, donde está la Cuenca de Burgos, u otros estados donde hay recursos de minería, de hierro, de oro, de plata, de agua. En estas regiones muy ricas en materias primas aún no explotadas y de un alto valor comercial es donde se incrementaron las desapariciones forzadas. Según Mastrogiovanni “basta ver cuáles son las consecuencias de las desapariciones forzadas: un territorio donde hay un índice de desaparición muy alto, la sociedad está paralizada por el miedo, por lo que es más fácil controlar, la gente no se puede organizar por el terror”.[6]
4 1ª Masacre de San Fernando
Bajo el contexto anterior fue donde se presentó en el año 2010 la primera masacre de San Fernando —mejor conocida como masacre de Tamaulipas—, un crimen cometido “oficialmente” por el grupo delictivo denominado como Los Zetas, hechos ocurridos entre el 22 y 23 de agosto de 2010, en el ejido de El Huizachal del municipio tamaulipeco de San Fernando. [7]
Los 72 ejecutados, 58 hombres y 14 mujeres, fueron en su mayoría inmigrantes provenientes de Centro y Sudamérica, asesinados por la espalda, para posteriormente ser apilados y puestos a la intemperie.
Las primeras investigaciones señalan que fueron, en principio víctimas de extorsión y luego asesinados porque luego de ser secuestrados, no pagaron el dinero que les exigían para dejarlos libres y también se negaron a formar parte del grupo criminal.[8]
El 31 de marzo de 2015, la Policía Federal detuvo a José Guadalupe Reyes Rivera, considerado uno de los probables responsables de la muerte de 72 migrantes.[9]
Entre 2010 y 2011, las autoridades mexicanas informaron sobre la detención de policías municipales implicados en los asesinatos; sin embargo, esa información fue considerada como reservada por tratarse de una investigación abierta.[10]
El 8 de septiembre de 2011, un funcionario público federal, anunció la captura de siete implicados en la masacre, de los cuales «cuatro presuntos pistoleros fueron capturados el 3 de septiembre luego de un enfrentamiento con elementos de la Armada mexicana» y «posteriormente fueron detenidos otros tres presuntos delincuentes también involucrados».
El 10 de septiembre de 2011, el Presidente Felipe Calderón Hinojosa anunció la captura de ocho sujetos y la muerte de seis participantes de la masacre. Los imputados recibieron orden de aprehensión por parte de autoridades judiciales y fueron encarcelados el 16 de octubre; las autoridades anunciaron que los imputados enfrentarían cargos de delincuencia organizada, privación ilegal de la libertad, portación de armas de fuego de uso exclusivo de las fuerza armadas, corrupción de menores, homicidio calificado de 72 personas y tentativa de homicidio de Luis Freddy Lala Pomavilla (el sobreviviente de la masacre).
En agosto de 2013 se informó que al menos once presuntos responsables de la masacre habían sido detenidos, según lo informaron tanto la Secretaría de Gobernación (Segob) como la Secretaría de Seguridad Pública (SSP). [11]
5 La 2ª Masacre De San Fernando
El 6 de abril del 2011 diversos medios nacionales comunicaron el hallazgo de 193 cuerpos humanos, ubicados en fosas clandestinas del municipio de San Fernando, en el estado de Tamaulipas.
Pocos días después se supo que los primeros cuerpos fueron encontrados desde el 1 de abril de 2011 por la Procuraduría de Justicia de Tamaulipas, pero no fue hasta cinco días después, el 6 de abril, que se difundió la noticia por los medios de comunicación, quienes reportaron un total de ocho fosas clandestinas de un rancho ubicado en el municipio de San Fernando, Tamaulipas.
Poco a poco se fue documentando que a finales de marzo del mismo año, algunas de estas personas fueron presuntamente secuestradas de un autobús de pasajeros de la compañía Ómnibus de México. La empresa levantó una denuncia de los hechos el 24 de marzo, por lo que se iniciaron las investigaciones correspondientes.
Se atribuyó la masacre a los Zetas. Al poco tiempo la Procuraduría General de la República comunicó que tenía 14 detenidos, 12 hombres y dos mujeres, a los que acusó de delincuencia organizada, privación ilegal de la libertad en la modalidad de secuestro y violación a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos.[12] Las declaraciones de los acusados llevaron directamente a las narcofosas. Entonces las autoridades federales volvieron a vincular a los acusados con el cártel de Los Zetas.
6 San Fernando, Tamaulipas entre los años 2015 a 2018
La vida en el municipio de San Fernando, Tamaulipas, poco a poco retomó su normalidad después de ser uno de los municipios más afectados por la delincuencia organizada y tras ser considerado un pueblo fantasma producto del desplazamiento de personas que ocasionó la disputa entre los cárteles y la matanza de migrantes entre agosto de 2010 y abril de 2011.
Para el mes de marzo de 2016, en su pequeño centro ya se apreciaba el paso de gente, vendedores y escolares que caminaban con la presencia del Ejército y policía estatal; mientras que en la zona comercial se observa un natural abasto de productos y movimiento de clientela.
En las crónicas de los periodistas locales, se publica que el municipio de San Fernando por las noches cambia radicalmente, en tanto que el pueblo, literalmente, se va a dormir. “Sus habitantes toman en cuenta las recomendaciones que el gobierno del estado emite para prevenir situaciones de riesgo. Y a partir de las nueve de la noche las calles se vacían”.[13]
El alcalde priista de San Fernando, Mario de la Garza, afirmó en una entrevista que los desplazados por la violencia de los cárteles “comienzan a volver a sus comunidades y, de acuerdo con la oficina fiscal estatal, entre 2015 y 2016 se reabrieron 400 negocios”. También la procuraduría del estado confirmó que se redujeron hasta 80 por ciento las extorsiones a ciudadanos, el principal delito en la región.[14]
“En 2013 se decidió retomar la fiesta del pueblo, tras 11 años de cancelarla por la inseguridad, y en 2014 se obtuvo el Récord Guinness al coctel de camarón más grande del mundo, con lo que se incrementó el turismo de 12 mil a 24 mil personas el año pasado”.[15]
En el mes de abril de 2016 se inauguró en San Fernando Tamaulipas una base de la Marina Armada de México, para aprovechar el acceso al mar, otro de los privilegios de los que goza el municipio, al tener desembocadura al mar por la playa La Carbonera y la laguna de agua salada –considerada la más grande del mundo y uno de los puntos, donde hasta el año 2010, los grupos más importantes del narcotráfico tomaban el control para el trasiego de droga–.[16]
La periodista Alma Guillermoprieto –que traduce notas sobre América Latina para los lectores de Estados Unidos–, convocó a escritores, reporteros, fotógrafos, músicos y cineastas a colaborar en un “altar virtual” y público como recuerdo del asesinato de los 72 migrantes de San Fernando: “los hombres y las mujeres camino al sueño americano que fueron hallados con un tiro en la cabeza en agosto de 2010”.[17] Cuando lanzó el proyecto del altar al público a través de la página www.72migrantes.com, Alma dijo en un comunicado que esto se hacía “a sabiendas de que no han sido sólo setenta y dos los viajeros que han perdido la vida en su travesía rumbo a la frontera con Estados Unidos. La idea del altar pretende promover que un escritor, o bien un periodista cuente la historia de cada uno de los migrantes víctimas de la masacre”. De acuerdo con la comunicadora, con su iniciativa se pretende que se “abra un pequeño espacio para la voz de los migrantes desaparecidos o muertos” en medio del páramo tamaulipeco.
Las indagatorias de estas masacres de ingrata memoria siguen abiertas. En enero de 2017, la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó que se trató de un caso de violaciones graves a los derechos humanos y otorgó la calidad de víctimas directas a los familiares de los migrantes asesinados.
Pese a todo, hoy San Fernando vuelve a ser un municipio donde muchos de sus originales habitantes han decidido regresar a recuperar sus vidas y sus propiedades; un lugar donde ciudadanos, organizaciones de la sociedad civil junto con las autoridades se empeñan en que el estado de derecho se consolide.
San Fernando es un municipio en el que sus habitantes vivieron algo así como el infierno y si hoy están saliendo de él, es por el trabajo organizado, y es allí donde deberíamos volver la mirada los mexicanos antes de creer en falsos populismos de nuestros políticos que nos prometen el paraíso.
BIBLIOGRAFÍA
- Mastrogiovanni, Federico: Ni vivos ni muertos, México, coedición de Grijalbo – Proceso, 2015.
- Rodríguez Manzanera, Luis: Criminología, México, vigésima segunda edición, Editorial Porrúa, 2007.
- Osorno, Diego Enrique: La Guerra de los Zetas (Viaje por la frontera de la necropolítica), México, editorial Grijalbo, 2012.
HEMEROGRAFÍA
“Detienen al presunto autor de la masacre de 72 migrantes en San Fernando, Tamaulipas”, México, Animal Político, 31 de marzo de 2015.
Autor invitado: “Aumenta a 193 los muertos por matanza en San Fernando, Tamaulipas: PGR”, México, Diario Zócalo, en https://bit.ly/1H8BbZN
Castillo García, Gustavo: “Confirman asesinato del MP que indagaba matanza en Tamaulipas”, México, La Jornada, 28 de agosto del 2010.
De León Palomo, Alejandro: “Estudio Sobre la Criminalidad en Tamaulipas”, Universidad Autónoma de Tamaulipas, Ciencia UAT, vol. 3, núm. 2, octubre-diciembre, 2008, pp. 38-42.
González Antonio, Héctor: “Tras violencia de 2010, familias regresan a San Fernando”, México, Excélsior, 9 de febrero de 2018.
Madrigal, Alejandro: “Tras la matanza, San Fernando revive”, México, Sipse.com, 12 de marzo de 2016.
Rea, Daniela: “Once presos, a tres años de la masacre de 72 migrantes en Tamaulipas”, México, Diario digital Expansión, 22 de agosto de 2013.
REFERENCIAS ELECTRÓNICAS
https://www.tamaulipas.gob.mx/tamaulipas/san-fernando/
[1] González Antonio, Héctor: “Tras violencia de 2010, familias regresan a San Fernando”, México, Excélsior, 9 de febrero de 2018.
[2] https://www.tamaulipas.gob.mx/tamaulipas/san-fernando/
[3] La criminalidad, que es considerada por Rodríguez Manzanera como: «El conjunto de las conductas antisociales que se producen en un tiempo y lugar determinado». Rodríguez Manzanera, Luis: Criminología, México, vigésima segunda edición, Editorial Porrúa, 2007.
[4] De León Palomo, Alejandro: “Estudio Sobre la Criminalidad en Tamaulipas”, Universidad Autónoma de Tamaulipas, Ciencia UAT, vol. 3, núm. 2, octubre-diciembre, 2008, pp. 38-42.
[5] De León Palomo, Alejandro: “Estudio Sobre la Criminalidad en Tamaulipas”, Universidad Autónoma de Tamaulipas, Ciencia UAT, vol. 3, núm. 2, octubre-diciembre, 2008, pp. 38-42.
[6] Mastrogiovanni, Federico: Ni vivos ni muertos, México, coedición de Grijalbo – Proceso, 2015.
[9] El detenido fue trasladado al Centro Federal de Readaptación Social número 3, en Matamoros, donde fue internado y quedó a disposición del juez de la causa.
[17] Osorno, Diego Enrique: La Guerra de los Zetas (Viaje por la frontera de la necropolítica), México, editorial Grijalbo, 2012.