Por: Justo Mirón
¡A qué López! No le basta con avergonzarnos todas las mañanas en su show tragicómico. ¡Ahora tuvo que hacerlo frente a todo el mundo! Le dieron la oportunidad de grabar un mensaje y enviarlo a la reunión virtual de la asamblea general de la Organización de las Naciones Unidas. Y no desaprovechó la oportunidad de regar el tepache.
En sus cinco minutos de fama, que peroró con el cuello de la camisa mal colocado, lo que de entrada le restó seriedad, señaló que en México ¡No hay hambre! ¡Que ha manejado de maravilla la epidemia del Covid! (Los más de 75 mil muertos por la pandemia, supongo, son un pequeño precio a pagar para el macuspano). Eso no fue lo más risible: ¡Presumió que a Benito Mussolini lo nombraron así en honor de Juárez! Y admitió públicamente un fraude: “teníamos un avión, ya lo rifamos, pero lo vamos a vender”. No me imagino la cara de incredulidad que han de haber puesto sus oyentes fuera del país.
Nos han de compadecer a los mexicanos, supongo. Y eso que se ahorraron dos horas diarias de sus barbaridades y que no mencionó que un cheque para fondear el fraude, ¡Rebotó! En fin, regresemos a asuntos locales.
López creyó que cambiándole el nombre a las dependencias de gobierno, éstas iban mágicamente a funcionar con empleados con 90 por ciento de incapacidad y 10 por ciento de (des)honestidad.
Así, renombró al Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE), que dependía de la secretaría de Hacienda, cuya función era administrar los bienes como casas, autos, joyas que se habían incautado a delincuentes, como Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado (Indep).
Desde la creación del Indep en mayo de 2019, estuvo al frente Ricardo Rodríguez Vargas, se fue en junio de este año quesque para encabezar la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente, pero ese nombramiento se quedó en el limbo.
En su lugar, López nombró el 16 de junio a un abogado cercano a él, Jaime Cárdenas. Pues bien, Cárdenas encontró tal podredumbre, auspiciada desde Palacio, en el Indep, que renunció al cargo el 21 de septiembre.
Pero no lo hizo de manera sigilosa, sino mediante una carta de tres cuartillas en la que mencionaba anomalías y corruptelas. López estalló ante la ruptura del mafioso silencio que caracteriza su régimen, lo que los sicilianos llaman “omertá” y acusó a su antiguo aliado de no haberle entrado de frente a los problemas.
Pero Cárdenas no se enteró de la indirecta y dio entrevistas a medios electrónicos e impresos, en las que mostró al Indep como la caja chica del gobierno, y a un López pasivo ante la corrupción. Cabe aclarar que al irse, Cárdenas levantó denuncias penales, supongo que no se investigarán.
Ante esta muestra de independencia, López estalló en la bananera y dijo que su proyecto exige “lealtad a ciegas”. Sí, lo leyó bien, eso mencionó. ¿Y que creen que hizo la mayoría de Morena en el Senado? ¡Se negó a discutir la corrupción en el Indep como pidió el PAN!
¡La información sobre la cloaca que se roba lo robado al pueblo, es tan extraña! Desaparecieron un auto de lujo, un Lamborghini, mutilaban joyas, manipulaban las subastas ¿Qué será lo que no ha trascendido? ¿Lo que conoceremos cuando acabe esta pesadilla morenista?
Las evidencias de corrupción que cada vez más afectan a López y a sus cercanos, están causando ataques de ira en el ocupante de Palacio Nacional. Tal parece que el próximo gobierno tendrá que inventar el Centro Nacional para Recuperar lo Robado por los Ladrones Anteriores.
Como se escribió en la novela El gatopardo, en México las cosas cambian, pero para seguir igual.