Por: Graciela Cruz Hernández
Pedro Alcántara Escobedo y Aguilar nació en la ciudad de Querétaro el 19 de octubre de 1798; a pesar de ser de familia muy pobre, su dedicación y gran aprovechamiento en su educación primaria, hicieron que sus padres lo llevaran al colegio de San Francisco Javier como alumno externo, donde logró destacar admirablemente en sus estudios. Demostró su talento al sustentar con honores: gramática y lenguas latinas; cabe destacar que ese honor nunca antes fue concedido a un alumno externo que no estudiara para sacerdote, eso hablaba de su gran calidad de estudiante, no se equivocaron sus padres al ver que su hijo que amaba el estudio, de seguir estudiando, podría tener una gran oportunidad en la vida.
Pasando los años, ya en la Ciudad de México, acudió a la Academia de Cirugía para obtener el título de cirujano y al Hospital de San Andrés para lograr el de médico.
Logró empezar a ejercer como cirujano a los 20 años de edad y como médico en 1822, obteniendo inmediatamente el empleo de practicante mayor del propio hospital.
Desafortunadamente en 1824 la situación política provocó el cierre de la Academia de Cirugía; pero como suele suceder en las personas excepcionales que saben sacar cosas positivas de situaciones adversas, esto lo obligó a proyectar la creación de una Escuela de Medicina, anhelo al que dedicó más de la mitad de su vida.
Ese proyecto se convirtió en realidad cuando en 1836, abrió sus puertas la Escuela de Medicina y Cirugía en el convento de Betlemitas.
En 1841, el doctor Pedro Alcántara, se asoció con otros nobles profesionistas y compraron el palacio de la Santa Inquisición para ubicar ahí su escuela, lugar donde funcionó más de un siglo, (ahora museo) para ser trasladada posteriormente a Ciudad Universitaria.
El doctor Pedro Alcántara Escobedo, fue maestro de cirugía operatoria y de patología externa, luego Vicerrector y después Rector de la Escuela. Como buen maestro que era, no se contentaba con sólo comunicar sus sabias lecciones y experiencia a sus discípulos sino que, con el producto de su sueldo compraba libros e instrumentos que repartía entre aquéllos.
A su costa, editó la Farmacopea Mexicana, obra que escribió en su totalidad el gran doctor Leopoldo Río de la Loza, primera en su tipo en México.
El Dr. Pedro Alcántara Escobedo, fue nombrado socio de las Academias Médicas de Madrid y de París; miembro de la compañía Lancasteriana de Literatura de San Juan Letrán y del Ateneo Mexicano, así como de un sinnúmero de asociaciones. Se desempeñó como diputado y después como senador de la República.
Por padecimientos cardíacos se trasladó a Jalapa, Veracruz donde falleció a la edad de 46 años, el 28 de enero de 1844, su cadáver fue llevado a México para ser enterrado con los correspondientes honores.
Su muerte fue publicada por el periódico “La Realidad del Siglo XIX”, diario que circulaba en México por aquella época, anunciándolo de esta forma:
«El 28 de enero falleció el hábil y distinguido médico Don Pedro Escobedo. En tan estimable humano e ilustrada persona, ha perdido México un ser de la beneficencia; las bellas artes, un protector decidido; la humanidad doliente, su más precioso consuelo y para la sociedad entera, un hombre honrado».
El 13 de mayo de 1904, el congreso del Estado de Querétaro determinó honrar la memoria del ilustre queretano Pedro Alcántara Escobedo y Aguilar que por su trabajo y dedicación se forjó un lugar en la historia de México, nombrando al pueblo de Arroyo Seco, perteneciente al distrito de San Juan del Río, como Pedro Escobedo. (No sabemos por qué se haya omitido su primer apellido).
También, para reconocer la loable labor de ese ilustre queretano, la Quincuagésima Sexta Legislatura del Estado de Querétaro expidió el decreto por el que se creó la Medalla de Honor “DR. PEDRO ESCOBEDO” publicado en el periódico oficial del gobierno del Estado “La Sombra de Arteaga” el 24 de octubre de 2012 (P. O. No. 64).
Esta medalla se concede en reconocimiento a la trayectoria ejemplar de queretanos que ejercen la medicina en forma ética y profesional. Con tres categorías: trayectoria y aportación en el ejercicio de la medicina; investigación en materia de salud y docencia. Profesionales de la salud que a ejemplo del doctor Pedro Alcántara Escobedo y Aguilar honren su profesión con esa nobleza de espíritu que distingue a los grandes mexicanos.
Fuentes:
https://legislaturaqueretaro.gob.mx (pdf)
https://eloficiodehistoriar.com.mx
compilacion.ordenjuridico.gob.mx (descarga documento)