Por: Graciela Cruz Hernández
En Puebla, el 25 de septiembre de 1848, nació Pedro Francisco de Paula Rangel Alcántara, sus padres originarios de Puebla fueron don Agustín Rangel Toledo y doña Concepción Alcántara, directora de escuela.
La infancia y juventud del Dr. Pedro Rangel transcurrió durante los años más críticos de la historia de México. Sus padres no eran gente de recursos, hubo veces que se le vio al joven Rangel estudiar bajo la luz de los faroles de la calle; tal vez el haber tenido a una madre dedicada al magisterio, sirvió para que Pedro, con tenacidad y esfuerzo, terminara sus estudios de medicina.
Estudió en la Escuela de Medicina de la Universidad; siendo el director de la Escuela el eminente Dr. Leopoldo Río de la Loza, impulsor de las cátedras de física y química. Para el año de 1869 se estableció como requisito de la escuela la presentación de tesis. «El tema escogido para la tesis manuscrita o impresa del alumno, no podía ser cambiado ‘si no por muy justas razones’, teniendo que registrarse en la Secretaría de la Escuela al realizar la inscripción al último año de estudios». Pedro Rangel obtuvo su título de médico cirujano el año de 1874 con la tesis en obstetricia: Distocia por malas presentaciones y manera de corregirla, dirigida por el Dr. Juan María Rodríguez.
Pedro Francisco de Paula Rangel Alcántara, que firmaba en un principio como Pedro Rangel, cambió su nombre a Pedro Pablo, cuando un bandolero homónimo de él, comenzó a ser noticia en los diarios. Entonces, el doctor, decidió adoptar a san Pablo que se celebraba el mismo día de san Pedro, y con esto evitar la coincidencia con el bandolero.
Don Pedro casó con Consuelo Chapela, con la que tuvo una hija: María Rangel Chapela. El matrimonio duró poco tiempo ya que Consuelo enfermó de tuberculosis, y a pesar de los medicamentos y la alimentación, tuvieron que buscar un clima más sano para la enferma, y don Pedro decidió mudar a su mujer a Mixcoac y para ello, compró al Sr. José Banderas, un lote de media manzana en lo que fueron los maizales de San Nicolás, en donde construyeron una casa en la calle de Cuauhtémoc núm. 68. No obstante el cambio a esa veraniega población, desafortunadamente su esposa murió. Don Pedro quedó viudo y con una niña.
Poco tiempo después entabló noviazgo con Ana María Navas y Domínguez, que era de una familia radicada en Tlalpan. Él de 45 años y ella de 29, esa diferencia de edades fue mal vista por doña María Domínguez de Navas, descendiente del ilustre regidor de Querétaro, don Miguel Domínguez. La oposición de la madre de Ana María a este matrimonio era más que nada a que la hija estaba destinada a cuidar de su madre; sin embargo, en octubre de ese mismo año, falleció la señora y un mes después, el 22 de noviembre de 1890, don Pedro y Ana María, se casaron, ella de luto riguroso, contrastando al color negro sólo el blanco ramos de azahares.
Posteriormente se fueron a vivir a Mixcoac; en ese ambiente campestre comenzó a crecer la familia Rangel Navas, procrearon nueve hijos: Ana, Concepción, Pedro Pablo, Agustín, Francisco, Víctor, Carmen, Guadalupe (que murió de meses) y Alfonso. Pedro Pablo sería médico al igual que su padre y uno de sus nietos llamado Carlos Roberto Rangel Badillo también seguiría la misma profesión, completando así tres generaciones de médicos en la familia Rangel.
Las versiones sobre este matrimonio son contradictorias entre los informantes. Una de ellas dice que la madre de Ana María, en el lecho de muerte, le pidió al doctor Rangel se casara con su única hija para que no quedara desamparada. Y otra versión es la que citamos en el texto. La verdad es que el doctor viudo y con una hija de 6 o 7 años necesitaba una madre para la niña y una esposa para él.
La estancia del doctor en el pueblo de Mixcoac fue definitiva, para él y para el poblado, ya que su vida como científico se vio complementada con su actividad política. En 1892 fue invitado a participar en la Comisión de panteones del pueblo, por el entonces presidente municipal, y un año después fue electo regidor de aguas y encargado de todo el problema que causaba el abasto del líquido a la población, trabajo que le llevó bastantes años y que comenzó con los pleitos del dueño de la hacienda de San Borja, sobre los derechos del agua de la presa de Mixcoac.
Después se vio la necesidad de entubar el agua y don Pedro también fue parte importante de este proyecto. En 1894 fue miembro del proyecto que se encargó de reglamentar el alumbrado de faros, que en 1900 cambió al alumbrado eléctrico que también tocó al Dr. Rangel. En 1895 tramitó y reglamentó la construcción del rastro municipal. Para 1900, el poblado de Mixcoac adquirió un terreno para la construcción del mercado en el barrio de Atepuxco. La primera piedra la colocó el Capitán primero de ingenieros y Jefe del estado mayor presidencial, Félix Díaz, firmando el acta el Dr. Pedro Rangel como uno de los testigos. Al mercado se le llamó Félix Díaz y fue construido por el contratista Ricardo Carlos Bateman.
Para 1903, Mixcoac, quedó ya como municipalidad independiente de Tacubaya, según la Ley de Organización Política y Municipal del Distrito Federal, conservando los límites señalados pocos años antes. En 1901 tramitó el Dr. Rangel, la construcción de terraplenes para el paso del tranvía. En 1903 viajó a San Louis Missouri representando a la Delegación mexicana que asistió a la Exposición mundial, y ese mismo año fue electo Concejal y ratificado en su cargo por el presidente de la República, general Porfirio Díaz, función que desempeñó hasta 1908, en que fue electo Presidente Municipal, cuando precisamente: «la urbanización moderna empezó a darse cuando se inició el fraccionamiento de la colonia del Valle en los terrenos de ranchos antiguos como el de Los Amores.» Entre las tareas que desempeñó en su cargo, le tocó la instalación del alumbrado de la fachada del Palacio municipal, y seguir tramitando el abasto de agua a los vecinos; la preparación y participación de los festejos para el centenario de la independencia. Empedró las calles del poblado utilizando como mano de obra a los reos de la prisión y reforestó con árboles de trueno la zona, algunos de los cuales aún sobreviven hasta nuestros días.
Don Pedro, conservó siempre su consulta en la Botica de Nuevo México, así que diariamente se transportaba de Mixcoac a la ciudad de México, pues ya se había acreditado como médico de la capital. Como médico atendió a las religiosas de diferentes congregaciones que vivían en el poblado y a los padres de la iglesia de san Juan. Con esto decía: «Pagaba el diezmo», ya que no les cobraba un centavo. También demostró su catolicismo en la persecución religiosa, que se vivió con intensidad en Mixcoac dado la cantidad de conventos, don Pedro abrió las puertas de su casa para que ahí enseñaran las religiosas que habían sacado de sus conventos. Y una hija suya, Ana casada con Antonio Regagnon las asiló en su casa a pesar del riesgo que con ese hecho contraían.
Además de médico y político, fue cronista taurino y firmaba con el seudónimo de P. Orín. Y era bastante leído y comentado entre los aficionados a la tauromaquia. El Dr. Rangel fue socio del Círculo porfirista de Mixcoac, y como médico, miembro fundador con el número 5 de la Asociación Médica Mexicana. Mantuvo estrecha amistad con el Dr. Vértiz, Eduardo Liceaga, Dr. Lucio, con Guillermo Prieto tenía un vínculo tan estrecho que el ilustre escritor lo trataba de hermano. Entre sus pacientes y amigos estaban el industrial Carlos B. Zetina, don Pedro Rincón Gallardo, Gobernador de la ciudad de México, Rodrigo Limantour, hermano de José Yves Limantour, Secretario de Hacienda, Felipe Martell, dueño de las casas de juego de Tacubaya, etc., todos ellos habitantes permanentes o temporales de Mixcoac. Hay versiones que dicen que era juarista porque tenía un retrato de Juárez. Pero por sus acciones no parece que haya sido juarista de corazón.
El 6 de mayo de 1934, murió el doctor Pedro Rangel Alcántara a la edad de 86 años. Con una vida fructífera dedicada a su profesión, haciendo honor al juramento Hipocrático, atento siempre a las necesidades de su familia, de sus pacientes y viendo por el bienestar del pueblo de Mixcoac.
Fuentes:
https://www.redalyc.org/pdf/342/34241501.pdf
Bitácora médica del Doctor Falcón la medicina y la farmacia del siglo XIX