Por: Salvador Kalifa Assad
INTRODUCCIÓN
El 9 de julio pasado renunció el hasta entonces Secretario de Hacienda desde el 13 de diciembre de 2018, fecha en la que lo ratificó la Cámara de Diputados. En el segundo párrafo de su carta de renuncia el secretario dice: “Discrepancias en materia económica hubo muchas. Algunas de ellas porque en esta administración se han tomado decisiones de política pública sin el suficiente sustento.” [1] Un día después, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) reconoció esas diferencias y especificó que una de ellas fue por el plan de desarrollo. Señalamientos posteriores del exsecretario indican que esa fue la discrepancia principal, obligándolo a renunciar al cargo.
PND CON UNA VISIÓN SUBJETIVA Y MUY PARTICULAR
La propuesta del Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2019-2024 sometida para discusión y aprobación en la Cámara de Diputados fue un documento híbrido de casi 300 páginas en total, con dos partes claramente distintas y en ocasiones contradictorias. La primera parte con 64 páginas en la versión enviada a los diputados contiene una proclama política con redacción corrida, sin gráficas o cuadros.
La segunda parte, con 225 páginas en la versión que se presentó a la Cámara de Diputados, está estructurada, básicamente, en el formato de los PNDs anteriores. Si bien trata de conciliar esa estructura con la postura ideológica de la primera parte, incluyendo como entrada lo que se llama Carta del Presidente, que es prácticamente lo que en la primera parte se denomina Presentación.
Luego viene el capítulo I (Introducción) y como capítulo II (Principios Rectores de Política) se reproduce lo que dentro de la Presentación de la primera parte se llaman también “principios rectores” de la propuesta del Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024. El resto corresponde al capítulo III (Ejes Transversales), capítulo IV (Ejes generales), capítulo V (Sistema Nacional de Planeación Democrática), capítulo VI (Vinculación con los objetivos de Desarrollo Sostenible) y capítulo VII (Siglas y acrónimos).
Destaca que en la página de internet de AMLO se publicó como PND 2019-2924 solo la primera parte, que, al final, fue la aprobada por los diputados el 27 de junio de 2019. Es decir, se descartó totalmente la segunda parte y solo prevaleció la primera que es más bien una reiteración de los planteamientos de AMLO en su campaña para llegar a la presidencia de la República y lo que él mismo señaló el 17 de marzo de 2019 como lineamientos para una “propuesta posneoliberal” en la clausura del Foro Nacional para la elaboración del Plan de Desarrollo.
Es curioso que después de discutirse en la Cámara de Diputados durante todo mayo y casi todo junio, terminó aprobándose sin cambio la primera parte del documento enviado por el Ejecutivo y publicándose así en el Diario Oficial de la Federación del 12 de julio.
Este documento incluye además de la Presentación ya mencionada, tres capítulos: I. POLÍTICA Y GOBIERNO; II. POLÍTICA SOCIAL; III. ECONOMÍA, junto con un Epílogo: Visión de 2024 y está plagado de referencias críticas a la política económica aplicada en nuestro país a partir de 1983, las más de ellas sin la mínima objetividad, tratando de definir el nuevo paradigma de la política y de la economía nacional.
El capítulo de ECONOMÍA incluye lo siguiente: Detonar el crecimiento; Mantener finanzas sanas; No más incrementos impositivos; Respeto a los contratos existentes y aliento a la inversión privada; Rescate del sector energético; Impulsar la reactivación económica, el mercado interno y el empleo; Creación del Banco del Bienestar; Construcción de caminos rurales; Cobertura de internet para todo el país; Proyectos regionales; Aeropuerto internacional “Felipe Ángeles” en Santa Lucía; Autosuficiencia alimentaria y rescate del campo; Ciencia y tecnología; El deporte es salud, cohesión social y orgullo nacional.
En el Epílogo se plantea la única meta macroeconómica específica: “El fortalecimiento de los principios éticos irá acompañado de un desarrollo económico que habrá alcanzado para entonces una tasa de crecimiento de 6 por ciento, con un promedio sexenal de 4 por ciento.” [2] Dado que en el presente año el crecimiento mínimo esperado por nuestras autoridades es del 0.6% y que en el segundo se prevé en 2%, si efectivamente en 2024 se crece al 6%, para lograr el promedio sexenal de 4% el crecimiento tendría que ser del 5.14% anual en cada uno de los tres años restantes, algo que con la información disponible en estos momentos se antoja prácticamente imposible.
Otra manera de confirmar la falta de sustento que presenta la meta de 4% en el crecimiento sexenal del PND es a través de la consideración de las estimaciones del Paquete Económico 2020 enviado por el Ejecutivo al Congreso de la Unión a principios del pasado mes de septiembre. En efecto, como lo señalamos en su oportunidad, los Criterios Generales de Política Económica (CGPE) incluidos en ese paquete contienen perspectivas de mediano plazo para la evolución de nuestra economía.
Para el presente año, los CGPE presentan un intervalo de crecimiento del PIB de 0.6% a 1.2% y todo indica que el resultado estará en o por debajo del piso. En esas condiciones, considerando el punto central de 2.0% que los mismos CGPE plantean para 2020, con las estimaciones para los años restantes que prevé el llamado escenario inercial, donde se contempla una aceleración gradual hasta alcanzar en 2024 un crecimiento de 2.7%, el promedio sexenal es de apenas 2.1%.
Por otro lado, a partir de los crecimientos esperados para 2019 (0.6%) y 2020 (2.0%) y tomando en cuenta para los siguientes años los crecimientos del escenario que incorpora los efectos de las políticas públicas que planea instrumentar el gobierno, se llegaría a un crecimiento del 4.0% en 2024 (no el 6% ofrecido por el PND), mientras que el crecimiento promedio anual se sitúa en 2.8%, inferior al 4% promedio que promete el PND. Es decir, que la meta de crecimiento del PND no deja de ser una ilusión que exhiben las estimaciones del equipo de especialistas de la Secretaría de Hacienda. (¿Será esto motivo de otra renuncia?).
OBSERVACIONES FINALES
Más allá del derecho del presidente para orientar la política económica como lo crea conveniente, lo cierto es que el PND 2019-2024 publicado no cumple con la Ley de Planeación. Ésta, entre otras disposiciones, en su Artículo 21 establece que el Plan debe contener un diagnóstico general de los temas prioritarios para impulsar el crecimiento, ejes generales que agrupen esos temas, objetivos específicos, estrategias e indicadores de desempeño. De todo esto carece la versión escrita y autorizada por AMLO como PND 2019-2024 y sus metas de crecimiento son sueños inalcanzables. Así, la llamada Cuarta Transformación (4T) puede pasar a la historia como una gran decepción, pero dejando en el camino un legado de efectos negativos trascendentes.
BIBLIOGRAFÍA
Cámara de Diputados, LXIV Legislatura, “Gaceta Parlamentaria”, No. 5266-XVIII, 30 de abril de 2019.
Diario Oficial de la Federación, “Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024”, 12 de julio de 2019.
Cámara de Diputados, “Ley de Planeación”, Texto vigente, incluyendo reformas publicadas el Diario Oficial de la Federación del 16 de febrero de 2018. Secretaría de Hacienda y Crédito Público, “Criterios Generales de Política Económica para la Iniciativa de Ley de Ingresos y el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación correspondientes al ejercicio fiscal 2020”, septiembre de 2019.
[1] Carta renuncia del 9 de julio de 219 del Dr. Carlos Urzúa, Secretario de Hacienda.
[2] Diario Oficial de la Federación, Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, 12 de julio de 2019, Epílogo: Visión de 2014.