Por: Jerry Gortman
Después de siete semanas de ser acusado formalmente, de casi cinco meses de investigaciones y prácticamente tres semanas de juicio en el Senado, el presidente Donald Trump fue absuelto el miércoles 5 de febrero por los cargos de abuso de poder y obstrucción al Congreso, derivados de supuestas presiones hechas por el mandatario norteamericano al presidente de Ucrania Volodimir Zelenski, para que investigara a uno de sus posibles rivales en las elecciones de 2020, el exvicepresidente Joe Biden.
Sin embargo, las posibles consecuencias de la exoneración de Trump abren serias interrogantes que afectan el devenir político, económico y social, tanto de los Estados Unidos como de nuestro país.
Sin lugar a dudas, los demócratas calcularon mal su estrategia para llevar a cabo la destitución de Trump, pensando que un sector del Partido Republicano en el Senado de los Estados Unidos iba a solidarizarse con ellos, dándole la espalda al presidente.
Asimismo, los cargos esgrimidos, abuso de poder y obstrucción al Congreso, son ilegales desde el punto de vista jurídico, ya que ninguno de ellos está contemplado como un causal de destitución en la Constitución de los Estados Unidos de América, ya que ésta señala que el presidente “debe ser destituido de su cargo si es acusado de y condenado por traición, soborno, u otros crímenes o delitos graves”.
Con ello, nos preguntamos, si los demócratas sabían que era muy difícil que los republicanos votaran en contra de Trump en el Senado y que además sus argumentos carecían de la fuerza jurídica necesaria para llevar a buen fin un juicio de esta naturaleza, entonces ¿qué es lo que realmente buscaban los demócratas con este juicio?
La respuesta se inserta en la lucha de poder por la presidencia de los Estados Unidos y es básicamente la de manchar la imagen del presidente Trump para mostrarlo ante los futuros votantes en las elecciones de noviembre de este año como un hombre corrupto y tramposo que utiliza el poder para beneficiarse personalmente.
Si bien es cierto, que los demócratas con el juicio de destitución han dejado una imagen negativa de Trump ante la población norteamericana, pese a que ha sido absuelto, por otra parte también es verdad que, según algunos analistas, ha salido fortalecido, lo cual, de ser cierto, le abriría el camino para reelegirse como presidente de los Estados Unidos.
Ahora bien, debemos preguntarnos ¿qué es lo que podemos aguardar en los próximos meses, previos a la celebración de las elecciones presidenciales de noviembre próximo?
Para responder a esta interrogante primero debemos entender el contexto político en el que se desenvuelve la lucha de poder en los Estados Unidos.
Por una parte, Trump se encuentra respaldado por la élite militar estadounidense, que representa al grupo nacionalista norteamericano, opuesto al globalismo, a la apertura económica y a lo que en Estados Unidos le llaman The Deep State, o sea “El Estado Profundo”, constituido por los grupos de poder que durante décadas se han enriquecido a costa del sistema político y económico norteamericano, entre los cuales se encuentran los banqueros que controlan la Reserva Federal, así como las familias Bush, los Clinton, los Obama y por individuos como George Soros y su fundación Open Society, quien es un férreo impulsor y defensor a nivel mundial del globalismo, del multiculturalismo, del homosexualismo y por ende de la ideología de género, a la cual destina cientos de millones de dólares para su difusión e implementación forzosa en los medios de comunicación masiva (radio, cine y televisión) y en toda la educación, desde la primaria hasta las universidades, siendo también este personaje uno de los principales apoyos económicos que han fomentado la inmigración en el mundo y últimamente aquella proveniente de Centroamérica hacia México y los Estados Unidos.
A este último grupo pertenecen los demócratas, enemigos de Trump, defensores del globalismo a ultranza y de la apertura de mercados, del control de la emisión de la moneda por parte de los banqueros de la Reserva Federal, quienes han llevado a la bancarrota al gobierno de los Estados Unidos mediante el cobro de intereses por la emisión de billetes y por el préstamo de dinero que otorgan al mismo gobierno norteamericano.
Dentro de estas circunstancias, pueden vislumbrarse los siguientes escenarios a futuro:
- El aumento de la inmigración centroamericana hacia México, con destino a los Estados Unidos, fomentada y pagada por George Soros como forma de presión a la política de control de la inmigración ilegal del presidente Trump.
Esto también tendría repercusiones para México, ya que obligaría a López Obrador a endurecer aún más su política contra los inmigrantes centroamericanos, en detrimento de la seguridad de los mexicanos, quienes veríamos que más elementos de la Guardia Nacional se incorporarían a las tareas de vigilancia de la frontera sur y la detención de un número cada vez mayor de inmigrantes centroamericanos que pretenden entrar ilegalmente a nuestro país para llegar a la Unión Americana, mientras que el combate a la inseguridad, la violencia y la delincuencia se verían agudizados, producto de un número cada vez menor de elementos de la Guardia Nacional que se destinarían para tal efecto.
- El intento y posible asesinato del presidente Trump por parte de sus enemigos demócratas, con miras a eliminarlo definitivamente del escenario político norteamericano.
Es un hecho que en el ámbito económico Trump ha afectado los intereses de grupos de poder que se han enriquecido durante años con el modelo económico globalista y con el uso y abuso de los principales puestos gubernamentales. Asimismo, ha tomado medidas para acabar con el poder de la Reserva Federal y con el cobro usurero de intereses al gobierno por parte de los banqueros que la controlan, mientras que en lo social Trump se ha mostrado contrario a la ideología de género y al aborto como formas de control y disminución de la población mundial y al dogma del cambio climático, defendido y divulgado mundialmente por grupos de presión y que es utilizado principalmente por grupos izquierdistas para que los gobiernos, con el pretexto del incremento del aumento de los niveles de dióxido de carbono, disminuyan la actividad industrial de sus respectivos países, afectando con ello su desarrollo económico y con ello la producción y abasto de bienes necesarios para satisfacer las necesidades de la población, creando con ello el descontento necesario para que los gobiernos comunistas arriben al poder. Sobre esta teoría del cambio climático existen numerosos estudios científicos que niegan que éste sea provocado por la actividad humana (origen antropogénico).
Sin embargo, de presentarse el asesinato del presidente Trump, no les sería tan fácil a los demócratas y sus aliados recobrar sus privilegios, ya que a falta del presidente Trump ocuparía el poder transitoriamente el vicepresidente Mike Pence, considerado de línea dura y situado en el ala más conservadora del Partido Republicano y que seguramente se postularía como candidato a la presidencia, con grandes posibilidades de resultar triunfador, quien se encargaría de consolidar los cambios impulsados por Trump y de poner en su lugar a los asesinos.
- El triunfo en las elecciones presidenciales del presidente Trump y su reelección para un segundo mandato.
Este escenario es quizá el menos deseado por el Estado Profundo, quien al ver definitivamente perdidos sus privilegios y manipulaciones sociales pueden provocar una verdadera guerra civil en contra del presidente Donald Trump, lo cual lo obligaría a desenmascarar sus abusos, robos y corruptelas, mandando a la cárcel a personajes que actualmente gozan de reputación y que Trump ha señalado como ladrones, como es el caso de Hilary Clinton.
Para el gobierno de López Obrador sería una verdadera pesadilla la reelección de Trump, ya que tendría que posponer ciertas políticas de corte marxista, delineadas en el Foro de Sao Paulo, que tienen como fin implementar el comunismo en América Latina y por ende en nuestro país, como es el caso de la apertura total de nuestra frontera a la inmigración centroamericana.
Seguramente López Obrador desea que los demócratas comunistas retomen el poder para tener luz verde y poder desplegar abiertamente toda su política marxista en nuestro país. En esta ocasión y dada la coincidencia ideológica entre las políticas de izquierda de los demócratas y de López Obrador, quien pretende comunizar nuestro país y convertirlo en una nueva Venezuela, a México le conviene que gane Trump la presidencia de los Estados Unidos y derrote al candidato demócrata.
De momento, la absolución de Trump representa una derrota política para los demócratas y sus aliados.
Su fracaso en las elecciones presidenciales del próximo mes de noviembre representaría el triunfo definitivo de los políticos nacionalistas estadounidenses y la consolidación del proteccionismo y los mercados nacionales, así como la derrota del Estado Profundo y del globalismo mundial, sin embargo, la lucha aún no ha terminado.