Por: Salvador Flores Llamas
A 100 días de su toma de posesión, López Obrador sigue lanzando planes, proyectos y puntadas para gobernar, con olor a populismo y dádivas a diestra y siniestra para ganar clientela política, y si en Hermosillo afirmó: «Tengan confianza porque vamos a enfrentar todos los problemas», por ese camino se ve difícil que lo logre.
Por otro lado, el analista político Luis Carlos Ugalde, ex presidente del IFE hoy INE no se explica la tozudez de Ricardo Monreal de volver amenazar con reducir las comisiones que cobran los bancos, que son muy altas, pues la primera vez que se alcanzó esa puntada provocó un follón bursátil, y México no está para esos trotes; pero como que los morenos no aprenden “ven la tempestad y no se hincan”.
El zacatecano aún arguyó: «¿Quién califica a las calificadoras?», igual que su jefe AMLO, que descalifica a esas instituciones y al Banco de México, que sólo pulsan la situación.
¿Será que en el círculo más cercano de López está muy dura la pelea por destacar?
Pero así la 4T despierta muchas suspicacias.
No basta, por ejemplo, que el presidente se canse de repetir que con él no habrá contemplación con los corruptos, pero a 100 días de gobierno no se ha visto que la haya barrido de arriba abajo, como prometió, ni obtuvo de ella dinero para ayudar a los pobres, muchos de los cuales aún no ven claro, pues no son ni “ninis” ni aliados de AMLO, como el cacique del Partido del Trabajo, Alberto Anaya y su esposa Guadalupe Rodríguez, que desde hace 24 años manejan Cendis en 18 estados de la república.
Pero lejos de ser investigados, recibieron un aumento de 200 millones este año, para demostrar cómo recompensa Andrés a sus fieles.
Suspicacias despertó también la llegada del ex Contralor del INE, Gregorio Guerrero Pozas con vínculos estrechos con el PRI, pues conoció a J. Antonio Meade en la Financiera Rural, y en la pasada campaña presidencial le coló a su hijo Julio César Guerrero Martín de secretario y gran operador. ¿Una muestra más del PRI-MOR?
Otro asunto que causa recelo es el apoyo de Yeidckol Polevnsky a Miguel Barbosa para que vuelva a ser candidato a gobernar Puebla, pese a las acusaciones de que tiene manchadas las manos de sangre, pues él soltó que la muerte de la gobernadora Martha Erika, su esposo el senador Rafael Moreno Valle y 3 personas más, fue genocidio en un noticiero radiofónico.
A 2 meses del “genocidio”, cuando el CEN del PAN exigió aclarar la situación, Jiménez Espriú salió con la puntada de que el informe debería guardarse 5 años por compromisos internacionales; pero el jefe AMLO ordenó al Subsecretario del Transporte, Everardo Moreno sacar la información, que ya nadie creyó porque Jiménez Espriú la había contaminado.
El hablantín expresidente Fox criticó a Tatiana Clouthier por salir con que la alertaron que en la campaña iban a envenenar al Peje; el guanajuatense la recriminó porque una versión así resulta contraproducente, pues da tips a los turbios cálculos de los malandrines.
Van 100 días en que lejos de fomentar el avance económico, se le frena con eliminar programas sociales torales, como las guarderías infantiles, para sustituirlas por dádivas directas a las madres de familia, que recibirán el dinero y es fácil que lo destinen a cubrir otras ingentes necesidades.
La despedida de expertos y especialistas en las tareas de las diversas dependencias, y que aún no para, equivale a que se prescindiera de médicos, especialistas y enfermeras calificadas del IMSS y los sustituyeran por gente de la calle, cuyo único mérito es ser morenista.
Las encuestas populares mendaces son simples pretextos para que el autócrata se salga con la suya. Eso de consultar “a la madre tierra” sobre la viabilidad del Tren Maya, es vacilada, pues ni ese tren, ni la refinería Dos Bocas en Tabasco, ni el aeropuerto de Santa Lucía pasan la prueba de los expertos internacionales en cada materia.
En fin, AMLO, como su antecesor, no entiende que no entiende, así no es posible conducir al país y corre el riesgo de que el ganso se canse y se convierta en un patito que camine como pato, grazne como pato y coma como pato.