Por: Graciela Cruz Hernández
El 30 de diciembre de 1884, en la pequeña población de las Vigas, en el estado de Veracruz, nació quien sería bautizado como José Silvestre Rafael de Jesús, aunque en el registro civil fue inscrito solamente con el nombre de Rafael. Sus padres fueron don Francisco Javier Ramírez y doña Pascuala Castañeda, también originarios de Las Vigas, tuvieron 8 hijos, era una familia pobre, don Francisco tejía lana en un rústico telar que tenía en su humilde casa, su madre doña Pascuala, se esforzaba en sus deberes y era reconocida en el pueblo por su bondad y por su generosidad ayudando a quien podía a pesar de su pobreza.
A pesar de esa pobreza en la que nació y creció Rafael, supo sentir el amor familiar y aprender del valioso ejemplo de sus humildes padres.
En su pequeño pueblo la escuela solo ofrecía cuatro grados de estudio y Rafael Ramírez los supo aprovechar. Al morir su padre don Francisco Javier, doña Pascuala, siguió las recomendaciones de uno de los maestros de su hijo y permitió que Rafael continuara estudiando en Xalapa.
Rafael terminó su educación primaria y enseguida se inscribió en la Escuela Normal del Estado, en la misma ciudad de Xalapa, para cursar la carrera de profesor. Estudió durante cinco años con no pocos sacrificios y carencias hasta que obtuvo el título de profesor.
Comenzó a dar clases en la hacienda de Palo Blanco en la Huasteca veracruzana. Por más de dos años, Rafael Ramírez trabajó en escuelas del estado de Veracruz; luego, aceptó la dirección de una escuela en Durango, y poco después, uno de sus antiguos maestros de Xalapa le ofreció ir a trabajar con él a la Ciudad de México en una escuela primaria industrial y Rafael aceptó. El eficiente trabajo del maestro Rafael en esa escuela primaria industrial fue notable, por lo que las autoridades educativas le solicitaron su colaboración para reorganizar la Escuela Industrial de Huérfanos. Es entonces cuando el maestro Rafael se dedica con gran interés y esmero a difundir este tipo de educación en el país, para ayudarse a esto, escribe en 1915 el libro «La Educación Industrial», que sería el primero de los muchos y valiosos libros que escribió para la educación del pueblo mexicano. Libro en el cual realiza una comparativa de la enseñanza técnica de la época que se impartía en México contra la de Estados Unidos y Europa, proponiendo las innovaciones para mejorar el sistema mexicano de educación.
El maestro Rafael Ramírez fue catedrático en la Escuela Normal Primaria y funcionario en la Secretaría de Educación Pública. Durante la década de 1920 colaboró en la reforma educativa que impulsó el entonces titular de la Secretaría de Educación Pública, José Vasconcelos.
En 1923, Rafael Ramírez formó parte de una primera Misión Cultural, que tuvo sede en Zacualtipán en el estado de Hidalgo, cuya misión y objetivo fue impartir y fomentar la educación en las sierras, costas y puntos de difícil acceso del territorio nacional. Para esto colaboró con Narciso Bassols y Moisés Sáenz, elaborando los principios y normas para la educación rural. Rafael al conocer más de cerca los problemas que vive la gente en el campo, emplea toda su voluntad y capacidad para ayudar a resolverlos por medio de la escuela y va creando poco a poco la forma en que deberían de trabajar los maestros en las escuelas del campo y va explicando el porqué de ese trabajo.
Así, al paso de unos cuantos años, se formó todo un sistema escolar, conocido como la Escuela Rural Mexicana. Para el maestro Rafael Ramírez, la escuela rural no sólo debía servir para que los niños de la comunidad aprendieran la enseñanza básica, sino que la escuela debía funcionar como una verdadera Casa del Pueblo donde también los adultos, hombres y mujeres, asistieran a ella con el fin de aprender cosas útiles para mejorar sus condiciones de vida.
Las escuelas rurales, eran casas del pueblo hechas por el pueblo y para el pueblo. En esta obra tan grande donde tanto trabajó el maestro don Rafael Ramírez, participaron otros grandes maestros y, sobre todo, los sufridos profesores rurales que dedicados totalmente a su profesión hicieron realidad la Escuela Rural Mexicana, los maestros eran estimados y muy respetados.
La Escuela Rural Mexicana, como sistema y como forma de acción educativa y social, se inició aproximadamente por el año de 1925; tuvo gran apoyo del gobierno y alcanzó su mayor auge entre 1930 y 1940; a partir de allí, comenzó a declinar debido a que el gobierno de la República cambió la orientación de la educación, decidió que en el país las escuelas trabajaran y educaran de otro modo. Tristemente la escuela rural dejó de ser la Casa del Pueblo y se dedicó a enseñar únicamente a los niños, como cualquier otra escuela primaria común y corriente.
Para Rafael Ramírez era importante formar en los indígenas y campesinos la conciencia de la clase proletaria para hacerlos participar críticamente en la redistribución de la tierra, el estatus y el poder dentro de su comunidad. Rafael Ramírez decía: “soy un viejo trabajador de la educación rural de mi país. Desde antes de que estallara la Revolución ya venía ocupándome en tareas de tal naturaleza, tanto en el pensamiento como en la acción práctica. Durante la tormenta revolucionaria siempre trabajé en escuelas de población culturalmente atrasada y económicamente desvalida”
La Escuela Rural Mexicana, tenía como objetivos fueron proteger la salud del campesino estimulando el aprendizaje de la higiene y las medidas sanitarias necesarias para mejorar los hogares; dignificar la vida doméstica y enriquecer culturalmente la vida familiar; volver más racional y mejor remunerada la ocupación del campesino, y, sobre todo, instituir la recreación para crear una vida social que estaba ausente en el campo.
Para lograr estos objetivos era necesario que la escuela del campo, según Ramírez, ejerciera una triple función: atender a los niños en la escuela, organizar cursos para hombres y mujeres y capacitar a la comunidad para mejorar su vida diaria. La tarea de la escuela rural era: crear una clara conciencia de su calidad y dignidad como seres humanos.
En el período 1933-1934, Rafael Ramírez ocupó el cargo de jefe del Departamento de Enseñanza Rural y Primarias Foráneas y en los años siguientes fue director del Centro de Perfeccionamiento para Profesores de Enseñanza Secundaria (1942); director de la Escuela Normal Superior (1943); miembro de la Comisión Coordinadora y Revisora de Programas Educativos y Textos Escolares (1944); inspector de las Misiones Culturales (1945), y director de la Escuela Normal de Veracruz (1950).
El maestro don Rafael Ramírez Castañeda fue el mayor impulsor, organizador y guía de la Escuela Rural Mexicana; escribió por ella y para ella más de veinte libros y la convirtió en un sistema tan notable que incluso se divulgó en otros países.
Fundó varias escuelas rurales, organizó los sistemas de supervisión y creó el sistema administrativo para sostener la estructura educativa. También impuso una fuerte presencia en el proyecto educativo posrevolucionario cuando dirigió el Departamento de Escuelas Rurales e Incorporación Cultural Indígena donde redactó circulares, dictó conferencias, pronunció discursos, inspeccionó escuelas, respondió personalmente a cada profesor que le dirigía una carta y escribió sus famosos libros de texto que circularon por todo el país
En cuanto a sus libros, tuvieron éxito no sólo a nivel nacional pues desde Inglewood, California, Ramírez recibió muestras de apoyo como la siguiente: “He mostrado El Porvenir a varios educadores de diferentes países de América Latina… mostraron gran interés… y piensan que es de lo más práctico y valioso. Con frecuencia me lo han pedido para llevarlo a sus países, pero por nada se los daría… es un libro excelente y los niños rurales deben a Usted gratitud así como los maestros”
Los miles de pesos de las regalías que el maestro Ramírez recibía de sus libros éste las cedía «… para resolver el problema del abastecimiento de las escuelas públicas…». El maestro Rafael Ramírez señalaba, «… la gran pasión de toda mi vida ha sido la educación rural…», El maestro Ramírez no tenía reparo en señalar que no habían sido por encargo de la Secretaría de Educación Pública, bien al contrario, sus obras se habían elaborado en casa durante los fines de semana y los días feriados, «… en tiempo absolutamente ajeno al de la oficina…».
Murió el maestro Rafael Ramírez Castañeda, el 29 de mayo de 1959 en su casa de Coyoacán en la Ciudad de México, a la edad de 75 años.
En reconocimiento a sus altos méritos, en abril de 1968, el gobernador del estado decretó imponer el nombre del profesor Rafael Ramírez al municipio y poblado de Las Vigas, lugar de su nacimiento. Un mes más tarde, en ocasión del Día del Maestro, se develó una estatua del maestro Ramírez en el centro de la propia población que lo vio nacer. De este modo, el pueblo veracruzano rindió homenaje póstumo a Rafael Ramírez Castañeda, eminente educador y mexicano ejemplar. Desde 1974, se instituyó la entrega de la medalla «Rafael Ramírez» a los maestros que, en forma, perseverante y distinguida, hubieran prestado treinta años de servicio en la Secretaría de Educación Pública. En 1976 recibió los más altos honores del gobierno mexicano cuando sus restos fueron inhumados en la Rotonda de los Hombres Ilustres.