Por: Justo Mirón
Un vecinito me pidió prestada la computadora para hacer la tarea, ya que la suya estaba en reparación. “¿Sobre qué es?”, le pregunté. “Del presidente”, me respondió.
El niño buscó Andrés Manuel López Obrador en Wikipedia y al desplegarse la información leímos con asombro: “Andrés Manuel López Obrador. ´El Cacas´”. El pequeño no pudo evitar reírse, cursa primero de primaria, y yo pensé: “¿Cómo que El Cacas?”
A un López anterior que había querido ser conocido como “Su Alteza Serenísima” el pueblo lo bautizó como “El Cojo”; a otro López más reciente, que quiso pasar a la posteridad como “El Expropiador de la Banca” se le recuerda como “El Perro”, pero ¿López III El Cacas?
¿De dónde provino el apodo? Curioso que soy me puse a investigar, me encontré con muchos videos del presidente comiendo tamales, probando barbacoa, deglutiendo mole, compartiendo carnitas, de allí que apareciera etiquetado en varios como #Lordgarnachas, pero ¿El Cacas?
Me rascaba la cabeza, así que le llamé a Jerry Gortman, que está muy enterado de los asuntos públicos, él me compartió un link que me llevó a ver una imagen, primero de varios camiones que habían llevado gente a un mitin del presidente, ¿Ya perdió su popularidad, se preguntarán, y tiene que recurrir al acarreo? Los milpaltenses, el acto ocurrió en esa alcaldía de la Cd Mx, ¿Se habrán aburrido de la verborrea y promesas de López Obrador y sólo acuden por su refresco y torta?
Pero eso no era lo sorprendente, supongo que es parte del folklor de la política mexicana. Lo extraordinario fue ver al Jefe del Ejecutivo, al Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, al Primer mandatario de la Nación, dirigirse a su auditorio con un “Fuchi, caca”. Sí, tuve que escucharlo de nuevo “¡Fuchi, caca!”
Cierto que unos pocos días antes ante las críticas de la cancelación del aeropuerto en Texcoco respondió con “Y tú, ¿por quién votasteS?” Sí, una ese al final de una palabra que no lo requiere. Me podrán contestar: “El pobre sólo estuvo 14 años en la universidad antes de titularse, y lo hizo de panzazo, no le pidas mucho”. Tal vez lo acepte, quizá es mucho pedir que un Jefe de Estado conozca el uso correcto del lenguaje del país que gobierna, aunque dudo que el emperador de Japón, el presidente de Francia o el rey de Arabia Saudita se expresen así, pero bueno.
Sin embargo, en un acto público comportarse con sus oyentes como un niño de preprimaria, me parece una falta de respeto a la investidura presidencial. Pero el lunes siguieron ocurriendo cosas que las redes sociales no dejaron pasar impunes.
Primero cuestionaron porque el Fiscal General le daba a El Cacas, perdón a López Obrador, un cheque por dos mil millones de pesos para que comprara medicinas y equipo médico en septiembre de una rifa fraudulenta, ¿Por qué no ejercer ese dinero de inmediato? Luego dijo que ese dinero era de un proceso que seguía abierto, por lo tanto, el Fiscal general violaba fragantemente la ley. Nada raro en este gobierno.
Después un tuitero se metió al Facebook de la novia del hijo mayor de El Cacas, perdón de el presidente. ¿Y que encontró? Pues que la chica, guapa y joven y venezolana, aclaro, no tengo nada contra las sudamericanas hermosas, presumía en su Instagram viajes en aviones privados alrededor del mundo, compras de artículos de superlujo y sí ¡Una foto al lado del mismísimo Donald Trump! Quizá su futuro o posible suegro le encargó esa misión, ya que él ha evitado reunirse con el presidente estadounidense como si tuviera coronavirus.
Así que el fuchi, caca que López Obrador soltó frente a los milpaltenses para fustigar a los corruptos, está más cerca de casa de lo que imagina. Cuestión de preguntarle un poco a su nuera de dónde proviene el dinero para tanto derroche y exceso.