Por: Graciela Cruz Hernández
Benito Ricardo Ramírez Espíndola, o Ricardo Benito como en alguna ocasión dijo él mismo su nombre, nació el 3 de abril del año 1900, en el Pueblo de los Reyes, delegación Coyoacán, Distrito Federal. Estudió hasta el cuarto grado de la enseñanza primaria y de 1928 a 1967 trabajó en el Banco Nacional de México, sucursal Merced.
En 1935, durante el mandato del presidente Lázaro Cárdenas, los denominados camisas rojas y otros grupos pretendían sustituir el Lábaro Patrio por una bandera rojinegra. Sin embargo, Benito Ricardo Ramírez Espíndola, encabezando un acto totalmente patriótico tomó la enseña nacional y, junto unos parientes y con vecinos de los barrios de la Merced y Mixcalco, montó una guardia de honor en la vecindad donde habitaba, rindiendo así un homenaje con el que de alguna manera pudieran desagraviar las irreverencias que contra ella habían cometido algunos grupos de anarquistas.
Y así de esa manera sencilla pero llena de nacionalismo fue la primera ocasión en que se le rindió homenaje a nuestra Bandera.
El homenaje inició a las seis horas de la mañana de ese 24 de febrero de 1935 en el patio de dicha vecindad de la calle de Jesús María número 96, a lo largo del día hubo varias guardias de honor que alternándose duraron un total de 18 horas en dicho homenaje.
Fue entonces que, Ramírez Espíndola decidió integrar un comité para gestionar ante las autoridades de la república la institucionalización del 24 de febrero como Día de la Bandera, creándose así el Comité Nacional pro Día de la Bandera.
La razón por la que Ramírez Espíndola escogió ese día, fue que en la misma fecha, pero de 1821, al promulgarse el Plan de Iguala, se adoptó y se hizo el primer juramento a la bandera, denominada de las Tres Garantías, antecedente originario de nuestro actual Lábaro Patrio.
Desde el 24 de febrero de 1937 nuestra Bandera mexicana ha recibido homenaje pero ya de forma pública ante el monumento del general Vicente Guerrero, primer militar mexicano que juró bandera en el célebre Abrazo de Acatempan aquel 10 de febrero de 1821.
Mientras el reconocimiento oficial de la conmemoración no llegaba, Ramírez Espíndola y su grupo seguían montando guardias en su vecindad cada 24 de febrero y trabajaban arduamente para que las autoridades hicieran caso y ese reconocimiento llegara.
El 24 de diciembre de 1938, el Comité Nacional pro Día de la Bandera solicitó, por primera vez, al Senado de la República, que el 24 de febrero fuera declarado Día de la Bandera Nacional. Y fue hasta el 22 de febrero de 1940 por acuerdo del secretario de Educación Pública, Gonzalo Vázquez Vela, que se determinó que a partir de esa fecha en las escuelas del país se rendiría homenaje a la Bandera y al Himno Nacional.
Posteriormente, el 24 de febrero de 1942, el presidente Ávila Camacho decretó oficialmente que esa fecha quedaría establecida como el Día de la Bandera, para lo cual aceptó que don Benito Ricardo Ramírez Espíndola y su comité lo acompañaran a izar el lábaro patrio en el asta monumental de la Plaza de la Constitución.
Al año siguiente, la ceremonia adquirió ya su carácter militar, al celebrarse los honores a la Bandera en el Campo Marte. Y por la tarde, se llevaron a cabo en el Zócalo capitalino diversas verbenas populares y veladas literarias en el Palacio de Bellas Artes.
Desde que se institucionalizó la ceremonia, Ramírez Espíndola la encabezaba en la Plaza de la Constitución, pronunciaba el discurso y alternaba con el presidente de la República, el Secretario de la Defensa Nacional y otras altas autoridades que asistían a esos actos. En sus últimos años de vida, aunque seguía participando con igual devoción, ocupaba un lugar más modesto en la celebración.
En un primer momento se institucionalizó el Día de la Bandera a través de la Ley sobre las Características y el uso del Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales, de fecha 23 de diciembre de 1967, que se formalizó en el artículo 18 publicado en el Diario Oficial de la Federación el 17 de agosto de 1968.
Durante el sexenio del presidente Miguel de la Madrid, se emitió el acuerdo por el que se reafirma y fortalece el culto a los Símbolos Nacionales, publicado en el Diario Oficial de la Federación de fecha 24 de febrero de 1983, cuyo Artículo Tercero establecía a la letra lo siguiente: «Artículo Tercero. El día 24 de febrero se continuará celebrando el homenaje tradicional a la Bandera Nacional en la Plaza de la Constitución, con la participación de todos los sectores sociales. Por lo que respecta al Departamento del Distrito Federal, efectuará ceremonias similares en las plazas cívicas de todas las delegaciones políticas, invitándose a la ciudadanía de cada circunscripción a concurrir a dichos actos.»
En el artículo 10 de la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales, el 24 de febrero se establece solemnemente como Día de la Bandera. Fecha en la que en las instituciones de las dependencias y entidades civiles de la Administración Pública Federal, de los gobiernos de los estados y de los municipios se debe rendir honores a la misma, con carácter obligatorio, independientemente del izamiento del lábaro patrio.
Hace varias décadas el gobierno de la república decretó la emisión de una estampilla postal conmemorativa, para conmemorar el primer homenaje público a la Bandera Nacional y tal estampilla fue emitida el 24 de febrero de 1985.
Ramírez Espíndola asistió según datos, a más de 500 homenajes a la Bandera, se le llegó a ver embargado de sincera emoción secando sus lágrimas al participar en esos homenajes a la Enseña Nacional, en esos momentos de emoción reflejaba su amor patrio. No fueron pocos los esfuerzos y perseverancia para ver logrado su deseo.
En la actualidad, qué triste es ver el poco respeto con la que muchas veces es tratada nuestra Bandera, en muchas escuelas ya no se le rinden honores, o si acaso se hace es en muy contadas ocasiones, y que decir de muchos jóvenes mexicanos que lucen con orgullo en su vestimenta banderas de otros países más no la del nuestro.
Justo es entonces reconocer a don Benito Ricardo Ramírez Espíndola, mexicano ejemplar quien falleció el día 24 de junio de 1984 a la edad de ochenta y cuatro años. Sus restos descansan en el Panteón Dolores, en el lote del Cuerpo de Defensores de la República
En la Cámara de Diputados se le reconoció justamente como iniciador de la conmemoración del Día de la Bandera. Se dio lectura a la efeméride del ciudadano Benito Ricardo Ramírez Espíndola, el 24 de febrero de 2008, en reconocimiento a su iniciativa para la conmemoración del Día de la Bandera. Presentada en el Palacio Legislativo de San Lázaro, a los seis días del mes de septiembre del año 2007 por el Diputado Obdulio Ávila Mayo.