Prólogo:
Casi siglo y medio ha transcurrido desde que la nación mexicana vivió en lo profundo de su ser social el final del violento choque ideológico del conservadurismo, cuyos odios y pasiones partidarias arrastraron a familias enteras y las dividieron en posturas irreconciliables que derivaron en heroísmos ejemplares y lealtades inquebrantables, pero también en desengaños y traiciones que imprimieron a la época peculiaridades muy particulares en el marco del turbulento siglo XIX.
Don Alfonso Reyes escribió: “El que no conoce el siglo XIX no conoce México”. Y en efecto, todos los acontecimientos cruciales de esa centuria marcaron en nuestro país el devenir histórico del siguiente siglo XX, y sus efectos y resultados se extienden incluso hasta el XXI.
El mosaico social decimonónico dividió su tiempo entre la guerra y el arado, las tertulias familiares y las festividades religiosas, el bordado y la cocina, y las diversiones públicas y hogareñas. Todo esto, sin embargo, enmarcado en interminables luchas civiles que sobrecogían a la población y la llenaban de desesperanza. Los desacuerdos y los desatinos políticos se hallaban a la orden del día, y el caos y la confusión auguraban un futuro aún más ominoso.
Producto inmediato de lo anterior fue la leva forzosa para engrosar diversos ejércitos que se enfrentaron en las contiendas fratricidas que ensangrentaron campos y ciudades y que dejaron su trágica y larga estela de viudas y huérfanos.
En tal panorama se enmarca la historia que se relata en este libro…
El interés de esta investigación radica en escudriñar y rescatar de los archivos la trayectoria de los proscritos por la historia oficial, la de los calificados de traidores o, en el mejor delos casos, de equivocados; la de los derrotados en el campo de batalla aunque no en el terreno ideológico; la de los motejados siempre con oprobiosos adjetivos, ricos en injusticias y paupérrimos en comprensiones de los propósitos que los animaron.
Esta historia corresponde a una época de enormes convulsiones y de pasiones aún no sofocadas del todo –incluso en nuestros tiempos- por el vigente maniqueísmo historiográfico que por desgracia dificulta realizar un estudio sereno y ponderado de ese tiempo y de esos personajes.
La historiografía del siglo XIX que se ocupa de la compleja problemática de la Reforma, la Intervención Francesa y el Segundo Imperio Mexicano es muy extensa y sin duda muy valiosa, enfocada fundamentalmente a los aspectos políticos, económicos, sociales, religiosos, militares y biográficos.
En tal tesitura atrajo poderosamente mi atención un individuo casi desconocido que, a la luz de su archivo y sus escritos cobra una importancia inusitada que hoy comparto gozoso con el lector amigo, especialmente con aquel de desee asomarse a esta época con espíritu abierto y franco y alejado de prejuicios y exaltados lugares comunes que todo lo enturbian y todo lo enrarecen.
Tal personaje es el general de Brigada Manuel Ramírez de Arellano, niño héroe en Chapultepec frente a los invasores estadunidenses; amigo fraternal del general Miguel Miramón; artillero de excepcionales características; ideólogo profundo e intelectual y orador reconocido; testigo y protagonista de muchos acontecimientos políticos y militares; perennemente leal a sus principios y camarada sincero; rebelde frente a los abusos del poder –incluso de los cometidos por el gobierno imperial que defendía- y, sobre todo, hombre de sobresaliente actuación en el memorable Sitio de Querétaro en 1867, si cuya vital participación habría sido imposible sostener más que breves días.
Sus anhelos, sus ideales, sus desencantos, sus amarguras, sus enfrentamientos personales, su valor y sus proezas desfilan estas páginas que constituyen no sólo una biografía de Arellano, sino de hecho una biografía de la época, pletórica en trascendentes sucesos.
Al seguir la huella de Manuel busco comprender cómo percibió su tiempo y cómo o por qué adoptó determinados comportamientos. Hurgar su vasto legado escrito reviste extrema importancia y permite conocer a fondo la relevante figura de un personaje del siglo XIX que no por desconocido hasta antes de la aparición del presente volumen, deja de ser extraordinariamente notable, como podrá comprobarlo quien repase estas páginas.
Esta investigación, concebida y enfocada inicialmente en la corriente de la historia de las mentalidades para un trabajo de posgrado en la UNAM de la historiadora María Elena López Méndez, aparece aquí abajo ángulos e interpretaciones que abarcan horizontes mucho más extensos tanto del período como del personaje. Se basa fundamentalmente tanto en el expediente militar de Manuel Ramírez de Arellano, que custodia el Archivo Histórico de la Secretaría de la Defensa Nacional, como en fuentes bibliográficas primarias del siglo XIX –folletos incluidos- virtualmente desconocidas o poco manejadas. Asimismo, en fuentes hemerográficas diversas y en los manuscritos del propio Arellano, todo lo cual queda debidamente consignado en el apartado correspondiente.
Aunque el presente estudio se circunscribe a los acontecimientos históricos alrededor de nuestro personaje, aparecen en él multitud de hechos políticos y militares de trascendencia en esa época. Los objetivos principales, sin embargo, se enfocan a reconstruir la historia de la segunda mitad del siglo XIX a través de la actuación y delas vivencias del propio Arellano.
Estudiar con detenimiento los años aquí tratados nos permite conocer diversas concepciones de la justicia, las formas de enfrentar los retos de la vida, la desesperación, la impotencia, las estrategias de sobrevivencia, el trasfondo de los sucesos, la pobreza y las cosas comunes de la vida cotidiana que van entretejiendo a la colectividad y van dibujando el perfil que caracterizó y marcó a aquellas generaciones.
Se brinda pues aquí una información diversificada y extensa, rica en matices y aristas, para revisar y recrear el ayer de una agitada época que aún causa enconadas polémicas entre los historiadores y hasta en las personas sin especiales credenciales académicas.
Luis Reed Torres
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